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Educación

Titulados universitarios buscan salidas laborales matriculándose en FP

Estudiante de FP hace prácticas en una empresa metalúrgica.

Tener un título universitario no es, ni mucho menos, una garantía para encontrar empleo en España. No es de extrañar, por tanto, que cada vez sean más los jóvenes que, a pesar de tener bajo el brazo su título de licenciado o diplomado –ahora, graduado– vuelven la mirada hacia la enseñanza de oficios con la esperanza de que unos estudios más prácticos les hagan más competitivos a la hora de regresar o de incorporarse al mercado de trabajo.

Por el momento no hay cifras oficiales de cuántos son, pero es una realidad que constatan alumnos, profesores y representantes sindicales consultados por infoLibre. En el Ministerio de Educación también reconocen haber detectado esta tendencia y aseguran estar recabando información para poder ofrecer una estadística fiable en su próximo anuario educativo. No obstante, en una comparecencia de prensa de hace unos meses la número dos de este departamento, Montserrat Gomendio, ya apuntó que en algunas autonomías el número de titulados universitarios cursando estudios de FP llega al 10%. 

En la clase de Carmen Medina ese porcentaje era del 15%. Licenciada en Periodismo, decidió matricularse en un ciclo formativo de FP en Asesoría de Imagen Personal. Recuerda que tenía dos compañeras más con estudios universitarios, una venía de Turismo y la otra de Magisterio. Y en clase había una veintena de alumnos. "Mi idea era hacer un máster, pero mis padres no lo podían costear y yo no tenía ningún ingreso en aquel momento, así que miré la FP. Me matriculé con la idea de hacer algo a la vez que echaba CV por todos sitios. Lo hice sin ninguna expectativa, no pensaba que fuese a encontrar trabajo con este ciclo, de hecho mi idea era que si me salía algún trabajo donde fuese mientras, lo iba a dejar...", señala. Hizo las prácticas en una agencia de modelos en la que después le ofrecieron el contrato. Ahora es la encargada y tiene a su cargo el departamento de producción de eventos. 

María Rodríguez también encontró trabajo tras hacer un ciclo de FP. Doble tituladada en Administración y Dirección de Empresas (ADE) y Comunicación Audiovisual, se matriculó en un ciclo formativo cuando solo le quedaba el proyecto. "Quería especializarme en la rama de Sonido y esa era la opción más barata. La alternativa era la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid que cuesta 5.000 euros al año y dura tres cursos". Reconoce que tener la FP aumentó sus posibilidades de encontrar empleo, pero cree que su doble licenciatura también ayudó. "Sé que en mi actual trabajo valoraron que tuviera además dos carreras para contratarme", señala. 

Una alternativa económica y más práctica 

La realidad de las cifras refleja también que el número de alumnos matriculados en estudios de Formación Profesional ha aumentado un 26,7% desde 2008. Son 697.408 este curso, según la estadística oficial. Óscar Molina, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y autor de un estudio sobre movilidad laboral, cree que uno de los aspectos que ha podido contribuir a este auge está relacionado con la toma de conciencia sobre lo que significa la "sobrecualificación". "Nos hemos ido dando cuenta de que tener una carrera no es un seguro de empleo", destaca.

Julio Serrano, responsable de Universidad e Investigación de la Federación de Enseñanza de CCOO, cree que la alta tasa de desempleo juvenil –del 55,48% según datos de la EPA del primer trimestre de 2014– tiene que ver en una tendencia que también han constatado desde el sindicato. "Hemos detectado que en determinados ciclos como los de Informática, Automoción... se matriculan cada vez más universitarios. Ante la falta de perspectivas, los jóvenes ven en las prácticas que ofrecen estos ciclos una oportunidad de acercarse a las empresas. En este punto también influye, por supuesto, la subida de las tasas de los estudios de posgrado", añade. 

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El precio de los estudios de grado ha aumentado de media un 20% en los últimos dos años. De media un curso de grado de 60 créditos, sin repetición de matrícula, tuvo este curso un precio de 1.105 euros. No obstante puede alcanzar los 2.000 euros en Cataluña –aunque en esta comunidad los precios están vinculados a la renta de los estudiantes– y los 1.500 en Madrid. Cursar estudios de máster que habiliten para desarrollar una actividad profesional (como el que necesitan los maestros) en una facultad pública cuesta de media 27 euros por crédito. No obstante, hay diferencias por autonomías. Los precios más altos los establecieron la Comunidad de Madrid, con un precio medio de 42,75 euros por crédito y Cataluña con 40,88. 

En cambio, la FP sigue siendo gratuita en la mayoría de las autonomías –sólo Madrid y Cataluña cobran por hacer ciclos superiores entre 250 y 350 euros–, por lo que los alumnos sólo tienen que abonar el precio del seguro escolar, que cuesta poco más de un euro. De hecho, la variable del precio fue una de las razones por las que Elena Heredia, licenciada en Biología, también optó por matricularse en un ciclo formativo de Química Ambiental. "Era la opción más práctica y en ese momento creí que era un buen complemento a mi formación, más barato y útil que hacer cursos o algún postgrado. Sólo pagué el seguro escolar", asevera. Recuerda que en su clase –hizo este ciclo en el curso 2011-2012– había otro compañero con estudios universitarios. "Era doctor. Al final encontró trabajo y dejó el curso a mitad". 

José María Fernández es profesor del ciclo de Técnico Superior en Animación Sociocultural en un instituto público de Zaragoza, donde también se imparte el de Técnico Superior en Educación Infantil. Señala que, de forma habitual, suele haber entre 1 y 3 casos de alumnos titulados universitarios en los grupos a los que ha dado clase en los últimos años. Además, se da la coincidencia que el grado de Educación Infantil da puntos de cara a los concursos, así que se ha convertido también en otra vía para ganar méritos de cara a unas oposiciones cada vez más complicadas por la imposición del 10% en la tasa de reposición para los funcionarios. De hecho en su centro, en las pruebas libres de acceso para este último ciclo, de los 92 inscritos hay 32 titulados universitarios (10 licenciados y 22 diplomados), así que es posible que el porcentaje aumente el próximo curso. 

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