Buzón de voz
La Gürtel, de Garzón a Bermúdez
El titular del juzgado número 3 de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez, ha dictado un auto que vuelve a poner la lupa judicial donde la situó su ex colega Baltasar Garzón hace ahora cuatro años, antes de ser inhabilitado precisamente por autorizar unas escuchas telefónicas relacionadas con el caso. Y lo que esa lupa visualiza es una probable trama de financiación irregular en el Partido Popular que ha venido funcionando durante años. Frente a quienes sostienen que la trama Gürtel forma parte del 'caso Bárcenas', Gómez Bermúdez apunta en la misma dirección que en 2009 apuntaba Garzón: 'LB' o 'Luis el Cabrón', o sea Luis Bárcenas formaría parte de la Gürtel como receptor de fondos para el PP, y la Gürtel por tanto es a su vez parte esencial de esa trama de financiación con tentáculos en varias comunidades autónomas.
Gómez Bermúdez admite la querella de Izquierda Unida por la supuesta contabilidad B del PP reflejada en los llamados 'papeles de Bárcenas' pese a la oposición de la fiscalía, que defiende que sea el juzgado número 5 de Pablo Ruz (interino que abandonará la Audiencia en septiembre) quien asuma la totalidad de las investigaciones. Argumenta Bermúdez en el auto las razones por las que estima ser competente. Serán discutibles y recurribles con total seguridad, pero suponen en cualquier caso un salto adelante en un caso iniciado hace cinco años y que acumula 700.000 folios de sumario. Bermúdez ve indicios suficientes de que el “aparato financiero” del PP “recaudaba dinero mediante el cobro de comisiones a empresarios a cambio de la adopción de determinadas decisiones que les beneficiaban”. Y observa que, en la citada contabilidad B del PP, “casan una serie de entradas de cantidades donadas por empresarios con la adjudicación de obra pública entre los años 1990 y 2009”.
Bermúdez cita a declarar como imputados a los ex tesoreros del PP Bárcenas y Alvaro Lapuerta y a diez empresarios que supuestamente hicieron donaciones al partido. La financiación irregular de un partido no está tipificada como delito, así que lo que se investiga son otros posibles 'delitos base', y tanto Bermúdez como en su día Garzón observan la presunta comisión de delitos de asociación ilícita, receptación y blanqueo de capitales, cohecho, prevaricación, tráfico de influencias, fraude...
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El juez considera “prematuro” calificar de imputados a ex dirigentes del PP como Rato, Acebes o Trillo, que figuraban en la querella pero quedan excluidos de momento para no “distorsionar” la instrucción. Hay que recordar que un partido político como colectivo no puede cometer ningún delito. En cuanto a los supuestos sobresueldos cobrados por líderes del PP, fuentes jurídicas explican que ese cobro estaría en la llamada “fase de agotamiento del delito”, es decir que para contemplarlo hay que demostrar previamente la financiación irregular y los delitos que conlleva.
Más allá de la acostumbrada batalla interna en la Audiencia Nacional sobre quién puede o debe quedarse con un caso, lo importante del auto de Gómez Bermúdez es que dicta pasos concretos, como la exigencia a los querellados y al PP de aportar en el plazo de una semana todos los datos que permiten cruzar los donativos al partido y los contratos públicos de los que pudieran haberse beneficiado. Se abrirá una polémica judicial o se hablará de nuevo de los llamados 'jueces estrella', pero lo cierto es que cabe preguntarse por qué esta medida no se ha tomado antes. Como sigue siendo asombroso que en su día no se ordenara el registro del despacho de Bárcenas en la sede del PP o el de su domicilio, por ejemplo.
Pase lo que pase en la tramitación judicial del caso, este auto de Bermúdez rompe una estrategia política que primero consistió en centrar cualquier culpa de la Gürtel en unos cuantos “listillos, chorizos o sinvergüenzas” y, más recientemente respecto a Bárcenas, en una especie de caradura y traidor al partido. Cada día es más difícil para el PP tapar el cúmulo de indicios de financiación irregular.