Ni apoyo europeo militar, ni económico: la gira inútil de Zelensky
El presidente ucraniano Volodimir Zelensky debía reunirse este sábado en Ramstein, una base aérea estadounidense en Alemania, con el presidente Joe Biden y el jefe del gobierno alemán Olaf Scholz. Pero el huracán que afecta a Estados Unidos hizo que la Casa Blanca suspendiera el desplazamiento de Biden y Zelensky tuvo que buscar una alternativa. Si no iban todos los líderes a Berlín, él iría a verlos a todos. La Presidencia ucraniana negoció así deprisa y corriendo una gira por capitales europeas que acabó este viernes sin apenas anuncios. Zelensky no arrancó compromisos. Parece que los europeos esperan a que pasen las elecciones presidenciales en Estados Unidos para saber cómo comportarse con el ucraniano.
El jueves, en París, Macron apenas se prestó a una rápida declaración conjunta en el patio de entrada al Palacio del Elíseo, no en una conferencia más formal. Una declaración llena de lugares comunes en el momento en que el presidente ucraniano volvió a su coche. Lejos de las alfombras rojas de hace apenas un año.
Mientras Ucrania se la juega porque una victoria de Donald Trump en semanas podría hacer que para después de Navidad, Ucrania dejara de recibir armas estadounidenses, los europeos arrastran los pies y no anuncian ningún compromiso nuevo, Zelensky pide más armas, más potentes y más rápido. Pero los líderes europeos miran para otro lado.
El mismo jueves, ante de pasar por el Elíseo, el presidente ucraniano pisó las moquetas de Downing Street, sede de la oficina del primer ministro británico. Este viernes pasó por Roma y a última hora por Berlín. En las cuatro principales capitales europeas recibió una palmadita en la espalda, pero no más armas. A Macron, Scholz, el británico Keir Starmer y la italiana Giorgia Meloni les presentó us “plan para la victoria”, como ya hizo en Washington hace dos semanas con Joe Biden. Su plan, todavía secreto, busca movilizar un mayor apoyo europeo, tanto militar como económico y diplomático, para dar la vuelta a la situación sobre el terreno.
Pero es un plan con exigencias. Ucrania quiere que las potencias noroccidentales le concedan garantías de seguridad como si fuera miembro de la OTAN, aunque sea precisamente porque no quieren concederle esas garantías la razón de que las puertas de la Alianza Atlántica las tendrá cerradas mientras no acabe la guerra. El ucraniano se niega a cualquier alto el fugo o negociación mientras haya un solo soldado ruso ocupando un metro cuadrado del territorio ucraniano reconocido internacionalmente.
Los europeos aceptan eso y Zelensky culpa a la desinformación generada por los rusos las informaciones en medios franceses que hablaban la semana pasada de que el líder ucraniano estaba dispuesto a un alto el fuego. ¿Qué esconde ese plan? De lo que se puede extraer de los grandes medios europeos y de lo que parecen conocer (no está claro hasta qué punto) los ministros de Exteriores europeos, lo que busca Zelensky es al menos mejorar la posición sobre el terreno de sus tropas para tener mejores cartas en una eventual conferencia de paz, sobre todo si vuelve Donald Trump y el apoyo estadounidense se seca en febrero, cuando el magnate debería tomar posesión.
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Zelensky quiere permiso para poder usar los misiles de medio y largo alcance contra objetivos militares en territorio ruso. Promete que sólo se usarán contra esos objetivos e incluso que adelantaría a Washington, Londres, Berlín, París y Bruselas la lista de esos objetivos, que serían por ejemplo bases militares, pistas de despegue de aviones de combate o centros de almacenamiento de energía y depósitos de armas. Pero esa petición sigue sin ser aceptada. Londres no se mueve, aunque la presión interna aumenta. Cinco ex ministros de Defensa escribieron a Starmer para que concediera el permiso, pero el primer ministro por ahora se niega mientras Washington no de el mismo permiso para los suyos.
La visita en Roma era compleja porque el italiano es el Gobierno que más arrastra los pies a la hora de cumplir los compromisos en la entrega de armas. Roma es, de Europa occidental, de las capitales que mejores relaciones ha tenido con Rusia en las últimas décadas y el compromiso atlantista de Giorgia Meloni tiene dos telediarios. Italia es también el país de Europa occidental donde los sondeos dicen que es menos clara entre la población el apoyo a Ucrania. Meloni pasó de ser favorable a Putin a ser contraria justo antes de llegar al poder, pero su socio Matteo Salvini genera más dudas y sus eurodiputados votan repetidamente contra el apoyo a Ucrania en el Parlamento Europeo. Prácticamente todos los eurodiputados italianos, de todos los partidos, votaron contra la resolución que pedía que Ucrania pueda usar contra territorio ruso las armas que se le ceden.
Con Alemania repitiendo, como desde el inicio de la guerra, que su objetivo es evitar una escalada, Zelensky sólo podía contar con Biden, pero la anulación del viaje del estadounidense dejó la gira en una sucesión de decepciones.