Elecciones 24-M
Ferraz llama a capítulo a Carmona ante las discrepancias por la campaña en Madrid
Tarde del lunes 13 de abril. Se produce una reunión que no estaba programada en Ferraz, la sede federal del PSOE. Son tres los protagonistas: Antonio Miguel Carmona, el candidato socialista a la Alcaldía de la capital; César Luena, secretario de Organización y número dos de Pedro Sánchez, y Rafael Simancas, presidente de la gestora del partido en Madrid. La cita, convocada por la dirección federal, tiene un objetivo: apaciguar las tensiones y aplacar el ruido interno a 40 días de las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo, donde los socialistas aspiran a arrebatar el bastón de mando a la derecha después de 26 años.
En el encuentro, como pudo confirmar infoLibre, Carmona se quejó a Luena por el diseño de la Conferencia Municipal, celebrada el pasado fin de semana, y por cómo había sido orillado en la clausura. Simancas apoyó sus argumentos aunque, según algunas fuentes, le reprochó las críticas al partido vertidas en los medios de comunicación. Según fuentes de la reunión, el secretario de Organización explicó que todo fue un "equívoco" y que no hubo "mala intención", que se había programado un acto de cierre de la convención con Ángel Gabilondo, el candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid; Pedro Sánchez y quien se convirtió en la estrella de la jornada, el expresidente del Gobierno Felipe González. Una clausura que era uno de los primeros grandes actos de partido para Gabilondo, que no es militante, y que era necesario que se sintiera "a gusto" y "arropado" por cuadros y afiliados.
Desde la dirección federal se argumenta que la intervención de Gabilondo era "normal", ya que en este tipo de cónclaves suele participar, en el cierre, el barón anfitrión, como ocurrió con la Conferencia Autonómica que los socialistas celebraron en Valencia en enero. Allí actuó de telonero el secretario regional, Ximo Puig. En el caso de Madrid, se cedió el protagonismo a su nuevo candidato, Ángel Gabilondo.
La cita en Ferraz sirvió para "desactivar" la polémica de los últimos días. Para aclarar las cosas, y para dejar sentado a todas las partes –el federal, el candidato y la gestora– que no se podían "enzarzar" en más discusiones, porque eso perjudicaría el devenir de la campaña y distraería del objetivo principal: presentar propuestas, siempre según el relato de fuentes socialistas. El PSOE siente que tiene más a tiro que nunca una plaza fortín del PP durante más de dos décadas, y no quiere que nada enturbie ese camino. La consigna es clara, según confirman todas las fuentes: toca "paz" y dejar los fuegos atrás para centrarse en el trayecto hacia el 24-M.
No fue la única reunión del lunes. En Callao, la sede regional, también se vieron Simancas y los coordinadores de campaña de Gabilondo y Carmona, Óscar López y Mar Espinar, para cuadrar las agendas de ambos candidatos y perfilar los actos que ambos compartirán en las próximas semanas.
El martes, todos intentaban dar por "zanjado" el conflicto, y se negaban a darle mayor recorrido. "Todo solucionado", insistían varios interlocutores. Carmona negó en rueda de prensa por la mañana desencuentros con Gabilondo y remarcó que el apoyo que le presta la ejecutiva federal es "absoluto". Sostuvo que no hay "ningún agua revuelta" en el PSOE y que sólo quiere hablar con los madrileños y no gastar "ni un minuto más en especulaciones".
Negociación por el 'paseíllo' del domingo
Nada que ver con las declaraciones que había hecho 24 horas antes. Las que habían conducido a la cita en Ferraz. Carmona había reconocido que en el PSOE hay "runrún" al insistir él tanto en que está "a punto de llegar a la meta", la Alcaldía de Madrid, porque no se entretiene "en cuestiones internas, que las hay". Y añadió que en su partido hay gente que "históricamente no ha querido ganar las elecciones". Son "unos pocos", dijo, pero a él no le van a frenar en su camino hacia el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de la capital. "A mí me han dicho que gane Madrid y voy a ganar Madrid pese al PP y a algunos miembros del PSOE", dijo en la Cope.
Carmona llevaba varios días mascando el malestar con Ferraz. Como confirman sus colaboradores, digirió muy mal el papel que le había reservado la dirección de Sánchez en la Conferencia Municipal del pasado fin de semana. No entendía que se hubiese programado su intervención en la apertura, el sábado, junto al vicecoordinador de la convención, el alcaldable de Barcelona, Jaume Collboni; la presidenta del partido, Micaela Navarro, y el regidor de Vigo, Abel Caballero. Consideraba que su sitio estaba en la clausura, dado que además la Conferencia se celebraba en la capital y que la dirección ha depositado sus esperanzas, sobre todo, en Madrid y Valencia. Deseaba un papel más preeminente. Pero no hubo forma de cambiar ese plan.
El equipo del candidato, encabezado por su coordinadora de campaña, Mar Espinar –secretaria de Organización de la agrupación de su distrito, Chamberí, y número 6 de la lista municipal–, tuvo que fajarse en otra negociación. Esta vez por el paseíllo final. Estaba previsto que Carmona accediera al plenario acompañado del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, y de César Luena, y que además se le ubicase en un segundo plano. El enojo del aspirante iba a más y amagó con no asistir a la clausura. Al final, el aparato federal cedió: Zapatero y Luena llegarían al escenario primero y, separadamente, Carmona, Gabilondo, Sánchez y González. Las imágenes grabadas por el PSOE daban cuenta del disgusto de Carmona, como dejaron constancia de la patente incomodidad de Zapatero, a quien el partido invitó a acudir como mero oyente, sin darle turno de palabra.
El cabreo de Carmona trascendió. Este se enojó en cuanto supo que, "desde la gestora", se estaba "filtrando" la idea de que su protesta obedecía a su voluntad de "salir en la foto" con Sánchez, González y Gabilondo. "Y eso no es cierto", indican fuentes próximas, quienes insisten en la incomprensión que sentía por la organización de la Conferencia. También restaban dramatismo al encuentro en la sede federal, dado que las relaciones con Luena son "cordiales" y al final se pudo deshacer el "malentendido".
"Excelentes" relaciones con Gabilondo
Los colaboradores del candidato defienden que el lunes, cuando habló de los que "históricamente" no han querido "ganar las elecciones", no estaba mirando a Ferraz, pese a que Sánchez apenas lo citó en su intervención de cierre, y pese a que interpreten que es una estrategia equivocada "centrar" todos los esfuerzos en el Gobierno autonómico, cuando la victoria en la Comunidad depende de un buen resultado en el Ayuntamiento. Dicen que tampoco se fijaba en Gabilondo, con quien mantiene un trato "excelente". Ni siquiera en Simancas, con el que las relaciones son bastante fluidas, pese a que Carmona era uno de los hombres fuertes de la dirección regional de Tomás Gómez, caído en cuanto Sánchez impuso la gestora.
Los recelos del candidato se dirigen hacia un miembro de la ejecutiva provisional del PSM, Daniel Viondi, vicecoordinador del Comité Electoral del 24-M y secretario general del distrito de Vicálvaro de la capital. Viondi es uno de los hombres de confianza de Sánchez y uno de los dirigentes clave de su campaña hacia la Secretaría General del PSOE, el verano pasado. Distintos dirigentes del entorno de Carmona coinciden en señalarle como uno de los responsables que "piensan más en el congreso posterior que en las elecciones del 24-M". En el círculo del exlíder del PSM deploran que "se esté poniendo en marcha una campaña para liquidarlo", anticipando "que no se gobernará el Ayuntamiento, cuando antes era al revés", que Gómez tiraba a la baja los pronósticos por su rechazo en la Comunidad.
Como telón de fondo, por tanto, la lucha por el poder. El candidato a la Alcaldía ya manifestó, a los pocos días de la destitución de Gómez, que estaría dispuesto a convertirse en secretario general del PSM. Este martes, Carmona subrayó que su "única ilusión" es conseguir el timón de Madrid y que no tiene "otra cuestión por delante". Dijo no renunciar al objetivo del liderazgo del partido, pero a 40 días de los comicios su obsesión es otra. "La ejecutiva federal no decide quién es el secretario general de Madrid. Lo deciden los militantes y eso se verá después", declaró.
Ganar la Alcaldía sería para Carmona la mejor forma de garantizarse la victoria en el congreso posterior. No es un reto inalcanzable, porque las encuestas preludian que el PP perdería la mayoría absoluta. Si firmase un mal resultado, podría perder sus opciones. Y ahí entrarían en juego alternativas como la de Viondi o la de Pilar Sánchez Acera, quien disputó a Tomás Gómez el control del PSM en 2012 y perdió con un 40,78% del voto de los delegados. Ambos figuran en la lista autonómica, en puestos de salida (12 y 13, respectivamente). Pero si Viondi está más ligado a Sánchez, ella está más vinculada a Simancas. Gabilondo, gane o pierda, no podría convertirse en jefe del PSM, puesto que no es militante y, como él mismo ha dicho, no piensa pedir el carné.
Apoyo cerrado de Sánchez
"Habrá gente que no quiere que Antonio Miguel sea secretario general. Como hay gente que no piensa en las elecciones sino en el congreso", asegura un dirigente muy próximo a él. "Que hay gente que conspira, desde luego, pero nuestras energías no están en esto, están en ofrecer una alternativa a los madrileños", constata otro de sus colaboradores. El candidato pidió "silencio a todo el mundo y unidad" para zanjar la polémica definitivamente. Viondi no atendió la llamada de este periódico. Tampoco lo hizo Simancas, el presidente de la gestora.
Sánchez fue preguntado en Castellón, y subrayó que "por supuesto" el número uno a la Alcaldía de la capital cuenta con su apoyo, y le calificó de un "excelente" candidato. El PSOE tiene "la enorme oportunidad de liderar un cambio seguro y que Antonio Miguel Carmona sea alcalde y Ángel Gabilondo el presidente de la Comunidad". "Creo que es tan importante ese reto que tenemos los madrileños que estoy convencido de que ambos harán posible ese cambio", señaló, informa Europa Press.
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Coordinación de las agendas
En la reunión entre Simancas, Espinar y López, por otro lado, se trabajó en coordinar agendas de los dos candidatos. Ambos, Carmona y Gabilondo, encarnan dos modos de hacer campaña. El aspirante a la Alcaldía mantiene múltiples actos cada día en distintos puntos de la capital, desde hace varios meses, antes incluso de ser nominado. El cabeza de lista al Gobierno regional empezó con un perfil más bajo. En este mes de abril, como explican desde su equipo, protagoniza un encuentro sectorial cada mañana y una asamblea abierta a ciudadanos en la ciudad y en municipios de la Comunidad, ajustándose a un eje temático cada semana (empleo, educación, sanidad y servicios públicos y arte y cultura). Ya en campaña, del 8 al 22 de mayo, se volcará en un formato más extraño para él –dado lo limitado de su trayectoria política–, el "mitin puro y duro".
Carmona y Gabilondo acudirán juntos a la manifestación del Primero de Mayo y a los actos institucionales del 2, Día de la Comunidad. Compartirán apertura y cierre de campaña y todos los mítines que se hagan en la capital que se celebrarán, si nada cambia, en los distritos en los que el PSOE ha sido tradicionalmente más fuerte que el PP. En los equipos de los dos asumen que son candidatos "complementarios, pero con perfiles muy distintos", y de ahí el distinto cariz de sus respectivas campañas.