‘1883’, un poema épico con las voces silenciadas de los pioneros de Estados Unidos

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El actor Sam Elliott, icónico por sus enormes bigotones, ahora blancos, y su profunda voz, resumía los conflictos que aborda un western en una promoción de la serie 1883. Son tres, según expresaba, el del hombre contra el hombre, el del hombre contra si mismo y el del hombre contra el ambiente, contra la naturaleza.

Esta serie limitada de 2021 de Skyshowtime respeta al pie de la letra este canon del género. Una caravana de pioneros se dirige al oeste más lejano, a Oregón. Son migrantes que han leído en periódicos de Alemania que se regalan tierras en el nuevo mundo.

Caravanas desvalidas ante el rigor del viaje al oeste

Huyen de la pobreza y la opresión, pero no saben nadar, montar a caballo o disparar armas. Conocimientos imprescindibles en la travesía que les espera. Nadie les decía en el anuncio que las tierras que buscaban estaban habitadas por nativos que no iban a recibirles con las manos abiertas.

Junto a ellos una familia, la que da sentido a esta serie, que es un esqueje de Yellowstone. Se trata de contar el comienzo de la saga en Montana. Como llegaron ahí los Dutton, protagonistas de ambas producciones y otras del mismo universo.

La protagonista, una auténtica potra salvaje

Y en este pequeño grupo familiar se encuentra una de las grandezas de la serie, el personaje principal y narradora del relato. La joven de dieciocho años, Elsa, interpretada por Isabel May. Este western no solo cuenta una historia original, sino que renueva totalmente sus claves. El punto de vista femenino elegido es una de las principales aportaciones.

Elsa deja su pasado urbano, su vida de señorita, para ir alejándose de las convenciones burguesas en su conquista del oeste. Se va convirtiendo en una fuerza salvaje de la naturaleza, toda pasión, toda pureza, toda desinhibición.

Aventurera, filósofa, poeta

Su personaje es sobrehumano, de una belleza, coherencia y fidelidad a si misma totales. Su voz es además la de una filósofa y poeta encarnada una mujer real llena de deseo de vivir.

Una de sus muchas reflexiones sugerentes resume el espíritu de la serie: “La libertad para muchos es una idea. Un pensamiento abstracto que atañe al control. Eso no es libertad, es independencia. La libertad es cabalgar como salvajes sobre tierras indomadas sin noción alguna de que exista otro momento más allá del que estás viviendo”.

Un retrato mejorado de los indígenas americanos

Otro de los elementos clásicos del western que 1883 se ha propuesto es contar mejor que hasta ahora lo que atañe a los nativos americanos. En su viaje por el centro del enorme país los protagonistas encuentran a los lacotas, que se traduce como amigos en castellano.

Este pueblo pertenecía a los sioux y se tuvieron que convertir en nómadas ante la presión de los colonos, que competían por cazar los bisontes que eran su sustento. Sorprende muy agradablemente verlos representados en su individualidad y no como un grupo homogéneo.

El creador de la serie, Taylor Sheridan, afirma haberse propuesto hacer justicia a la realidad de los pueblos nativos superando los clásicos del oeste en los que simplemente aparecían como un enemigo brutal.

Vaqueros afroamericanos

1883 cuenta también otra historia marginada en el relato de la conquista del oeste, el papel de los afroamericanos. Uno de los protagonistas, interpretado por LaMonica Garret, representa a un hombre que nació esclavo y cuando el amo murió simplemente se fue a caballo a buscarse la vida. Otra serie producida por Sheridan, Hombres de la Ley: Bas Reeves recrea la historia real del primer ayudante de sheriff afroamericano.

Sheridan cuenta en 1883 una aventura de ficción, pero la dota de mayor rigor histórico y de una reivindicación de muchas personas que contribuyeron al mito fundacional de Estados Unidos y habían sido apartadas del relato hegemónico de los hechos. Sus personajes no existieron, pero las personas de 1883 vivieron y murieron como se cuenta en la serie.

Una pareja de estrellas del country

Sus protagonistas, además de los citados y deliciosos Isabel May y Sam Elliott son Tim McGraw y Faith Hill, pareja en la serie y también en la vida real. No muy famosos en España, son una de las parejas más importantes de la música country. Él ha vendido ochenta millones de discos, ella cincuenta, lo que les convierte en realeza de este estilo.

McGraw era actor antes de este trabajo, pero Hill debuta con una sorprendente soltura. Su química de total confianza se traspasa a pantalla. Según Sheridan, casi cualquier cantante puede actuar, como les ocurre a casi todos los cómicos y cómicas.

Apariciones de Tom Hanks, Rita Wilson y Billy Bob Thornton

Tom Hanks y Rita Wilson, también pareja en la vida real, intervienen en dos personajes tratados con cariño, pero cortos, al igual que Billy Bob Thornton. Y el propio creador de la serie, Taylor Sheridan, aparece como un cazador de atracadores de caravanas en mitad de la acción. Y es que Sheridan fue actor antes de ser guionista y en Yellowstone también se ha reservado algún personaje.

Todos los actores principales estuvieron dos semanas en un exigente campamento perfeccionando su técnica de montar a caballo, llevar un carro o pastorear vacas silvestres.

Belleza y peligros de la naturaleza

Esta preparación es todo un lujo para dar credibilidad a una serie que se desarrolla en una enorme parte cabalgando. Esto, unido a los amplios paisajes, crea una sobrecogedora conexión con la naturaleza. Bien para disfrutarla o para sufrirla ante la dureza de las inclemencias.

En un momento del metraje se representa un tornado que fue reforzado por postproducción. Pero Sheridan esperó a una predicción meteorológica potente y se filmó con vientos de casi cien kilómetros por hora que le dan una fuerza conmovedora. Los actores también tuvieron que adaptarse a un rodaje duro que tuvo días de calor asfixiante en Texas y otros de frío helador en Montana.

El rancho del guionista como escenario

Gran parte de él se desarrolló en la finca del autor de la serie, la descomunal "Los cuatro seises", que se extiende a lo largo de 105.000 hectáreas en Texas. En la reseña sobre Yellowstone ya comentábamos la peculiar relación de Taylor con el rancho hasta hacerse su propietario junto a un grupo inversor. Los animales que aparecen en pantalla pertenecen a las razas que se daban en la época y también son del productor ejecutivo de la serie.

Sheridan sintió el bloqueo del escritor cuando se enfrentó a esta precuela en la que se cuenta el origen de la finca Yellowstone. Una de las ideas que despertó su imaginación fue pensar qué ocurriría cuando la hija de la familia dejara la sociedad educada detrás de si.

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Una hermosísima epopeya americana

Este vaquero y escritor puso como siempre sus condiciones para contar su epopeya y los 169 millones de dólares de los que dispuso se ven en recreaciones de escenarios, vestuarios, extras, caballos, bisontes, vacas, y sobre todo en esos rodajes en exteriores con la grandeza de los ríos, los cielos y las llanuras americanas.

La parte de serie histórica de 1883 muestra una versión menos ensimismada que los clásicos. Taylor procede de inmigrantes irlandeses que huyeron de la hambruna de la patata. Sabe que la gente no emigra buscando aventuras sino porque no tiene otra opción. Ha dado voz a todos los que la habían visto hurtada en tantas y tantas historias del oeste y ha conseguido una memorable película de casi diez horas.

El actor Sam Elliott, icónico por sus enormes bigotones, ahora blancos, y su profunda voz, resumía los conflictos que aborda un western en una promoción de la serie 1883. Son tres, según expresaba, el del hombre contra el hombre, el del hombre contra si mismo y el del hombre contra el ambiente, contra la naturaleza.

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