XX Congreso del PCE
El PCE recupera la capacidad de romper con IU
La fecha no fue casual. Coincidiendo con el 39º aniversario de la legalización del Partido Comunista, este sábado el madrileño barrio del Pozo de Tío Raimundo acogió la primera fase del XX Congreso del PCE, en la que se debatieron y consensuaron diferentes documentos en los que quedó recogida la línea política que seguirá el partido en un futuro, sobre todo con la vista puesta en la Asamblea Federal de IU –partido en el que están integrados los comunistas desde 1992–, prevista para el próximo mes de mayo y en la que previsiblemente el diputado Alberto Garzón se hará con el liderazgo e intentará imponer sus tesis sobre la necesidad de una reforma en la federación.
Una de las propuestas que fue debatida y aprobada por el plenario del Congreso fue la recuperación de las competencias que el partido había cedido a IU en 1992. Desde ese año, el PCE no tiene capacidad para decidir con quién se presenta a las elecciones ni de qué manera gestiona su presencia en las instituciones. En los estatutos que salieron del congreso de 2013, los comunistas señalan la cesión de dos de sus competencias: "la concurrencia electoral y la presencia institucional directa, a favor de IU como instrumento de convergencia y su proyecto unitario dada su participación en ella".
Las federaciones comunistas madrileña, vasca, andaluza y valenciana propusieron el pasado mes de marzo que el partido revoque los acuerdos con Izquierda Unida de 1992, un paso que implicaría que el PCE recuperase sus "competencias electorales" y de negociación con otras fuerzas políticas. En concreto, el Partido Comunista de Andalucía (PCA), federación en la que milita Garzón y que tiene mayor peso dentro del Partido Comunista de España, aprobó el pasado 19 de marzo una resolución para "revisar aquellas decisiones" tomadas en "otros tiempos y con otras realidades que no han servido para avanzar en las estrategias de partido", sino "todo lo contrario".
Según señala a infoLibre Álvaro Aguilera, secretario general de la federación madrileña, "esto no supone una salida unilateral de IU". Una idea que recalca en conversación con este diario el secretario general del PCE, José Luis Centella, que señala que este movimiento no tiene "ninguna consecuencia inmediata" y asegura que simplemente es "una cuestión jurídica", añadiendo que cuando se hizo esa cesión "el marco era diferente". "El PCE estará donde esté IU", completa el máximo representante de los comunistas a nivel estatal, afirmando que el motivo que les ha llevado a tomar esta decisión es el de "igualarse al resto de partidos".
Sin embargo, fuentes de IU señalan a infoLibre que el paso dado desde el Partido Comunista de España es "un tanto extraño" a las puertas de la Asamblea Federal de la formación y aseguran que la decisión "apuesta por la liquidación de Izquierda Unida" y la debilita en la práctica al retirar el "apoyo incondicional". "El PCE recupera así las competencias para cambiar de caballo en cualquier momento", añaden esas mismas fuentes. En concreto, tal y como se anunció este sábado en el cónclave, los comunistas suponen un tercio de la militancia de IU.
Centella: "pasión" del PCE por la "unidad de la izquierda"
La cita arrancó a las 10.30 horas con el discurso de apertura de José Luis Centella. El máximo responsable de los comunistas a nivel estatal se mostró claro sobre el futuro del PCE en relación a IU: "Ni abandona Izquierda Unida ni va a entregársela a nadie", dijo. "Estamos dando la batalla por una Izquierda Unida que recupere sus principios fundacionales, para que sea realmente un movimiento político y social", añadió desde la tribuna. Por este motivo, Centella intentó con su discurso poner fin a la hipótesis de una posible ruptura con el partido de Alberto Garzón: "Nadie propone la salida del PCE de IU como primer paso para su disolución".
Además, el secretario general del PCE aseveró que fuera de IU existe "mucha gente" con la que los comunistas necesitan "converger para generar la más amplia unidad popular" y que esta convergencia "necesita organizarse en un debate abierto y amplio donde no sobra nadie sino que, por el contrario, falta mucha gente". Sin embargo, Centella ya dejó claro el pasado viernes, a escasas horas del inicio del XX Congreso del PCE, que su partido no iba a pasar a ser en un futuro "el círculo comunista" de Podemos.
"Lo que necesitamos es asumir el reto de disputar la hegemonía ideológica, política e institucional al neoliberalismo y, por tanto, ganar la batalla frente al capitalismo, frente al autoritarismo, en defensa de la clase trabajadora, de una democracia real, participativa, de una política de solidaridad y paz", apuntó. Una intervención que cerró ante los 351 delegados asistentes al cónclave apelando a la "pasión" que siente el PCE "por la unidad de la izquierda" e insistió, de nuevo, en rechazar una "disolución en ningún modelo de casa en común".
Garzón: "Yo no quiero que el PCE se involucre en IU para favorecer gobiernos del PSOE"
Por su parte, el diputado de IU en la Cámara baja y militante del PCA, Alberto Garzón, comenzó su intervención señalando la importancia "mayúscula" de este Congreso del PCE. "Lo hacemos en un momento en el que no podemos olvidar por qué somos comunistas. Somos personas comprometidas con una sociedad sin clases y hemos detectado que hay un enemigo común: un sistema económico que tiene una lógica depredadora, que canibaliza no solo a las personas sino también a los recursos humanos y todo lo que encuentra a su paso", comenzó señalando el dirigente de Izquierda Unida.
En un discurso de diez minutos, Garzón también recordó que los objetivos del PCE "no son formar un Gobierno con el PSOE" ni "alcanzar el 7% o el 10% para desde ahí facilitar un Ejecutivo de izquierdas". "Mi objetivo es construir una sociedad socialista y, por lo tanto, mi objetivo no es la reforma, sino la ruptura democrática" para "fortalecer, empoderar y concienciar a nuestra clase social de que lo importante es superar el sistema capitalista", afirmó.
Por ello, el diputado continuó apuntando que "el instrumento de IU tiene que ser adaptado" para convertirlo en otro "de intervención social plural, diverso, en el que el partido vuelva toda su capacidad pero mantiene su autonomía, capacidad, análisis, debate ideológico y su propia identidad". Así, Garzón apostó por "transformar" Izquierda Unida y adaptarla a las "situaciones cambiantes". "Yo no quiero que el PCE se vuelque en IU para favorecer gobiernos del PSOE –insistió–. Yo quiero que se involucre para ser parte de la ruptura democrática", añadió entre los aplausos de los delegados.
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Cayo Lara: "Síntesis y unidad"
El coordinador federal de IU, Cayo Lara, apostó por una intervención más emotiva, teniendo en cuenta que es el último Congreso del PCE al que acude como líder de Izquierda Unida. Así, comenzó su intervención recordando "aquella legalización de aquel sábado santo". "Me afilié al partido porque era el que más había luchado contra la dictadura y por las libertades en aquellos 40 años más negros de la etapa de nuestro país. No era fácil entonces afiliarse, y menos militar, porque para eso había que señalarse", afirmó desde el atril.
A continuación abordó la necesidad de "seguir ganando hegemonía" conquistando "muchas cabezas y pensamientos de la gente". "Hoy, las encuestas del CIS dicen cuando le preguntan a nuestro pueblo que el 2,6% se declaran como comunistas, mientras que un 12,4% de los votantes se declaran como socialistas", añadió en este sentido. Sin embargo, el coordinador federal de IU aseveró que todavía "queda mucho que trabajar y avanzar" para que "el contenido de aquella octavilla no sea rechazada porque lo defiende alguien que lleve una hoz y un martillo y se defina sobre comunista". Finalmente, apuntó que no quería "influir en las decisiones sobre el futuro de IU", pero pidió "síntesis y unidad" en este sentido.