Yolanda Díaz amplía sus contactos y potencia su apuesta transversal de cara a su plataforma electoral

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El encuentro de este sábado entre Yolanda Díaz y el papa Francisco en el Vaticano no fue planificado como ningún golpe de efecto político. En uno de los viajes que la vicepresidenta segunda hizo a Italia en los últimos meses para celebrar reuniones de trabajo con homólogos europeos le llegó, de manera indirecta, el interés desde el entorno de Jorge Bergoglio. Interés que fue correspondido por Yolanda Díaz. Hace unas semanas, la recepción se concretó para este sábado a las once de la mañana. Cuando fue oficial, Díaz se lo comunicó personalmente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dada la naturaleza de un encuentro con un jefe de Estado. No es habitual que en la siempre complicada agenda papal se cierren recepciones privadas con tan poco margen de tiempo ni tampoco que se haga con dirigentes políticos relativamente recién llegados al cargo. Y la vicepresidenta segunda ni siquiera lleva un año en su puesto. Algo que evidencia el interés del Vaticano por una figura política emergente en España. 

El caso es que, perseguido o no, la recepción oficial del papa viene a reforzar el perfil transversal que ya es marca de la casa para Yolanda Díaz, huyendo de los estereotipos que la “arrinconan” en la izquierda. “Lógicamente eso va a operar así aunque no esté diseñado. Ya hemos visto que ha roto algunos esquemas y que el PP incluso ha tenido que borrar algún tuit”, razonan desde el equipo de la vicepresidenta, donde reconocen que el encuentro con Bergoglio le dará proyección dentro y, principalmente, fuera. 

"En Europa la van conociendo"

En realidad, desde que la vicepresidenta accediese al cargo han sido numerosos los viajes internacionales por varios países europeos como Italia, Portugal, Alemania o Bélgica. Casi siempre son cumbres de ministros de Trabajo o actos relacionados con política laboral, y en alguno de ellos políticas impulsadas desde su departamento como el la subida del SMI o la Ley Riders se han convertido en inspiración para directivas europeas. “En Europa ya la van conociendo y ella es cierto que deja huella”, comentan en su entorno. Además, diarios como el alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung o el francés Le Monde ya le han dedicado varios artículos a la figura de la política gallega. Y lo previsto es que el viaje a el Vaticano suponga a partir de ahora un punto de inflexión en cuanto a la atención internacional que despierte. 

El hecho de que “se corra la voz” entre los colegas ministros europeos o entre la prensa de países vecinos no sorprende a quienes conocen de cerca a la vicepresidenta. “Su forma de hacer política es aterrizar en las cosas, en los problemas que tiene que resolver. Y para eso ella se reúne y habla con todo el que haga falta. Y hay mil pruebas de ello desde que llegó al Gobierno, en todos los sectores y con gente de todo tipo”, explica una persona de su entorno. 

En los actos institucionales o sectoriales o en cualquier tipo de evento es habitual escuchar que “todo el mundo quiere hablar con Yolanda”, y eso incluye a representantes de foros tradicionalmente poco propicios para la izquierda como empresarios, representantes patronales o, incluso, dirigentes de la banca. Y su política es atender a todo el mundo. 

"Con quien sea y cuando sea"

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Recuerdan en su equipo que ella ha tenido interlocución directa con todo aquel que ha podido aportar algo a la gestión de lo que su puesto le ponía entre manos. Durante lo peor de la pandemia, por ejemplo, Yolanda Díaz abordó personalmente con algunos de los principales dirigentes de la banca el adelanto de las prestaciones a las personas en ERTE ante el aluvión de tramitaciones al que no daba abasto a dar salida el SEPE. 

Tuvo contacto entonces con personas como Ana Patricia Botín, que puso al Santander entonces en disposición de colaborar. Algo que acabaron haciendo todas las entidades bancarias. Algo parecido a lo que ocurrió con el sector turístico cuando se tuvieron que implementar ayudas extraordinarias para hacer frente a la crisis generada por la pandemia. También ha tenido encuentros durante los últimos meses con la patronal vasca o con la catalana Foment del Treball, donde incluso pronunció una conferencia tras ser invitada a ello por Josep Sánchez Llibre.

“Ella no tiene empacho por reunirse con quien sea y cuando sea. Y todo eso influye en la percepción que la gente tiene de ella, claro”, explican en su entorno. En las encuestas del CIS se suele destacar que, mes tras mes, Yolanda Díaz se consolida como la política mejor valorada o incluso como la segunda más presidenciable por detrás de Pedro Sánchez. Pero quienes trabajan con ella ponen el foco en otro dato relevante que tiene que ver con su apuesta por un “proyecto transversal”: el bajo nivel de rechazo que genera su figura política incluso en votantes de partidos contrarios al suyo, algo muy poco habitual, además, para alguien tan conocida. 

El encuentro de este sábado entre Yolanda Díaz y el papa Francisco en el Vaticano no fue planificado como ningún golpe de efecto político. En uno de los viajes que la vicepresidenta segunda hizo a Italia en los últimos meses para celebrar reuniones de trabajo con homólogos europeos le llegó, de manera indirecta, el interés desde el entorno de Jorge Bergoglio. Interés que fue correspondido por Yolanda Díaz. Hace unas semanas, la recepción se concretó para este sábado a las once de la mañana. Cuando fue oficial, Díaz se lo comunicó personalmente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dada la naturaleza de un encuentro con un jefe de Estado. No es habitual que en la siempre complicada agenda papal se cierren recepciones privadas con tan poco margen de tiempo ni tampoco que se haga con dirigentes políticos relativamente recién llegados al cargo. Y la vicepresidenta segunda ni siquiera lleva un año en su puesto. Algo que evidencia el interés del Vaticano por una figura política emergente en España. 

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