La nueva legislatura
La dirección del PSOE lo fía todo a que Podemos se abstenga en el último minuto
La cuenta atrás hasta la disolución automática de las Cortes y la convocatoria de unas nuevas elecciones avanza. La fecha límite es el 2 de mayo. Y aunque las negociaciones han entrado esta semana en una situación de bloqueo total, la dirección del PSOE insiste en su estrategia y no contempla por ahora un plan alternativo: Ferraz defiende el pacto con Ciudadanos, cree que Podemos acabará cediendo y confía en que Sánchez se convierta en presidente gracias a una abstención de los de Iglesias en el último minuto.
Desde el fracaso de Pedro Sánchez en la investidura los socialistas han redoblado sus mensajes de presión al partido morado. Lo hizo ya el propio candidato tras el debate en el Congreso, cuando acusó a Pablo Iglesias de "traicionar" a los votantes que "querían cambio" y de convertirse en la "tabla de salvación" de Rajoy. Esa misma ha sido la tónica de los días siguientes. Este mismo viernes la presidenta andaluza Susana Díaz, el portavoz en el Senado Óscar López y Jordi Sevilla, uno de los negociadores socialistas, reclamaron a Podemos que rectifique.
"Creo que los ciudadanos no entienden lo que está pasando. Hay que dejar los debates de sillones y los pactos de poder, y pensar en los ciudadanos que llevaban mucho tiempo pidiendo pluralidad", defendió Díaz. "Esperamos que los demás muevan ficha, especialmente Podemos. Que recapaciten y hagan posible el cambio, porque Rajoy sigue como presidente en funciones y sus políticas también", reclamó López. "Va creciendo el apoyo a un Gobierno de cambio. Nosotros seguimos tendiendo la mano", agregó Sevilla.
Presión a Iglesias
Un cargo de la ejecutiva federal del PSOE consultado por infoLibre defiende que "es posible construir" con el acuerdo con Ciudadanos como base. "Es que es verdad que hemos llegado a un buen acuerdo", insiste. Preguntado por la estrategia de los socialistas de negociar sólo de la mano de Albert Rivera, comenta: "No sé qué problema tiene Podemos con sentarse. En su tejado está la pelota: si nos sentamos seguro que hay margen y espacio. El no querer sentarse es muy significativo".
Un dirigente territorial afín a Ferraz es más explícito: "El nudo de la soga se va apretando en torno al cuello de Iglesias. Pablo está cada vez más sólo", considera este socialista para quien Podemos "no ha calculado adecuadamente el peaje de votar dos veces no a Pedro [Sánchez]". Esta misma fuente asegura ser "partidario de mantener el acuerdo" con Rivera y, a partir de ahí, seguir sumando: "Ahora hay mucho de escenificación, pero no me creo que al PNV, por ejemplo, le moleste un pacto del PSOE con un partido de centro-derecha como Ciudadanos", opina.
El texto suscrito por socialistas y la formación naranja, apunta un miembro de la dirección del PSC, "se va a mantener hasta el final". Fuentes socialistas consideran, a preguntas de este diario, que si se repiten elecciones ese pacto puede pasarles factura, pero la cúpula de los socialistas catalanes afirma que "lo mejor es no renunciar a los acuerdos ya alcanzados". "¿Qué credibilidad tendríamos ahora si renunciáramos a ese pacto?", se pregunta otro cargo regional preguntado por la pretensión de Iglesias de que el PSOE comience a negociar desde cero.
Encuestas y líos internos
Así las cosas, en el PSOE dejan muy claro que no están dispuestos a renunciar al pacto con Ciudadanos –"somos los únicos que hemos sumado desde el 20-D. Antes teníamos 90 votos, y ahora 130 o 131", apuntan en Ferraz– y confían en que sea Podemos quien cambie de opinión. En el círculo de Sánchez hay cierta confianza en que eso ocurra. Un dirigente regional fiel al secretario general recuerda que "al principio Podemos no quería sentarse con nosotros hasta que dejáramos de hablar con Ciudadanos, y al final lo hicieron".
"La decisión es suya. Los que no han querido negociar hasta ahora han sido ellos. Los que han exigido la Vicepresidencia y la autodeterminación han sido ellos", insiste una integrante de la ejecutiva federal que, preguntada por si los socialistas confían en que Podemos se siente a negociar incluso con Ciudadanos, responde: "Depende de ellos, de cómo vayan sus cosas internas y sus encuestas". Entre las fuentes consultadas por este diario, esos son los dos elementos en los que el PSOE confía para hacer cambiar a Podemos: lo que califican de "líos internos" y la marcha de los sondeos.
Sobre el primero de ellos, un líder regional asegura que "incluso en Podemos hay división interna en el núcleo duro". Asegura que "es así desde hace semanas" y confía en que esa supuesta fractura se traduzca en presiones a Iglesias para que se abstenga y deje gobernar al PSOE. En torno a las encuestas, un cargo de una federación próxima a Sánchez dice que a medida que el reloj corra Podemos verá "mayor peligro" de ser a ojos de la opinión pública "el responsable" de unas nuevas elecciones tras las que "sería más fácil que PP y Ciudadanos formaran una mayoría para gobernar juntos". "Van a ir cambiando", pronostica.
Sin plan B
Tanto partidarios como críticos con Pedro Sánchez admiten que el PSOE no cuenta por ahora con un plan alternativo definido en caso de que Podemos no ceda. Un dirigente territorial próximo a Sánchez señala que "sin renunciar al acuerdo, las reuniones se pueden hacer con el formato que se quiera" y admite que "habrá que encontrar un camino para sortear los obstáculos" si el partido morado no se sienta a la mesa junto a Ciudadanos. "A veces hay que ser muy imaginativo", comenta, aunque admite que por ahora no se ha pensado en otro posible formato para los contactos.
Los críticos con las gestión de Sánchez, por su parte, hacen mayor hincapié en que "la estrategia de negociar de la mano de Ciudadanos sólo sirve para una o dos semanas", en palabras de un cargo de la máxima confianza de un barón crítico. "Si todo sigue bloqueado la situación tendrá que cambiar y habrá que dar menos importancia a cómo negociar", añade, abriendo la puerta a posibles cambios de estrategia en lo que a negociar necesariamente junto al equipo de Albert Rivera se refiere.
Fuentes de varias federaciones críticas agregan que la táctica impuesta por la dirección de Sánchez sólo puede llevarlos a sentarse "con el PP", un objetivo que Albert Rivera nunca ha ocultado. Un dirigente señala a este diario que negociar sólo si también se sienta en la mesa Ciudadanos es un ejercicio de "entreguismo" al partido naranja, al que se concede demasiado "protagonismo". "Es una grave pérdida de autonomía del PSOE; es que les estamos tratando de igual a igual", se queja otro cargo, para quien insistir en el pacto con Rivera sólo habría tenido sentido si "condujera a garantizarnos el gobierno".
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El partido que lidera Pablo Iglesias, mientras tanto, se mantiene inflexible. Las presiones de los mensajes socialistas no han hecho mella en los planteamientos negociadores de la formación, que ve imposible abstenerse si el PSOE no cambia drásticamente su propuesta económica. Miembros de la ejecutiva morada comentan que "toda la batería de medidas económicas que plantea el acuerdo de PSOE y Ciudadanos es incompatibe con las propuestas sociales que hace Podemos", informa Daniel Ríos.
En ese sentido, fuentes del partido señalan que en el plazo que resta hasta la convocatoria automática de elecciones seguirá intentándose el pacto de coalición con el PSOE, pero admiten que de puertas adentro se trabaja, fundamentalmente, con dos hipótesis: que socialistas y Ciudadanos acaben pactando una gran coalición con el PP o que se repitan las generales. "Parece muy complicado" que los de Sánchez rompan el acuerdo con Rivera para girar a la izquierda, señala un dirigente. Sólo voces minoritarias son partidarias de la abstención.
Por último, el partido morado niega que la fractura interna que mencionan fuentes socialistas sea tal. La crisis interna más acusada se desató esta semana en la Comunidad de Madrid, donde diez cargos dimitieron de la dirección regional. Pero fuentes de Podemos explican que los motivos de esas renuncias no tienen relación con supuestas discrepancias a nivel estatal o la existencia de corrientes enfrentadas. Denuncian una "campaña de presión que incluye el invento de divergencias" entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón y circunscriben la crisis en Madrid a las críticas al secretario general autonómico, Luis Alegre, a quien los dimisionarios acusan de "inacción".