Buzón de voz

Irresponsables frente a los datos

Prescindamos (que ya es demasiado prescindir) de la ideología, de los principios, de la justicia social, de la desigualdad galopante… Vamos a ceñirnos a lo que a “ellos” les gusta y de lo que presumen: la pragmática, la realidad inmediata, el mal menor, lo posible, lo fáctico, el rigor en la gestión. Y entonces la conclusión es también letal. Estamos en manos de irresponsables.

Cita 1.- “Con la política europea de austeridad pasa una cosa curiosa. No es posible encontrar ningún dato objetivo que la avale. Pero, aun así, tiene apoyos. Especialmente el de las élites financieras y de grandes corporaciones multinacionales”. (Análisis de Antón Costas, catedrático de Economía de la Universidad de Barcelona y presidente del Círculo de Economía).

Cita 2.- “Alemania, Italia y Francia, y la economía de la eurozona en su conjunto, se estancan, dificultando la incipiente recuperación española…” (Análisis de Luis Garicano, catedrático de Economía y Estrategia de la London School of Economics).

Cita 3.- “La Eurozona camina hacia la deflación y España será arrastrada hacia el mismo fin (…) La amenaza de una tercera recesión está ahí. Sus consecuencias podrían ser irreversibles”. (Análisis de Santiago Carbó, catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad de Granada, director de Estudios Financieros de Funcas y consultor del Banco de la Reserva Federal de Chicago).

Las citas podrían ocupar un giga. Habrá majaderos (especie imposible de extinguir) capaces de considerar a expertos de formación, dedicación e intereses tan dispares como “rojos estatistas, utópicos, buenistas”, etcétera. Conviene recordar que lo que importa son los datos, que dan la razón (por desgracia) a lo que vienen advirtiendo desde hace años los norteamericanos Stiglitz, Krugman y compañía, o los españoles José Carlos Díez, Inurrieta, Fabra, Estefanía, Economistas Frente a la Crisis... o el alemán Ulrich BeckEconomistas Frente a la Crisis, entre otros muchos expertos. Y a los que se unen medios tan poco sospechosos de anticapitalistas como The Economist ('Be bold, Mario').'Be bold, Mario'

La tozuda realidad está ahí, y consiste en que Europa está estancada y al borde de una nueva recesión mientras sus dirigentes, desde Angela Merkel a Mariano Rajoy pasando por François Hollande, tocan la lira cegados por intereses o condicionantes de corto alcance. Si la irresponsabilidad política fuera delito, acabarían todos en el banquillo.

La irresponsabilidad del BCE

La conferencia anual de Jackson Hole, que reúne cada agosto en las montañas de Wyoming (EEUU) a los jefes de bancos centrales y los más prestigiosos economistas y financieros, ha dejado en el aire un claro y doble mensaje: en Estados Unidos se discute sobre la calidad del empleo creado por la recuperación acelerada gracias a las medidas de estímulo y sobre el riesgo de subida de los tipos de interés; mientras tanto, Europa asoma al precipicio de otra recesión, y el presidente del BCE, Mario Draghi, no ha ocultado su alarma ante la amenaza inminente de deflación y su convicción de que son necesarias “acciones urgentes” tanto en política monetaria como en coordinación de políticas fiscales de estímulo.

Aquellas palabras mágicas de Draghi que a finales de 2012 hicieron caer las primas de riesgo han agotado sus efectos balsámicos. Eurostat va constatando que las políticas de austeridad impuestas por Alemania, pese al sufrimiento que suponen para los sectores más débiles, no funcionan. Ni se cumplen los objetivos de déficit en los países del sur, ni se contiene el incremento de la deuda pública ni se crea empleo (aún menos un empleo estable que ofrezca confianza para aumentar el consumo). No queda ya experto en el mundo que no reconozca el disparate de que al menos no se haya forzado un aumento salarial y por tanto inflación y consumo en el núcleo duro de Europa mientras la periferia era sometida a ese ayuno de la austeridad. La medicina alemana está dejando sin defensas al enfermo del sur. Y el BCE, por mucho que esté encorsetado por sus funciones estatutarias, ni siquiera ha sido capaz de situar la inflación en el 2%, como es su misión. De hecho, el BCE no se ha cansado de equivocarse en sus previsiones sobre los precios.

Trichet, su antecesor al frente del BCE, hizo todo lo contrario de lo que debía para prevenir el estallido de la crisis financiera de 2008 en Europa, y hace ya tiempo que Draghi debería haber pasado de las palabras a los hechos para evitar una ‘japonización’ de Europa durante décadas. Este jueves tiene cita el consejo del BCE. Pero nadie espera que ocurra nada importante, al menos hasta que estén concluidos los nuevos 'test de estrés' de la banca europea.

[Tras la reunión del consejo del BCE, Draghi ha anunciado este jueves la bajada de los tipos de interés del 0,15% al 0,05%. Un mínimo histórico de escasas consecuencias prácticas, aunque el gesto simboliza que está dispuesto a actuar (¿dentro de un mes?) con todas las armas posibles. El segundo anuncio es el importante: para la siguiente reunión, el 2 de octubre, prevé Draghi que se darán los detalles concretos de una compra masiva de títulos de deuda pública y privada. Aunque no se ha concretado una cifra, se baraja que el BCE abrirá de nuevo una "barra libre" por 500.000 millones de euros durante tres años. Estas medidas suponen, como anticipó Draghi en Jackson Hole, un reconocimiento implícito del estancamiento de la eurozona y de la amenaza de deflación. ¿Serán suficientes para que el crédito fluya de verdad?] 

La irresponsabilidad de la UE

Han pasado tres meses desde las elecciones europeas del 25-M y los dirigentes de la UE siguen dedicados a pactar nombres para ocupar puestos en el organigrama. Si tardan tres meses para nombrar presidente de la Comisión, ¿cuánto necesitarán para variar el rumbo de una hoja de ruta equivocada? Pocos confían en ese cambio mientras Merkel siga batiendo récords de popularidad en Alemania (59% de apoyo) al frente de la Gran Coalición con los socialdemócratas.  

Rajoy vendió como gran logro de su último encuentro con Merkel el apoyo alemán a Luis de Guindos para presidir el Eurogrupo (cuando toque y a tiempo parcial). Y tendrá ese apoyo. Como lo tiene ya del mayor fondo de alto riesgo del mundo, que considera a De Guindos muy apropiado por sus méritos, al haber reducido "un 15% la fuerza de trabajo en España y un 20% los salarios". Lo cual demuestra que las prioridades de la mayoría de los ciudadanos y las de los ases del casino financiero no tienen nada que ver.

No hay noticia de que Rajoy presionara a la canciller para que afloje la soga sobre el déficit, o acepte dar pasos hacia la mutualización de la deuda europea o apoye a Draghi en su intento de abrir la compuerta a la compra de bonos. Pero hay que decir que también Hollande acaba de entregar su política económica a un exbanquero de Rotschild y que se ha comprometido a recortes de 50.000 millones de gasto público en tres años. Tanto recorte como el que planea Rajoy.

El único resultado concreto de la última cumbre de la UE en Bruselas es la convocatoria de otra cumbre en octubre dedicada al empleo y al crecimiento. Demasiado tarde y demasiado escasa la disposición germana a dotar de fondos a esa creación de empleo. Y demasiado cobarde la actitud de Hollande, incluso del italiano Renzi, a la hora de frenar el austericidio.

La irresponsabilidad de Rajoy

Hace tiempo que Rajoy lanzó el mensaje de la recuperación, de la creación de empleo, del fin de los "sacrificios". Y no se consiente que la realidad estropee un buen mensaje político, de modo que el presidente del Gobierno aprovecha cada intervención para criticar incluso a quienes osan recordar que esa supuesta recuperación está cogida con finísimos alfileres. "No hagáis caso de quienes quieren que todo vaya mal", proclama. Como si los datos de Eurostat los inventara la oposición.

Pero no cabe pensar del Gobierno y sus voceros lo que Pío Baroja decía hace un siglo de los socios del Ateneo madrileño ("gente que, en general, tiene obliterado el conducto por donde los demás hombres reciben las ideas"). A pocos meses de las elecciones autonómicas y municipales y a un año de las generales, el Gobierno ha decidido que ni el paro, ni la desigualdad, ni los recortes, ni la deflación existen. Son inventos de unos cuantos "irresponsables". Y por si a la gente, en un ataque de insensatez, le da por votar a irresponsables capaces de enfrentarse al dictado de las élites económicas, hay que cambiar la ley electoral de modo que no se puedan sumar las minorías por grandes que sean. En ello están.

P.D. También resulta irresponsable que, pese a los datos que demuestran el fracaso de las políticas austericidas, un periódico supuestamente riguroso tache de "Populistas infiltrados" a quienes se oponen a esas políticas.

--------------------------------------------------------------------

(Este artículo ha sido actualizado a las 15:00 horas del jueves 4 de septiembre, tras la reunión del consejo del BCE).

Más sobre este tema
stats