Elecciones europeas

El mundo según Cañete

Cañete: “Señora Valenciano, a tomar fósforo”

Unos camareros que ya no traen las tostadas de manteca colorada como antes, una emigración forzosa que aporta experiencias "enriquecedoras" o unas exministras "que no tienen estudios" pero que han conseguido sus puestos en la ONU "gracias a donaciones millonarias". Son algunas de las visiones más polémicas del candidato del PP a las elecciones europeas, Miguel Arias Cañete, que este viernes ha vuelto a provocar la controversia al asegurar que debatir con una mujer es complicado porque mostrar “superioridad intelectual” parece “machista”.

Su comentario ha provocado el rechazo de la oposición y especialmente de la aludida, la candidata socialista Elena Valenciano, que se ha preguntado retóricamente si la solución es sacar a las mujeres de los debates. Pero ésta es tan sólo la última frase polémica de una larga lista de opiniones que el exministro de Agricultura ha ido vertiendo a lo largo de los años y que se han referido a temas como el supuesto abuso de los servicios sanitarios que realizan los inmigrantes o a la "utilización" que, a su juicio, hay que darles a las mujeres.

Los camareros de antes

Una de las polémicas más sonadas tuvo lugar en el año 2008, cuando Cañete –entonces secretario ejecutivo de Economía y Empleo del PP– se quejó de que la inmigración había traído a España un crecimiento económico "de baja calidad" y una mano de obra que no era "tan cualificada" como antes. ¿Su claro ejemplo? "Aquellos camareros maravillosos que teníamos, que le pedíamos uno cortado, un nosequé, mi tostada con crema, la mía con manteca colorada, cerdo, y a mí uno de boquerones en vinagre y venían y te lo traían rápidamente y con una enorme eficacia", un servicio que habría descendido en calidad, según explicó el candidato del PP.

Pero la poca profesionalidad de los camareros no fue el único motivo de queja de Arias Cañete. De hecho, en esa misma conferencia, el ahora candidato del PP apoyó el llamado 'contrato de integración' que defendía entonces Mariano Rajoy de cara a las elecciones generales de 2008, asegurando que el "esfuerzo de acogida" que habían hecho los españoles, si bien había sido "positivo" para un crecimiento económico "de baja calidad" en España, daba derecho a los nacionales a pedir a los foráneos que "se integren" y que, si no lo logran, "vuelvan voluntariamente" a sus países de origen.

El porqué de su apoyo a la medida propuesta por Rajoy –consistente en unos contratos para inmigrantes en los que se debían comprometer a respetar las leyes españolas y a seguir una guía de buenas costumbres para integrarse– era claro: evitar las situaciones de "conflicto cultural". Y de nuevo, Cañete ponía un ejemplo: "A los que preguntan les diría que fueran a alguna escuela de la periferia de Madrid en el recreo. No hago más comentarios. Hay enormes problemas de integración cultural en este momento", señalaba el entonces responsable de Economía y Empleo del PP.

Y estos problemas se veían agravados, según Cañete, porque los inmigrantes habían descubierto "la grandeza del sistema sanitario español". "Alguien que para hacerse una mamografía en Ecuador tiene que pagar el sueldo de nueve meses, viene aquí a urgencias y tarda un cuarto de hora", declaraba entonces el exministro de Agricultura, que señalaba que España era "el país más solidario del mundo" y distinguía, no obstante, entre dos tipos de inmigrantes: "los que vienen, ganan dinero para llevar a sus países, como hicimos nosotros en otra época y después se van, y los que se quedan para siempre en España", los cuales debían integrarse de forma "profunda" para evitar "conflictos". En este sentido, Cañete alabó el modelo de inmigración australiano: "Cuando uno va a Australia dice: 'hoy quiero 16.000 enfermeras, 12.000 médicos y 300 conductores de autobús'. Y eso es lo que viene".

El regadío, como las mujeres

Pero la inmigración no ha sido el único problema que le ha dado dolores de cabeza a Arias Cañete. Amén del último episodio con Elena Valenciano, sus declaraciones sobre las mujeres han sido otro objeto de controversia. En el año 2000, por ejemplo, el entonces recién nombrado ministro de Agricultura se desmarcaba con unas palabras que provocaron el rechazo unánime de la oposición y las asociaciones de mujeres, al responder una pregunta sobre agricultura asegurando que "el regadío hay que utilizarlo como a las mujeres, con mucho cuidado, que le pueden perder a uno".

No fue la única frase polémica de Cañete en ese mismo foro, ya que también ensalzó la "gran amistad" que mantenía con el entonces consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía, Paulino Plata, al que dijo que llamaba tantas veces por teléfono que le estaba saliendo "como una novia cara"

Más recientemente, Cañete también ha tenido sus más y sus menos con la prensa. El septiembre pasado defendió a su hija Micaela en Los Desayunos de TVE tras conocerse que ésta iba a ser ascendida a subdirectora de las áreas de Industria y Energía y la Dirección de Investigación de la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC), en sustitución de otra familiar de un ministro, en este caso Beatriz de Guindos, sobrina del responsable de Economía, que días más tarde renunció a su promoción.

Cañete señaló que el ascenso de su hija no tenía nada que ver con su condición de ministro ya que esta era "economista del Estado por oposición", y contraatacó duramente al poner en duda los méritos de las exministras Bibiana Aído y Leire Pajín, que actualmente ocupan puestos en la ONU. "Se van a las Naciones Unidas dos exministras que no tienen estudios, a base de donaciones millonarias del presidente del Gobierno a las Naciones Unidas, y con eso no pasa nada", se quejaba el candidato conservador. Sin embargo, el entonces ministro patinó: Aído es licenciada en Administración y Dirección de Empresas, mientras que Pajín tiene el título de Sociología.

También fue controvertida la afirmación que realizó hace unos meses en el programa El Objetivo de La Sexta el que, hasta su salida, era uno de los miembros más ricos del Ejecutivo. El responsable de agricultura afirmó que en España "se vive mejor con menos" dinero. ¿Su argumento? Que en nuestro país "se vive más alegre, sabemos disfrutar, comer y compartir experiencias". Sin embargo, Cañete no veía un problema que los jóvenes se vean obligados a emigrar por la imposibilidad de conseguir un trabajo, ya que esto les supondrá una experiencia "enriquecedora" y, además, "vendrán más preparados porque sabrán idiomas".

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Un "paseo militar" que se aprobará "por cojones"

Quizá el exabrupto más autoritario de Cañete fue el que soltó en el año 2000, en plena polémica por la aprobación del Plan Hidrológico Nacional. En una conversación con agricultores murcianos en la localidad de Jumilla que fue captada por las cámaras de televisión, aseguró que la polémica ley saldría "por cojones". "El Plan Hidrológico o sale en esta legislatura o no sale nunca", aseguraba Cañete, que se reafirmaba en que "Esta vez sale por narices. En diciembre sale de las Cortes y entra a tramitarse la ley, que va a ser un paseo militar. Tenga usted la seguridad porque el presidente ha dicho en el Consejo de Ministros, estando yo, que esto salía por huevos”.

La salida de tono del entonces ministro de Agricultura le costó que el presidente y el vicepresidente de Aragón –una de las comunidades más perjudicada por el Plan–, por entonces Marcelino Iglesias y José Ángel Biel, respectivamente, pidiesen su dimisión, así como que el vicepresidente primero de la época, Mariano Rajoy, tuviese que salir a rectificarle. Días más tarde, y ante el malestar que creó incluso en su propio partido, el propio Cañete tuvo que pedir disculpas asegurando que "el exceso verbal se produjo en una conversación privada, con unos términos que no reflejan la línea del Gobierno, y no pensaba que fuera a ser retransmitida".

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