Crisis en el PSOE

El PSOE fuerza la dimisión de Zaragoza en el Congreso

José Zaragoza, en la sede del PSC

Resaca dolorosa y contundente. La ruptura de la disciplina de voto de los diputados del PSC ayer en el Congreso, a cuenta de las dos resoluciones presentadas por CiU e ICV que proclamaban el derecho a decidir de Catalunya, ha tenido un amargo día después. José Zaragoza, exsecretario de Organización del PSC, presentó esta tarde su dimisión como secretario general adjunto segundo del Grupo Parlamentario Socialista. No fue la única decisión traumática: los 14 parlamentarios del PSC –o sea, todos, sin excepción– deberán pagar 600 euros. La máxima sanción prevista en el reglamento interno. 

La dimisión se veía venir desde por la mañana en el Congreso. Porque durante todo el día Ferraz, la sede federal, deslizó la idea de que Zaragoza debía dejar su puesto en la dirección del grupo "por coherencia", puesto que su decisión de desobedecer la directriz clara de no apoyar las resoluciones de CiU e ICV no podía ser "compatible" con su mantenimiento en primera línea. Zaragoza contaba, además, con elementos en su contra, a ojos de la cúpula de Alfredo Pérez Rubalcaba. Primero, su presunta involucración en el turbio caso del espionaje en CatalunyaEl Mundo lo señaló como el inductor de la grabación del almuerzo de Alicia Sánchez-Camacho y la expareja de Oriol Pujol hijo–. Y dos, su alineamiento con Carme Chacón, ya que él fue quien movilizó sus apoyos en el 38º Congreso Federal. 

A las 20 horas, Ferraz oficializó lo que estaba cantado: que Rubalcaba aceptaba la "renuncia" de Zaragoza. Ahora bien, el diputado no dejará su acta –será parlamentario raso–, no saldrá del grupo ni tampoco dejará libre su puesto como vocal en la Comisión Ejecutiva Federal. El salto fundamental es que por primera vez en tres décadas el PSC sale de la dirección del Grupo Socialista en la Cámara baja. 

Ferraz también ha querido dar una lección de máxima dureza con respecto a sus compañeros del PSC. Ayer, cuando Elena Valenciano confirmó que sí habría sanciones, se especuló con la cuantía, ya que el reglamento disciplinario del Grupo Parlamentario habla de una horquilla de los 200 a los 600 euros. Finalmente, ha sido de 600 euros. Y para todos. Ello incluye a Chacón, la única diputada del PSC que se desmarcó y rechazó apoyar las resoluciones de CiU e ICV a favor del derecho a decidir. Pero tampoco votó con el Grupo Socialista. Ni se abstuvo. Simplemente, cuando llegó la hora de votar, y aun estando presente en el hemiciclo, no apretó el botón. Ferraz no hizo distinciones y aplicó el mismo rasero a todos los parlamentarios díscolos. ¿Y por qué se impuso la máxima multa? Según esgrimió en una nota la dirección, se consideró la votación "de singular importancia". O dicho de otro modo, de alto voltaje político. Tanto que ha sumido en el desconcierto y acercado al abismo las relaciones de PSOE y PSC. 

Diferencia "de fondo"

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Este miércoles de resaca en el Congreso toda la atención se centraba en las idas y venidas de los diputados del PSOE. Pese a que nadie niega que el momento es muy delicado –nunca desde 1977 PSOE y PSC habían votado separados, ni siquiera cuando tenían grupo propio–, diversos dirigentes socialistas llamaban a la unidad, a intentar curar las heridas. ¿Cómo? El itinerario no está del todo claro. Por ahora, se prefiere que "escampe", que pase la tempestad, se apaciguen los ánimos y, ya remansadas las aguas, discutir aquello que dijo Rubalcaba: los protocolos de relación de los dos partidos hermanos para buscar una mayor "simetría". 

No quiere la ruptura, desde luego, la dirección del PSOE, pese a que Ferraz reconoce que la diferencia es "de fondo", una discrepancia radical sobre el modelo de Estado. Madrid apuesta por un modelo federal y no quiere oír hablar del derecho a decidir del pueblo catalán, que el PSC respalda y lleva en su programa. Pero tampoco quiere el cisma el PSC. Hoy mismo los diputados catalanes relataban la experiencia "dolorosísima" de la votación de ayer en el Congreso, pero añadían que la convivencia siempre tuvo altibajos y que durante 35 años los dos, PSOE y PSC, han "construido" mucho juntos. 

Habrá que ver qué ruta seguir. Y la receta no estará exenta de dificultades. 

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