Polémica
Los negocios dudosos de la directora del CNIO
Nunca desprecie las revistas de moda por la supuesta banalidad de sus contenidos. En el Ministerio de Economía, al menos, no volverán a hacerlo, si es que en algún momento habían caído en el prejuicio. Leyendo el pasado 30 de marzo SModa, la revista que acompaña a El País los sábados, se enteraron de que la directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco, ofrecía pruebas para medir los telómeros –los extremos de los cromosomas que revelan el grado de envejecimiento del organismo– en un resort y spa médico de lujo de Altea (Alicante). Después, con los resultados en la mano, vendía las excelencias de un plan antiaging “totalmente personalizado”.
El resort se llama Sha Wellness Clinic y, en efecto, oferta un plan de rejuvenecimiento integral de 14 días por 10.000 euros, sin incluir el alojamiento –entre 230 y 850 euros la noche, según la suite–. Entre sus clientes, la jequesa de Catar, Mozah Bin Nasser Al Missned, y la esposa del primer ministro ruso, Dimitri Medvédev, Svetlana.
El primer paso de esos programas –tiene otro de sólo 6.000 euros en siete días– es un análisis de sangre que sirve para medir los telómeros, una técnica pionera y mundialmente reconocida que desarrolló María Blasco en el CNIO. Un portavoz del spa asegura que las pruebas las lleva a cabo “desde hace más de un año” la empresa Life Length, creada también por la investigadora alicantina para explotar comercialmente el hallazgo científico.
Dudas sobre la compatibilidad de sueldos
La firma, en la que participa la Fundación Botín, fue fundada en octubre de 2010, antes de que la investigadora alicantina fuera nombrada directora del CNIO, en junio de 2011. Un portavoz del centro asegura que se trata de una relación absolutamente legal y que Life Length no es más que lo que que se conoce como una spin off, una práctica habitual con la que se licencia una tecnología para que la empresa la explote comercialmente. Pero la relación entre Life Length y el centro, una fundación pública, no está exenta de polémica.
En junio de 2012 el Ministerio de Economía hizo una inspección en el CNIO. El informe correspondiente, además de recomendar la aplicación de un plan de viabilidad, expresa sus “dudas sobre la “compatibilidad” del cargo de la directora del centro con el de asesora de Life Length, la empresa de la que es cofundadora. Porque por esa tarea de asesoría científica María Blasco cobra, según dice el informe y consta en el contrato firmado por el CNIO y Life Length, 36.000 euros al año más IVA.
Enfrentamiento entre directora y gerente
Además, la inspectora del Ministerio de Economía se queja en su informe de que Life Length no había pagado al CNIO, hasta la fecha de su visita, por los servicios que éste le había prestado, pese a los requerimientos de pago efectuados. El caso es que María Blasco respondió al documento –donde se cuestionan otros aspectos de la gestión y cuentas del centro– asegurando no sólo que la empresa había abonado todas las facturas, sino también descubriendo un sorprendente problema de falta de comunicación entre el Departamento Financiero, el de Innovación y Life Length.
Y es que el informe, además, deja traslucir un conflicto abierto entre el gerente del CNIO, Juan Arroyo, y María Blasco, quien llega a reprochar a la inspectora de Economía que cite “en repetidas ocasiones” a lo largo del documento “opiniones subjetivas” del primero. También culpa a las decisiones de Arroyo en relación con los créditos “de los últimos cinco años” de la “situación deficitaria actual” por la que atraviesa el CNIO. Finalmente le acusa de “falta de consideración” a la vida científica normal del centro desde junio de 2011 –fecha en la que fue nombrada directora María Blasco–.
Fuentes del comité de empresa no desmienten la mala relación entre ambos directivos, pero matizan que no afecta al funcionamiento del CNIO. Un centro de excelencia que ya ha vivido épocas turbulentas con la ruidosa salida de Mariano Barbacid de la dirección en 2011. El año pasado fueron despedidos 11 científicos. Según el informe de Economía, el CNIO ha pasado de un beneficio de 2,5 millones de euros en 2009 a unas pérdidas de 1,9 millones en 2011. Si no se toman medidas, advierte el documento, el centro puede llegar a perder más de seis millones de euros en los próximos cuatro años.
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En cualquier caso, y aunque el informe de Economía no haga ningún comentario al respecto, sí que describe con detalle el contrato suscrito por Life Length y el CNIO: una licencia exclusiva mundial por 30 años para desarrollar una patente y el know how para medir la longitud de los telómeros. A cambio, la empresa debe pagar al CNIO el 15% de las ventas que consiga. Eso sí, el centro tiene que suministrar a Life Length asistencia técnica –por la que paga a María Blasco, otro científico y un técnico de laboratorio– y dejarle utilizar “cualesquiera medios materiales que se encuentren en el CNIO a disposición de su personal”. También deberá formar al personal que contrate Life Length y suministrarle apoyo informático.
De acuerdo con las últimas cuentas enviadas al Registro Mercantil, Life Length tuvo en 2011 unas pérdidas de 256.751 euros, con una facturación de 221.780 euros. Deberá superar el millón de euros en facturación para empezar a pagar al CNIO su 15%. Pero, según el contrato, está exenta del abono de cualquier cantidad por este concepto durante los 24 primeros meses de su actividad. Es decir, hasta octubre de 2012.
Para explicar la entrevista del spa a Economía, de quien depende la Secretaría de Estado de I+D+i desde que desapareció el Ministerio de Ciencia, Blasco se remitió al “error humano” que había cometido una agencia de comunicación, contratada por el resort de Altea. Ésta envió a SModa una entrevista con la investigadora que incluyó algunas licencias. “Se la vinculó de forma incorrecta con el spa”spa, afirman ahora tanto la agencia, Equipo Singular, como el propio Sha Wellness. Y tanto el spa como el portavoz del CNIO niegan que Blasco tenga ningún tipo de relación societaria o comercial con el resort de lujo. Explican que únicamente acudió allí para impartir una conferencia sobre los telómeros, como de hecho aparece reseñada en su página web. La revista, aseguran, ha prometido publicar una rectificación.