No es la primera vez que la Xunta o entidades dependientes de ella divulgan por error nombres o datos personales que debían ser solo para su uso interno. Esos errores alcanzan una mayor relevancia cuando los datos desvelados corresponden a personas especialmente vulnerables, como menores de edad o personas tuteladas.
En 2016 Praza.gal advirtió a la Consellería de Política Social que había divulgado nombres de menores a los que había pagado tratamientos médicos, información que Praza.gal no publicó hasta comprobar que se borrasen los datos. Y lo mismo ha sucedido ahora con los nombres de docenas de personas tuteladas, después de que la fundación dependiente de Política Social que vela por más de 3.000 adultos con la capacidad de obrar modificada judicialmente incluyese en sus cuentas anuales públicas su libro mayor interno de ingresos y gastos con detalles como "usuarios, deudores", "ayudas monetarias" o "caja tutelados".
La Funga es la Fundación Pública Gallega para el Apoyo al Ejercicio de la Capacidad Jurídica, anteriormente denominada Fundación Gallega para la Tutela de Personas Adultas. A su cargo están más de 3.000 personas a las que algún juzgado incapacitó para alguna faceta de su vida encargando su supervisión a la Administración. Una función que la Funga ha desenvuelto con todo tipo de fallos, como ha contado desde hace años Praza.gal, ante la incapacidad de su limitado personal, una treintena de trabajadores y trabajadoras, para poder atender a todas las personas a su cargo.
Como todas las entidades dependientes de la Xunta, la Funga debe hacer pública, en aplicación de la Ley de Transparencia, diversa información que durante años evitó divulgar pero que, con la reciente creación de una nueva página web, ahora sí comienza a facilitar.
Entre esa información obligada por transparencia están las cuentas anuales de los ejercicios precedentes. Pero junto con las últimas cuentas anuales publicadas, las de 2022, la Funga colgó a continuación, en el mismo documento PDF, su denominado libro mayor de contabilidad, el documento que refleja todos los gastos e ingresos de la fundación en su funcionamiento diario.
Si la cuenta anual de obligada publicación tiene 59 folios, en línea con documentos similares de otras entidades, el libro de contabilidad publicado a continuación y ya despublicado tras el aviso de Praza.gal supone otros 62 folios con ingresos y gastos en distintas subcuentas. Y en cada entrada, el concepto, con docenas de nombres y apellidos de personas tuteladas y bajo epígrafes como "usuarios, deudores" -solo ese apartado son 10 folios de nombres-, "ayudas monetarias", "cotas de usuarios", "caja tutelados" o "ingresos por reintegro de ayudas".
Además de esos apartados con nombres de personas tuteladas el libro de contabilidad también incluye otros conceptos como las dietas del personal de la Funga o gastos telefónicos, de transporte o de materiales de oficina.
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La Ley de Transparencia obliga a publicar las cuentas anuales, pero no el libro de contabilidad, y establece restricciones expresas para la difusión de "datos especialmente protegidos", como los personales, para los que dicta su disociación.
Cada una de las páginas publicadas con nombres de personas tuteladas refleja en su izquierda la firma electrónica de la conselleira de Política Social, Fabiola García, presidenta de la Funga y responsable de presentar sus cuentas. Este diario informó a la consellería de que era accesible en la web de la Funga la anteriormente citada información sobre personas tuteladas, ante lo que Política Social dio orden de que fuese despublicada señalando que se había debido a un "error" y agradeciendo a Praza.gal el aviso. Este diario publica esta información tras comprobar que esta información ya no es accesible.
No es la primera vez que la Xunta o entidades dependientes de ella divulgan por error nombres o datos personales que debían ser solo para su uso interno. Esos errores alcanzan una mayor relevancia cuando los datos desvelados corresponden a personas especialmente vulnerables, como menores de edad o personas tuteladas.