Dentro del catálogo de Netflix se encuentra una serie limitada de ocho episodios, Giri/Haji: Deber/Deshonor, de 2019, producida junto a la BBC, que rompe algunos esquemas de los policiacos clásicos.
El interés de la trama va cediendo su espacio a las historias personales de unos personajes conmovedores, que terminan enganchando más que los propios giros de la intriga.
La acción sigue la lucha contra la yakuza mientras los diferentes clanes se enfrentan entre sí. A veces resulta lógica y trepidante y alguna que otra vez no tiene mucho sentido. Pero los habitantes del drama van conquistándonos con sus dudas, sus dilemas y su sufrimiento. Y por otro lado, la vida real proporciona ejemplos constantes de la poca lógica con la que nos conducimos las personas.
Londres/Tokio, policías/yakuzas
Los hechos transcurren entre Tokio y Londres, o entre Japón y Reino Unido en ocasiones, una primera dualidad geográfica y cultural. Y, sobre todo, vibra en torno a dos hermanos, uno policía y el otro yakuza, otra dualidad, a la que se refiere el título.
Ni los buenos son perfectos e inmaculados ni los malos carecen de valor. Ni siquiera se sabe siempre quiénes son unos y otros o de qué seríamos capaces si se dan las circunstancias necesarias.
Carisma en cada plano
El reparto funciona perfectamente con unas interpretaciones dramáticas y a la vez resultonas. El hermano mayor, el sensato policía, está interpretado por el actor Takehiro Hira, a quien puede verse en Monarch y que en breve estrenará la serie Shōgun, en Disney+.
El músico y modelo, además de actor, Yôsuke Kubozuka, encarna al pequeño, el canalla irresistible. Y completa el trío protagonista Kelly MacDonald, la escocesa que lo hace todo interesante, a quien hemos disfrutado en películas como Trainspotting y No es país para viejos y en series como Black Mirror y Line of Duty.
El chico intrigante de White lotus en un registro opuesto
Entre el resto de intérpretes destaca Will Sharpe en un papel previo al que interpretó en la segunda temporada de White lotus como el inquietante chico reprimido que no consigue tener sexo con su esposa. Aquí borda un papelón que muestra una faceta casi opuesta y que le proporcionó un premio BAFTA.
Aparece como un llamativo prostituto que expía un pecado y que puede ser el alma de la fiesta o el lastre que hunde el barco. El propio Sharpe padece un trastorno bipolar. El británico japonés fue autor en su día de la serie Flowers, que no puede verse en España. Allí también ejerció como director e intérprete y el creador de esta ficción, Joe Barton, lo ha mencionado como influencia por su profundidad y tono.
Su relación con Taki, hija del policía, interpretada por la debutante Aoi Okuyama, se come en ocasiones las tramas principales con sus personajes desplegando encanto, energía y angustia juveniles.
La chispa surgió estudiando criminología
Joe Barton tuvo el germen de la idea para la serie cuando cursaba un máster en criminología en la universidad de Londres UCL y su novia y compañera le habló de un estudiante japonés de mediana edad que asistía a sus clases.
El alumno era policía en Tokio y venía a ampliar sus conocimientos en ciencia forense. Barton comenzó a imaginar historias que podían haber motivado un desplazamiento tan largo y de ese hilo nació su guion, que ha escrito con Ben Chessell y con el muy experimentado Julian Farino, que ejerce como director.
De policiaco a drama
Su concepto de un policiaco fue transformándose en un drama de personajes como explica a la escritora Sarah Hilary. Así ocurre a medida que avanzan los episodios, y cuando se espera una vuelta de tuerca al peligro, la violencia y la intriga de la serie se para y une a los protagonistas en experiencias de encuentro, de crecimiento o de reflexión.
Incluso la pequeña trama secundaria que queda en Japón, cuando el grueso de los participantes en la historia se desplaza a Gran Bretaña, va creciendo, tomando forma y dando espacio a las tres mujeres que la protagonizan para tener su desarrollo, su tensión y su comedia. Apoyado otra vez en grandes intérpretes.
Una realización con sorpresas
Giri/Haji hace un esfuerzo por insuflar chispa a su narrativa y a su realización con juegos como la introducción del cómic para contar ciertos episodios, los subtítulos voladores en alguna secuencia o un momento especialmente arriesgado y afortunado en el desenlace de la serie.
Barton ha querido jugar con un estilo libre y afirma haber buscado dinámicas entre los personajes que no fueran previsibles o esquemas que utilizan el blanco y negro o el cinemascope según siente que es necesario, al modo que empleó la segunda temporada de la serie Master of none. El melodrama coral Magnolia, de Paul Thomas Anderson, aparece como otra de sus influencias para este proyecto.
El resultado de este puchero de referencias es un drama poco previsible, arriesgado, con suficiente trama como para pertenecer al género de mafiosos o policiaco pero que lo desborda en favor de unos personajes que consiguen importarnos. Todos ellos.
El misterio de la cultura japonesa
En un plano secundario, el título doble, de juego de contrapuestos recuerda al emblemático ensayo sobre Japón El crisantemo y la espada. La antropóloga estadounidense Ruth Benedict consiguió llevar a portada la tesis de su libro, la dualidad del carácter japonés.
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El texto, de 1946, ha sido revisitado y criticado, pero también continúa siendo influyente y muy leído. Se escribió para que el gobierno de Roosevelt consiguiera desentrañar el carácter singular de la sociedad japonesa cuyos prisioneros de guerra resultaban un misterio para los americanos.
El código de la vergüenza y el honor
Como en esta serie, Deber/deshonor, la antropóloga consideró que los japoneses se regían por un código de la vergüenza y del honor. Una gran presión de los padres y el entorno sobre el prestigio de los hijos contribuían a que la decepción ante ellos resultara especialmente insoportable.
Desde una mirada extranjera, como en el caso de El crisantemo y la espada, tanto en los rasgos de la mafia nacional, la yakuza, como en las relaciones entre familiares, esta serie también permite adentrarse en las mentalidades colectivas de Japón, un país siempre interesante.
Dentro del catálogo de Netflix se encuentra una serie limitada de ocho episodios, Giri/Haji: Deber/Deshonor, de 2019, producida junto a la BBC, que rompe algunos esquemas de los policiacos clásicos.