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Israel Elejalde y la penumbra de Eugene O'Neill

Con 19 años, y aún dentro de la escuela de teatro, el actor y director Israel Elejalde (Madrid, 1973) se cruzaba por primera vez con Largo viaje hacia la noche, de Eugene O'Neill. “Recuerdo no parar de llorar en el último acto. Desde ese momento deseé poder interpretarla alguna vez”, cuenta. Elejalde confiesa en la sección Envidia Literaria, de la revista Verano Libre, que es la obra que le gustaría haber firmado.

 

El drama, escrito por el Nobel de Literatura y cuatro veces ganador del Pulitzer Eugene O'Neill introdujo el realismo dramático iniciado por otros autores como Antón Chejov en el teatro estadounidense. En él el dramaturgo hace un recorrido por sus demonios interiores y sus traumas familiares a través de una representación semibiográfica, plasmada en el hogar de los Tyrone.

La familia, formada por el matrimonio Mary y James Tyrone junto a sus hijos Jamie y Edmund, embarca un viaje desde la luz de la mañana a la oscuridad de la noche, donde se revelan sus problemas, rencores y desgracias, como es la adicción no superada a la morfina de Mary, o la tuberculosis que padece Edmund. Adicciones que sufrió la propia familia de O'Neill y la misma enfermedad que contrajo el autor. De este modo el dramaturgo hace un juego de claroscuros: la afable realidad observable a la claridad del día contrapuesta con la tremenda penuria que alberga la penumbra.

Largo viaje hacia la noche asentó todo un género Estados Unidos, y le hizo valedora de un premio Tony, así como un Pulitzer póstumo a la muerte de O'Neill. “Es para mi la obra fundamental de todo aquel movimiento que se denominó realismo americano y que marcó de forma radical a toda una generación de escritores no sólo de teatro sino también de cine”, explica Elejalde. Una influencia que se refleja en su adaptación de 2016 del monologo La voz humana, de Jean Cocteau, interpretado por Ana Wagener

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Eugene O'Neill finalizó su opera magna en 1941, pero no fue estrenada hasta 1956, contradiciendo el deseo expreso del autor de no llevarla a los escenarios hasta 25 años después de su fallecimiento en 1953. “La obra es autobiográfica y el propio O’Neill no permitió que se representara hasta su muerte por el miedo a que su familia le repudiara”, expone el director.

“Es una obra profundamente dolorosa que reflexiona con mucho amor sobre el fracaso de la familia, –reflexiona Elejalde– sobre el dolor de sentirse incomprendido en el seno de aquellos que estando a tu lado desde siempre son, sin embargo, unos desconocidos a los que a pesar de todo no puedes dejar de amar”.

El deseo del actor por interpretar Largo viaje hacia la noche finalmente se materializó en el Teatro de La Abadía en 2006: “Lo pude hacer en un montaje maravilloso de Alex Rigola hace más de diez años haciendo de Jamie". Un anhelo sólo alcanzable para unos pocos privilegiados dentro de la escena. “Todos los grandes actores americanos han querido abordar alguno de los cuatro personajes e incluso algunos como Jason Robards interpretaron a dos de ellos en distintas etapas de su vida”. Elejalde, nominado a un Goya por su actuación en Magical Girl, se propone emular al referente de O'Neill, que interpretó el papel de Jamie en 1956 y el de James en 1988. “Espero poder algún día interpretar el papel del padre", señala.

Con 19 años, y aún dentro de la escuela de teatro, el actor y director Israel Elejalde (Madrid, 1973) se cruzaba por primera vez con Largo viaje hacia la noche, de Eugene O'Neill. “Recuerdo no parar de llorar en el último acto. Desde ese momento deseé poder interpretarla alguna vez”, cuenta. Elejalde confiesa en la sección Envidia Literaria, de la revista Verano Libre, que es la obra que le gustaría haber firmado.

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