caso niños robados
“Mi hijo ha muerto tres veces. La primera, dos años antes del parto”
"Tu hijo ha muerto. No te preocupes, eres joven y saldrás adelante". Esta es la frase que escuchó Soledad Monzón poco después de parir a su hijo sietemesino el 11 de enero de 1980, en el antiguo hospital Francisco Franco –hoy Gregorio Marañón–. En ese momento tenía 18 años y era madre soltera. Treinta y cuatro años después escribe con mimo en una caja de cartón vacía que tiene como único regalo una dedicatoria en el envoltorio: "Busco a mi hijo, te estamos esperando. No tardes por favor. Te quiere, mamá".
El hijo de Soledad es uno de los 300.000 niños robados –cifra de las asociaciones en base a las miles de denuncias– que se estiman que hay en España. Casos sin resolver, archivados por la Justicia, que han precipitado que las principales organizaciones de niños robados salgan a la calle en la víspera de Reyes para organizar su propia cabalgata. Una cabalgata donde las cajas de regalos estaban vacías para denunciar todos aquellos momentos de felicidad que no pudieron celebrar juntos.
El hijo de Soledad murió tres veces, según el registro civil, que es en lo que se "ampara el juez del juzgado de lo penal 36 de Madrid para achivarme el caso", explica. La primera muerte, según la documentación aportada por Soledad Monzón, se produjo dos años antes del parto, en 1978. La causa, un aborto, "según acredita el pediatra Pablo Espinosa y no un ginecólogo, como debiera ser el caso". La segunda "muerte" se produjo en una incubadora y la tercera, según "una supuesta autopsia realizada por el ginecólogo Emilio Parache Guillén, que no era forense ni estuvo el día de mi parto, tuvo lugar en la Unidad de Cuidados Intensivos debido a malformaciones".
Soledad no tiene dudas de que su caso responde a una "trama organanizada de robo de bebés". Ella lo parió, lo vio llorar fuerte y vio también como se lo quitaban de las manos. Nunca volvió a saber nada más de su hijo. "Alguien encargaría un niño y me tocaría a mí", lamenta con los ojos vidriosos.
A su parto asistió la matrona Sofía Clemente, "que ya no trabajaba en el hospital y dada de baja en el colegio de enfermeras. De los 39 partos de ese día asistió a dos. Al mío y al de una chica de 16 años. Las dos madres solteras". Monzón sospecha que el administrativo que rellenó la autopsia quiso dejarle una pista. Su segundo apellido, Ruiz, fue cambiado por otro de origen francés, Aunet. "Esto es significativo porque se ha dado en otros casos de bebés robados", apostilló. No obstante, Soledad subraryó que el pasado marzo de 2013 apareció el enterramiento de su hijo pero con dos fechas distintas: el 13 de enero de 1980 y el 18 de enero, cinco días después. "Es para callarme la boca y atenta contra la inteligencia".
"Una trama organizada que debe ser investigada"
El caso de Monzón podría responder a "una trama organizada de bebés robados", tal y como explica Soledad Luque, presidenta de la asociación 'Todos los niños robados son también mis niños', que denuncia una movilidad geográfica en la trata de bebés robados. "Hay casos de niños que desaparecieron en Madrid y luego fueron encontrados en Valencia", asegura.
Luque nació en la maternidad de O'Donell el 25 de enero de 1965 junto a su hermano mellizo desaparecido. Éste fue llevado a la incubadora por falta de peso y a los pocos días falleció, según la versión oficial. "Mis padres pidieron el cadáver pero ni siquiera lo mostraron. Les explicaron que lo habían incinerado, pero las cenizas tampoco se las dieron", apostilla.
Las miles de denuncias que existen en los juzgados para abrir casos de niños robados "demuestran que no es sólo cosa de una monja como Sor María. Estamos hablando de una trama organizada que salpica a instituciones estatales, hospitales, médicos, Iglesia católica y cementerios". Luque reclama que las autoridades informen de cómo están los casos.
El día 6 de diciembre de 1956 nació en el hospital Santa Cristina de Madrid la hermana de Cristina Serrano. Desde entonces no han sabido nada de ella. Sólo pide justicia y que no se les catalogue de "locos". "Sabemos que hay niños que han muerto y madres que los han dado en adopción pero también hay falsificación de documentos, cementerios que se niegan a dar papeles y muchas causas archivadas".
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María Cristina Moracho dio a luz a su hijo un 14 de mayo de 1984 en su domicilio. Fue transportado al clínico San Carlos. "Cuando llegó me dijeron que había fallecido y que se lo habían llevado ya los funcionarios del cementerio. No me lo enseñaron".
Hoy ha depositado su caja vacía en la Puerta del Sol. Junto a ella, otras madres, padres y hermanos que siguen buscando a sus familiares robados han escrito un gran muro de deseos para este 2014. En realidad es sólo uno: "Que vuelvan pronto".
Hace tres décadas, María Cristina se disponía a dar a luz con 17 años y siendo madre soltera. También tuvo un hijo sietemesino, al igual que Soledad Monzón. Cuando le dijo a los médicos que no se creía que su hijo estuviese muerto también le respondieron lo mismo. "Olvídate, eres joven".