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Elecciones europeas

Valenciano ataca con el aborto, el fraude fiscal y el rescate mientras Cañete se encierra en la herencia recibida

Debate Cañete Valenciano

Yolanda González / Juanma Romero

Herencia recibida, gráficos, 'y tú más' y dependencia de los papeles que le acompañaban. El candidato del PP al Parlamento Europeo, Miguel Arias Cañete, no se movió un ápice del eje de la campaña electoral que le han diseñado desde la sede nacional de su partido. A saber: España viene de una situación muy delicada, Mariano Rajoy ha empezado a invertir las cifras económicas y todo lo que signifique que los socialistas vuelvan a tocar el poder es un paso atrás que devuelve a la crisis. "No podemos perder una sola oportunidad de afianzar nuestra mejoría", resumió nada más comenzar el cara a cara en TVE –el único de la campaña– con Elena Valenciano, la cabeza de cartel del PSOE.

Daba igual el bloque del que se tratase. El guión siempre era el mismo: el PSOE lo hizo peor. De ahí que la candidata de los socialistas intentase con poco éxito, pero con insistencia y un tono firme, que Miguel Arias Cañete se pronunciase sobre asuntos tabú para el partido que preside Mariano Rajoy.

Es el caso de la polémica reforma de la ley del aborto ideada por Alberto Ruiz-Gallardón. Y del fraude fiscal, un asunto que Valenciano intentó hilar con el caso Bárcenas pero que el exministro de Agricultura pareció no escuchar. Fue esta la única mención a la corrupción y ahí se quedó. Tampoco hubo hueco para las políticas de regeneración democrática en un momento en el que las encuestas demuestran el enfado de los ciudadanos con la clase política y en el que los partidos coinciden en la necesidad de movilizar a su electorado.

Contra la brecha salarial entre sexos

Sí respondió el conservador sobre el aborto, pero pasando por encima de los detalles en los que había puesto el foco la socialista. Cañete hizo hincapié en que el texto aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 20 de diciembre es provisional, en que ahora está en manos de los órganos consultivos y en que cuando se lleve al Congreso de los Diputados se trabajará para que haya el máximo consenso. Dijo respetar los derechos de las mujeres. Pero no respondió cuando Valenciano señaló que la ley Gallardón, tal y como está redactada, pone en riesgo la salud de todas aquellas mujeres que se vean obligadas a interrumpir sus embarazos en la clandestinidad. Optó por atacar a los socialistas por haber aprobado la ley de 2010 "sin consenso" y atacó la legislación vigente con uno de los argumentos de cabecera del PP, el de que no es posible que una menor de 16 años pueda abortar sin consentimiento paterno cuando necesita autorización, por ejemplo, para ponerse un piercing.

Valenciano aprovechó el bloque en el que se centró en los derechos y libertades de las mujeres para hacer una propuesta concreta, la de llevar una legislación al Parlamento Europeo que elimine las brechas salariales entre sexos.

La frase polémica que enfada a Cañete

Fue hablando de las políticas de mujer e igualdad cuando se vivió uno de los momentos más tensos del debate, moderado por la periodista María Casado. Ese que temían en el PP por la posible reacción de su candidato. La socialista recordó a Cañete una frase suya del año 2000 en la que señalaba que "los regadíos hay que manejarlos como a las mujeres, con mucho cuidado, que le pueden perder a uno". Visiblemente nervioso, el conservador subrayó que esa expresión no se corresponde con la literalidad y que había sido empleada de forma "torticera". En su respuesta, Valenciano invitó al exministro a comprobar que sí pronunció esa frase buscándola "en Google".

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Minutos después, Cañete intentaría reconducir la situación prometiendo a su rival que los socialistas encontrarán al PP en todas aquellas medidas que supongan fomentar la igualdad y defender a las mujeres.

Otro de los enfrentamientos se vivió a cuenta del rescate bancario. La socialista afeó que Cañete dijera que fue "maravillloso" y le preguntó "cómo puede decir" eso si lo están pagando "todos los españoles, sobre todo los más humildes". El exministro respondió que había sido "ejemplar" porque había "riesgo de que más de 25 millones de ahorradores" perdieran "todo su patrimonio por culpa" de los socialistas.

Frente al discurso de la herencia recibida, Valenciano contrapuso el de la herencia dilapidada, el de las políticas sociales que se llevaron a cabo durante los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y que desaparecieron a la llegada de los conservadores a La Moncloa. Acusó al Partido Popular de haber intentado acabar con la prestación de los 400 euros. "Ustedes quisieron quitárselo", insistió. "Han destruido empleo y los salarios han bajado, han aumentado la deduda del 70 por ciento del PIB a casi el 100 por cien y el crédito está destrozado. Usted dirá que no hay alternativa, pero no es cierto", continuó.

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