Ibán García del Blanco: "En León siempre se juega con la ironía, es la comunidad con más sentido del humor"
"Me sé los diálogos de La vida de Brian de memoria y utilizo algunas de sus frases hechas en muchas ocasiones en mi forma de expresarme. Es mi película favorita". Esta es la jovial confesión del ex eurodiputado socialista Ibán García Blanco, en esta charla 'al fresco' con infoLibre en la que se reconoce también como un admirador total de Chiquito de la Calzada: "Sigo viendo vídeos de vez en cuando porque me hace muchísima gracia simplemente verle hablar. Y siempre me acuerdo de ese chiste de 'paparl, paparl, llévame al circo. No hijo, el que quiera verte que venga a la casa'".
El humor forma, por tanto, parte esencial de su día a día, algo en realidad recurrente en nuestros políticos, que encuentran en él una vía de escape ante tanto problema y tanta refriega. "Es una herramienta muy positiva, y creo que utilizar la ironía es una forma muchas veces de restarle gravedad a cosas que parecen excesivamente solemnes, pero que en muchos casos no merecen tal nivel de circunspección", argumenta, defendiendo de paso que el humor es un "rasgo de inteligencia" que deja un necesario espacio para la "autocrítica".
Por eso no es extraño que confiese que, en realidad, él siempre se está riendo por propia naturaleza personal. "Tampoco se trata de ser un frívolo que se tome todo a broma, pero es verdad que me gusta mucho el humor, incluso para afrontar situaciones difíciles. Me gusta reírme y que se rían hasta de mí", admite entre risas, aclarando, esto sí, que nunca ha bromeado ni va a bromear sobre algo que sepa "conscientemente que le puede afectar a alguien de manera muy personal". "También creo que lo políticamente correcto se está llevando demasiado lejos en algunas ocasiones", apostilla.
Y entonces propone: "Exploremos los límites del humor y restemos a veces solemnidad a algunos de los grandes debates a nivel público que están caracterizados por el mal rollo y la crispación. Que las personas que son especialmente brillantes y se dedican al humor y al arte pongan en tensión constantemente los límites de ese humor. Yo creo profundamente en la libertad de expresión artística y en la libertad de hacer humor".
Confiesa también en este punto ser un devoto irredento del "frikismo", que le hace muchísima gracia. "No puedo evitarlo y sé que en ocasiones es absolutamente vergonzoso, ni siquiera sano desde el punto de vista colectivo, pero hay cosas que me siguen haciendo muchísima gracia", reconoce, al tiempo que señala que él es mucho de tener una "desviación" hacia un determinado tema, cosa o persona durante una temporada y luego ya pasarse a otra cosa: "En algunos casos no me atrevo ni a decirlo en público, podría resultar vergonzoso. Mucha gente que me conoce dice que hay un gran contraste entre las cosas que a veces me hacen gracia y luego otros pensamientos un poco más profundos. Pero creo que todo tiene sentido en conjunto".
Tras destacar que seguramente el libro con el que más se haya reído en su vida es Lo mejor que le puede pasar a un cruasán, de Pablo Tusset, admite que si algo no le hace gracia de primeras le cuesta fingirlo. "Puedo soltar una carcajada por educación, pero me cuesta impostar que me ha hecho gracia, aunque a veces en sociedad hay que hacer ciertas cosas para que los demás se sientan bien. Así que intento no frustrar la ilusión de quien ha hecho la gracia con la mejor intención", plantea. Y destaca, en el caso contrario, que en no pocas ocasiones ha tenido que irse de algún sitio por un ataque de risa por "cualquier tontería" que de repente le viene a la cabeza y que no tiene ni que tener que ver con el momento o la situación en la que se encuentre.
Conozco algunos políticos con muy buen sentido del humor, pero si tuviera que escoger a alguien especialmente divertido es César Luena, mi compañero del Grupo Socialista de Diputados Europeos. Es bastante desconocido en este sentido, pero te hace reír mucho en cuestión de un minuto
“El último político con humor que he conocido es Javier Arenas”: la risa como medicina de Carla Antonelli
Ver más
Lo que de primeras no tiene muy claro García del Blanco es cuál es la región española más divertida, si bien empieza tirando de "tópico" y apostando por Andalucía. Pero rápidamente le tira la tierra: "Yo soy de León y parece que somos menos divertidos, aunque yo creo que no. Creo que simplemente ejercemos el humor de otra manera. En León siempre se ha jugado mucho con la ironía, así que diría que es la comunidad con más sentido del humor".
Haciendo referencia al aluvión de chistes sobre murcianos que proliferan en los últimos años, sobre todo en redes, García del Blanco afirma que son ellos los que necesitan mucho sentido del humor "más que nada porque tienen que aguantar mucho y creo que esa es la mejor manera de hacerlo. Por eso decía antes que hay que aprender a reírse de uno mismo. Diría, por tanto, que los pobres o afortunados que más sentido del humor tienen que tener son los murcianos".
Y termina remarcando que, en cualquier caso, "como humanos estamos cargados de alguna forma de la misma manera" a pesar de las diferencias culturales. Eso conlleva que haya diferentes modos de entender el humor, aunque en esencia haya más similitudes de lo que muchas veces puede parecer a simple vista. Porque las apariencias engañan, como hemos visto ya en su propio caso, y en el de otros muchos políticos, tal y como nos desvela el propio García del Blanco echando mano de colegas: "Conozco algunos políticos con muy buen sentido del humor, pero si tuviera que escoger a alguien especialmente divertido es César Luena del Grupo Socialista de Diputados Europeos. Es bastante desconocido en este sentido, pero te hace reír mucho en cuestión de un minuto".