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18 congreso nacional PP

Rajoy reivindica la "herencia" de Aznar y avisa a la oposición de que no va "desmantelar" sus reformas

El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, en la clausura del congreso de su partido.

Hasta este domingo, José María Aznar, expresidente del Gobierno y expresidente de honor del PP, sólo había aparecido en el 18 Congreso Nacional del PP unos segundos en uno de los vídeos que se mostraron en el cónclave. Gran ausente en esta cita tras años de roces y portazos, el también líder de la fundación FAES, acaparó aplausos del plenario cuando Mariano Rajoy le citó "con gratitud". "Sus años como presidente son un orgullo para el Partido Popular y su una herencia de la que nos hemos beneficiado todos".

Con estas palabras, el jefe de los conservadores recordaba a uno de los referentes de un sector, cada vez más minoritario en el partido, que considera que la actual dirección nacional del PP no ha sido justa en el trato a Aznar, que rompió definitivamente con la formación el pasado 20 de diciembre renunciando a la Presidencia de Honor. Sigue de militante de base. Pero sus relaciones con la actual cúpula del partido son tan tensas que no acudió a este congreso, una cita que no se había perdido desde la refundación.

El jefe de los conservadores subía al escenario un día después de que más del 95% de los compromisarios de su partido le reeligieran presidente del PP. Arrancó su discurso con una enorme bandera de España proyectada en una pantalla ubicada a sus espaldas y el grueso de su discurso estuvo encaminado a abordar la situación en Cataluña.

Diálogo "para mejorar"

Antes de no moverse de su tradicional discurso de máximo respeto a la ley pero siempre abierto al diálogo, Rajoy, que necesita apoyo para los Presupuestos Generales del Estado, hizo una llamada a la responsabilidad al resto de partidos. En esta materia también pidió "diálogo" y se mostró dispuesto a dialogar. Pero, como en su discurso horas antes de ser elegido presidente en el Congreso, marcó sus líneas rojas.

"Queremos el diálogo para mejorar, no para ir a peor. Pero hay un punto básico: no deshacer lo ya hecho, no desandar lo ya andado, no hacer la contrarreforma de las reformas que han sido la causa de nuestro éxito, sostuvo. Y añadió: "Nadie lo entendería. No lo entenderían los españoles, ni se entendería en Europa. Echar por tierra lo ya hecho, abandonar las reformas, sería tanto como ponernos zancadillas a nosotros mismos. En ninguna cabeza cabe que desmantelemos aquellas cosas que han dado buenos resultados, de las que depende el éxito del futuro".

Sobre la situación en Cataluña, el jefe de los conservadores consideró que "lo que algunos están planteando, no es un mero debate sobre el modelo de Estado, ni sobre su articulación territorial". "Para todo ello, existen cauces y escenarios", avisó.

El Gobierno no va a "comerciar" por encima de la Constitución

"Lo que algunos están planteando es otra cosa: es la eliminación de la soberanía nacional, es decir, del derecho que tienen todos y cada uno de los españoles a decidir lo que quieran que sea el futuro de su país. Y lo están haciendo saltándose la ley a la torera", dijo Rajoy.

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El presidente del Gobierno dijo a los suyos que su partido no va "a tratar ni a comerciar sobre un proceso que pasa por encima de la Constitución, que conduce a la fractura de España y a la liquidación de la soberanía nacional. Nadie nos puede pedir que seamos cómplices de ésa arbitrariedad. Y no lo vamos a hacer"."Antes todo era invierno"

Rajoy recordó que, hace cinco años, en el congreso de Sevilla, pedía fe. "No podía pedir otra cosa, porque teníamos las manos vacías y los acreedores llamando a la puerta. Hoy no la pido". "Los españoles no necesitan ya creer en el futuro, creer que los sacrificios no serán en vano o creer que el esfuerzo merecerá la pena. No la necesitan. Tienen ya el futuro delante de sus ojos, lo tocan y es palpable. Antes todo era invierno y ahora vivimos una primavera, si queréis, tibia y llena de promesas" subrayó.

 

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