No se había escuchado a José Luis Rodríguez Zapatero después de las elecciones del 24-M, los comicios que abrieron de forma definitiva la puerta a la cultura de los pactos. Y de eso, de pactos, habló el expresidente del Gobierno, adelantando que "puede ir bien el diálogo" entre PSOE y Podemos.
El exjefe del Ejecutivo actuó de presentador, este jueves, de la primera novela del periodista Gonzalo López Alba, Los años felices (Planeta), junto con Jesús Maraña, director editorial de infoLibre. Una crónica sociopolítica de una generación, aquella que vivió de joven la Transición y que pudo sentir y vivir la modernización de España, los años de gloria y los años de la crisis. El recuerdo, con precisión de "cirujano de los datos", de las primeras elecciones municipales, las del 3 de abril de 1979, sirvió a Maraña de plataforma para preguntar al expresidente por el "paralelismo" entre aquellos comicios y los del 24-M, y si pueden servir de un "anticipo" de las generales.
Justo en una semana, además, en la que se comienzan a ver los primeros movimientos de los partidos para trenzar alianzas y poder conformar gobiernos. Ya los han dado dos de los protagonistas, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, que ya han conversado por teléfono y se verán en los próximos días. Ese diálogo, dijo Zapatero, es "necesario y lógico".
"Tenemos que tener la perspectiva de que esto de los pactos va a ir hasta el último día. El escenario de acuerdos es amplio y complejo, es la primera vez que se va a producir. Y hasta el 13 de junio [fecha en la que se constituyen los ayuntamientos emanados de las urnas], paciencia porque veremos muchas cosas. Mi impresión es que puede ir bien el diálogo entre el PSOE y Podemos. Y todo el mundo debe contribuir a que vaya bien". De Pablo Iglesias, eso sí, no quiso decir "nada", "por si acaso", aseguró con humor, aludiendo al malestar que generó en la dirección de Pedro Sánchez la cena que él y el exministro José Bono mantuvieron a finales del año pasado con el líder de Podemos y su número dos, Íñigo Errejón.
Las urnas, señaló, exigen "mucho diálogo" y "más responsabilidad de los partidos que nunca", porque los españoles han querido que asuman la "responsabilidad" de tener que "forjar acuerdos y programas conjuntos para gobernar". "Es una experiencia que requiere toda una cultura del talante", resumió, refiriéndose a ese término que él quiso hacer santo y seña de su paso por el poder, el "talante".
El PSOE puede ganar las generales
Zapatero analizó que, al producirse una mayor "fragmentación" del voto, paradójicamente los ciudadanos están concediendo "más poder a los partidos que nunca", y se pueden producir acuerdos "que sean más discutibles". Segunda conclusión: los pactos determinarán el resultado. Tercera: el resultado obliga a Gobiernos con una mayor participación, una mayor apertura, mayor pluralidad de voces, pero que sin embargo han de asumir el "reto enorme para la coherencia política, de un proyecto a desarrollar y de una identidad". "Tengamos presente esto", advirtió. "Es la paradoja de un resultado de esta naturaleza. Hay más participación, pero será más difícil la coherencia".
El exjefe del Ejecutivo opina que cada elección es "muy contingente". Y en este caso, el 24-M "influye, condiciona pero no determina el resultado de las generales" de finales de año, tal y como ocurrió en otras ocasiones. Ahora bien, ¿qué se barrunta, ya desde las europeas? Primero, que el partido mayoritario, el PP, padece el "gravísimo riesgo de dejar de ser mayoritario", y el partido de la alternativa, el PSOE, "tiene bastantes posibilidades de ser el mayoritario y en buena medida se va a dirimir en función de los acuerdos que se hagan en este proceso". Respondiendo a la pregunta de Maraña, Zapatero apuntó que el 24-M no se parece a las elecciones de 1979, porque ninguna victoria "reedita las anteriores".
En resumen, el PP "lo tiene complicado", el PSOE "lo tiene mejor", "y los otros en función de la coherencia política".
"Pasiones, emociones, historia, política"
Ver másPablo Iglesias insiste en pedir al PSOE una reunión para hablar de la moción de censura
Zapatero rechazó la idea de que la democracia española esté "cerrada u oxidada", porque de ser así no habrían podido aflorar los partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos. "El bipartidismo no se inventó por decreto", recordó, sin dejar de reiterar que "el gran consenso de la Transición", tal y como se desarrolló, fue un "milagro". Eso le llevó a hablar de la posibilidad de reforma de la Constitución, que él cree "muy difícil", por las mayorías que exige y por la fragmentación probable del nuevo Congreso.
La presentación de Los años felices, en la Casa del Libro de Gran Vía de Madrid, fue concurridísima. No sólo por el público asistente, sino por los vips que se acercaron, como los exministros Miguel Sebastián y José Blanco, altos cargos del Gobierno de Zapatero –como el exdirector de Público Félix Monteira, último secretario de Estado de Comunicación del anterior Ejecutivo–, periodistas y diputados socialistas. De la ejecutiva actual del PSOE asistieron la presidenta Micaela Navarro, Patxi López y María González Veracruz. Para López Alba es su primera novela –antes escribió El relevo, sobre el proceso de sucesión de Felipe González a Zapatero– por su "amor secreto" con el género, su pasión por la literatura. Y en ella combina "pasión y emociones, historia y política", que pretende inducir al lector a reflexionar sobre la memoria de "décadas trascendentes y cambiantes" de la historia de España.
Maraña elogió la "precisión de relojero" que el autor utiliza en la descripción de los hechos reales, como todo buen relato periodístico. Zapatero, que describió a López Alba como un periodista "auténtico" y una persona "cabal", el que más y "mejor información ha tenido del PSOE", y se confesó aún más devoto de la parte de ficción. "Me has gustado más como novelista como periodista. Y es más difícil hacer literatura que hacer periodismo". Un aliciente, dijo, para que siga escribiendo más.
No se había escuchado a José Luis Rodríguez Zapatero después de las elecciones del 24-M, los comicios que abrieron de forma definitiva la puerta a la cultura de los pactos. Y de eso, de pactos, habló el expresidente del Gobierno, adelantando que "puede ir bien el diálogo" entre PSOE y Podemos.