Con Valencia arrasada por la dana el número de diciembre en TintaLibre lleva muchas páginas escritas desde el fango y el dolor. También eso, el cambio climático, la tormentosa relación entre la tragedia y los responsables políticos, forma parte de una portada, Las trampas del miedo, que analiza y recorre desde muchos frentes ese sentimiento, a veces de parálisis, otras de valentía, que cada vez más arrecia en una época dominada por el bulo y la presencia omnívora de las redes sociales.
Un Conversatorio con los periodistas y escritores Ángeles Caballero y Edu Galán disecciona el panorama de los temores contemporáneos desde dentro de los medios de comunicación. Ángeles Caballero es crítica: “Las personas que nos consideramos progresistas”, sostiene, “no estamos teniendo en cuenta a esos millones de personas que se sienten absolutamente desatendidas por una política que ha decidido enfocarse a otros colectivos, hacia otras minorías y que les ha parecido que no se les hacía ningún tipo de caso”. Galán propone, por su parte, una posible solución: “El miedo hay que a tratarlo y analizarlo de una forma sistemática: cómo están metiendo miedo y, a la vez, ofreciendo protección”.
En su ensayo Mi mapa de miedos políticos Bernat Castany lanza un rotundo SOS desde el campo del pensamiento: “¿Cuántos celebran, mientras les va bien, la dinámica infinitud del mundo, para luego rendirse a la hiperactividad de los asustados y a la parálisis del fatalismo melancólico?”. Remedios Zafra que habla de La facilidad del mal (“el miedo ahora tiene claramente que ver con la mirada del otro y la exposición de las personas en el escaparate digital”); Nuria Labari, que analiza el miedo reaccionario a las redes sociales; Isaac Rosa que en Los mercaderes del miedo recorre el delirio de un país seguro como el nuestro que instala más alarmas de seguridad que nadie en el mundo y Cristian Segura, desde el frente de la guerra de Ucrania, ahondan en esa inquietante frontera.
Ver másInmigración con otros ojos, en TintaLibre de noviembre
Desde el fango y el centro de la tragedia, desde los recuerdos y los dolores, desde Paiporta, Catarroja, Xiva, Massanassa y toda esa geografía herida de València, nos hacen llegar sus diarios, sus recuerdos, sus lágrimas, Paco Cerdà, Carmen Domingo, Ferran Archilés, Núria Cadenes, o ese librero de Benetússer, Jorge Cabezas, que lo ha perdido casi todo en su librería, Somnis de Paper, salvo los propios sueños.
Pero no todo son miedos. En este número viajamos con la lengua afilada de Ramón Reboiras a una de esas ceremonias que forman parte del paisaje editorial español, el premio Planeta, celebramos que Javier Cercas ingrese en la RAE (y publicamos un extracto sustancioso de su discurso), vemos como la huella de La Barraca de Lorca siguió en Nueva York durante el exilio republicano o comprobamos el talento literario de un grande del cine español como Isaki Lacuesta que habla en sus Apocalipsis portátiles de otra serie de miedo, Apagón.
Concluimos con una escoba. Una escoba fotografiada por Óscar Corral en Valencia, un emblema de estos días tan enfangados y también de una resistencia esperanzadora.
Con Valencia arrasada por la dana el número de diciembre en TintaLibre lleva muchas páginas escritas desde el fango y el dolor. También eso, el cambio climático, la tormentosa relación entre la tragedia y los responsables políticos, forma parte de una portada, Las trampas del miedo, que analiza y recorre desde muchos frentes ese sentimiento, a veces de parálisis, otras de valentía, que cada vez más arrecia en una época dominada por el bulo y la presencia omnívora de las redes sociales.