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Javier del Pino: "Si gana Trump, se agotarán los antidepresivos en las farmacias"

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El director y presentador del programa A vivir que son dos días, de la Cadena SER, se encuentra estos días en Washington para cubrir el proceso electoral estadounidense. Hemos podido hablar con él por teléfono. Aún mantiene su casa en las afueras de la capital. Sigue viviendo algunas temporadas en un país que conoce muy bien por los años de trabajo como corresponsal y porque desde muy joven estuvo especialmente interesado en visitarlo y recorrerlo en toda su extensión. Pocos periodistas españoles tienen una experiencia tan intensa de lo ocurrido en aquel país durante las últimas tres décadas.

La crispación en Estados Unidos

Ha habido un enorme crecimiento de la crispación, no solamente durante la época de Trump sino también durante los años de Obama, promovida por algo de lo que ya no se habla ahora mismo, que es el famoso Tea Party. Antes hablábamos mucho de ese ala ultraconservadora del Partido Republicano. Ahora se nos ha olvidado porque todo el Partido Republicano se ha convertido básicamente en parte de esa facción más conservadora. En los últimos años empezaron a sentar las bases del clima de crispación que durante la etapa de Trump se ha establecido y es increíble ver cómo ahora es muy difícil tener una conversación, por ejemplo, en el ámbito familiar o entre amigos. Personalmente creo que se pasará. No es tanto como España, que tiene la pinta que está ahí para quedarse. Yo creo que aquí forma parte de ese trumpismo que, si tenemos un poco de suerte, está a punto de desaparecer.

Si gana Joe Biden

Devolvería la dignidad a este país, la dignidad a la política de este país, y desde luego conseguiría que la imagen de EEUU volviera a ser una imagen de un país con sus defectos y sus virtudes, pero con una cierta normalidad democrática. Una victoria de Biden cerraría el capítulo más oscuro que ha tenido la historia política de este país que es el que ha protagonizado Donald Trump. Lo que no sé si conseguiría es devolver al cargo de la presidencia la dignidad que Trump le ha arrebatado. Trump ha convertido la presidencia en una especie de negocio personal para el que no se ha comportado de la manera más digna. Yo creo que la herencia de estos últimos cuatro años va a tener consecuencias a largo plazo, y va a costar mucho que pueda haber diálogos permanentes y diálogos sosegados entre republicanos y demócratas, incluso entre miembros de una misma familia.

Si gana Donald Trump

Una victoria de Trump sumiría en una enorme depresión a una gran parte de este país. Se acabarían los medicamentos contra la depresión de las farmacias, los pozos se llenarían de gente que se ha arrojado a ellos. Mucha gente, como decía el otro día el escritor David Eggers, se exiliaría, porque cuatro años más de impertinencia por parte de este presidente serían demasiados para su estabilidad mental. Hay mucha gente para la que realmente sería un miércoles horrible si se levantara sabiendo que le quedan cuatro años más de Trump. Pero además, el problema no es ese. El problema es lo que significaría también para la imagen de este país en el exterior y lo que significaría para una sociedad que está completamente partida y enfrentada. Yo creo que sería desastroso y sería muy difícil que este país pudiera recuperarse políticamente de esto.

Polarización en EEUU y en España

Yo creo que no es similar, es distinto. Yo creo firmemente que es una polarización pasajera, artificial. En Estados Unidos tiene más que ver con la figura de Trump que con las conciencias ideológicas de unos votantes y de otros. Los republicanos están empezando a abandonar el barco. Muchos ya están diciendo: “Es que yo apoyé a Trump porque no me quedaba otro remedio". Muchos líderes republicanos ahora van a tener que recomponer un poco su figura política. El hecho de que empiecen, ya no tan veladamente, a renegar de Trump, significa que están dispuestos a acercarse a una posición más conciliadora con los demócratas. En España, creo que el enfrentamiento político es más de fondo y está mucho más enquistado. Aquí yo creo que es más pasajero y está provocado por una figura que vive muy a gusto en el conflicto, que es la del presidente actual.

Convivencia y confrontación

El rumbo que tiene este país no es muy distinto al que tiene cualquier otra democracia moderna en los últimos años. No es distinto a lo que puede haber pasado en Italia, en el Reino Unido, en Brasil y sabe dios si no es muy distinto a lo que pasará en España. Es depositar la esperanza de algunos votantes en líderes que dicen lo que esos votantes no se atreven a decir en público. Esa es la base del populismo. Insisto, tengo la sospecha y la creencia de que este es un mal pasajero y en Estados Unidos hay mucho respeto por la política. Hay gente que nunca discutiría en público y hay gente que se lleva bien aunque tiene ideas controvertidas. Ese odio en España es más genuino. Aquí en cambio puede haber una contraposición ideológica o puede haber una diferencia de opinión entre unos y otros, pero yo creo que hay un respeto por lo que es la actividad de la política y la clase política que no es comparable al español.

Entender Estados Unidos

Tengo un amigo que siempre suele decir que este país se fundó en torno a tres cosas. Este país se fundó cuando los peregrinos que huían de la persecución religiosa en Holanda y en Inglaterra y en Irlanda, de repente llegan a la costa de este país. Poco a poco van avanzando hacia el Oeste, buscando el oro, buscando una vida mejor. Lo hacen además de manera muy violenta, lo hacen cometiendo un genocidio. Es decir, este país está basado en tres elementos: la religión, el dinero y las armas. Es lo que ocurrió en esa conquista del Oeste. Esos tres elementos, la religión, el dinero y las armas, son los mismos elementos que siguen rigiendo la actualidad de este país. Lo que ocurrió con la llegada de los afroamericanos a este continente es un segundo genocidio. Y las consecuencias de ese genocidio se están viviendo ahora. Afortunadamente, eso tiene mucha más visibilidad y se ha puesto en un primer plano. Da un poco de pena pensar que es a costa de las vidas de personas que mueren en la calle con la rodilla de un policía en el cuello.

La subsistencia del racismo

Estados Unidos es un país en el que cualquier cosa que ocurre puedes buscar su origen y te lleva al hecho de que hay racismo, sencillamente. Desde la desigualdad hasta el capitalismo, todo está basado en el racismo y ese racismo perdura. Ese racismo forma parte de la historia de este país. Queda mucho por delante hasta que se pueda erradicar. Es un país tremendamente joven. Apenas tiene 250 años de historia. Todavía se está acostumbrando a convivir con su propia historia. Es un país en el que las cosas se dirimían con duelos al sol entre dos personas con pistola, en el que a los negros y a las mujeres no se les permitía votar hasta hace poco. Es mejor fijarse en que parece mentira que en un país con tan poca historia, la democracia esté tan asentada. En esa corta historia hay una serie de errores que todavía no se han corregido y el mayor, sin duda, es el racismo.

La pérdida de credibilidad de los grandes medios

Creo que los medios tradicionales han cruzado una línea. A mí no me ha gustado que grandes periódicos a los que todos respetamos como The New York Times o The Washington Post o el Daily Times incluso el Wall Street Journal hayan cruzado determinadas líneas editoriales y hayan ido demasiado lejos en su crítica contra Trump. El trumpismo ha afectado a medios que no habían cambiado en nada en los últimos cien añostrumpismo. Y luego está el otro tema: ¿Qué es un medio de comunicación? Hace unos pocos días, Jack Dorsey, el CEO de Twitter, decía: "Yo soy como el arquitecto de una plaza y no puedo controlar lo que la gente dice en esa plaza". Y no es verdad, yo no estoy de acuerdo. Los nuevos medios están jugando a ser medios de comunicación. Y si juegan a ser medios de comunicación tienen que ajustarse a las normas que rigen para todos los medios de comunicación.

El auge de las teorías conspiranoicas

Tiene que ver con el descrédito de los medios tradicionales y con esta tendencia de, en lugar de informarse, reforzar aquello que tú ya piensas. En lugar de buscar una opinión crítica para tu propia opinión, vas a buscar aquello que refuerza lo que ya crees. Estados Unidos es un país muy, muy distinto a España. Estados Unidos es un país en el que siempre ha existido ese sector de la sociedad, no digo conspiranoico, pero sí que se ha mantenido muy al margen de las nociones más básicas incluso de la información y de los contactos más directos con la actualidad. El otro problema está en hasta qué punto determinados lugares en las redes sociales han de ser considerados medios de comunicación o han de ser considerados sencillamente basuras o falsedades. Hasta que no encuentre la manera de regular esos dos mundos y conseguir que el uno se acerque al otro, no conseguiremos que la gente esté parcialmente bien informada.

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Yo abogaría por una cumbre mundial en la que los gobiernos se pusieran de acuerdo en qué hacer con las redes sociales para regular su actividad. Las redes sociales y algunos de sus grandes dueños están empezando a darse cuenta de que pueden tumbar un gobierno de un país, de que pueden provocar una revuelta o una guerra civil. Están empezando a darse cuenta de que no son solamente redes sociales, son medios de comunicación. Hay gente que se informa solamente a través de redes sociales. Si son medios de comunicación tienen que ajustarse a unas normas que tienen que ver sobre todo con la ética, que tienen que ver con la verdad. Además, este es un mundo libre y cada uno puede poner lo que quiera. Aquí el problema es también de educación. Es que la gente entienda que no todo lo que aparece en una red social es verdad, igual que no todas las opiniones que aparecen en un periódico se ajustan enteramente a la realidad.

Las elecciones en EEUU y en España

El sistema político de Estados Unidos tiene una cosa buena, y es que, aunque cueste creerlo, el presidente manda poco. En este país manda la clase política, manda el Capitolio, que es donde se elaboran las leyes. La gestión del día a día no se hace en la Casa Blanca, se hace en el Capitolio y los acuerdos con los países son los que son. Por ejemplo, hay muchos presidentes de Estados Unidos que nunca han visitado España. Eso pasa porque habitualmente dividen a los países del extranjero en dos categorías: los amigos y los enemigos. A los amigos no hay que prestarles atención, porque ya son amigos. Entonces muchos presidentes no han venido a España por la sencilla razón de que no es necesario. También es importante entender que para Estados Unidos muchos lugares son un pequeño punto en un radar. Por eso creo que gane Trump o gane Biden las consecuencias de cara a España son pocas.

El director y presentador del programa A vivir que son dos días, de la Cadena SER, se encuentra estos días en Washington para cubrir el proceso electoral estadounidense. Hemos podido hablar con él por teléfono. Aún mantiene su casa en las afueras de la capital. Sigue viviendo algunas temporadas en un país que conoce muy bien por los años de trabajo como corresponsal y porque desde muy joven estuvo especialmente interesado en visitarlo y recorrerlo en toda su extensión. Pocos periodistas españoles tienen una experiencia tan intensa de lo ocurrido en aquel país durante las últimas tres décadas.

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