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El futuro del PSOE

Seis meses de gestora envueltos en polémicas

Mario Jiménez y Javier Fernández, portavoz y presiente de la gestora respectivamente, el 25 de marzo.

Ibon Uría

El Comité Federal del PSOE aprueba la convocatoria formal del 39º Congreso Federal y de las primarias a la Secretaría General este sábado, el día en que se cumplen seis meses de la tensa reunión de ese mismo órgano que culminó con la dimisión del hasta entonces líder, Pedro Sánchez, y que dejó la organización en manos de una comisión gestora.

La actual dirección interina, presidida por Javier Fernández y cuyo número dos es Mario Jiménez, hombre de confianza de Susana Díaz, no es la primera: ya hubo una gestora que pilotó el PSOE entre mayo y septiembre de 1979 y otra de marzo a julio de 2000. Eso sí, será la que más tiempo permanezca al frente: más de siete meses y medio entre la salida de Sánchez y el congreso, que se celebrará los días 17 y 18 de junio.

La propia formación de la cúpula provisional fue polémica, toda vez que los estatutos del partido no recogen ni regulan en ningún apartado la figura de la gestora a nivel federal –sí en niveles inferiores, como las federaciones– y que los sanchistas defendían que hasta la elección de un nuevo líder y la celebración del congreso debía seguir en funciones la anterior ejecutiva, tesis que fue derrotada en el Comité Federal.

Pero además, en estos seis meses, la actual dirección de Ferraz ha mantenido posiciones contestadas por sectores del PSOE –especialmente por los afines al exlíder– en otras muchas cuestiones, como los pactos con el PP en el Congreso, la revisión de las relaciones con el PSC, los tiempos del congreso, el manejo del censo, los equipos de las ponencias y la financiación de las candidaturas de los aspirantes a la Secretaría General.

  1. Los pactos con el PP

En el otoño negro del PSOE se mezclaron dos debates: la continuidad de Pedro Sánchez y su ejecutiva, y el posible giro del no es no a permitir gobernar a Rajoy. Sánchez cayó el 1 de octubre, y 22 días después el comité decidió la abstención ante el PP. Desde entonces ha habido muchos más pactos entre socialistas y conservadores en el Congreso, criticados por sectores del PSOE, especialmente por afines a Sánchez y López.

PP y PSOE han pactado hasta la fecha, por ejemplo, el objetivo de déficit y su reparto entre administraciones, la subida del salario mínimo en un 8%, la paralización de las reválidas de la Ley Wert, el mecanismo extrajudicial de devolución de las cláusulas suelo por parte de las entidades financieras, el bono social eléctrico, cambios en el sistema nacional de garantía juvenil y la renovación de cuatro miembros del Constitucional.

La gestora y la dirección del grupo en el Congreso –donde sigue como número uno Antonio Hernando, que conserva el puesto que ocupó con Sánchez– sostienen que los acuerdos reflejan la "oposición útil" de los socialistas, su capacidad de hacer rectificar al Gobierno leyes polémicas y de forzarle a legislar en favor de los intereses de la mayoría. Los críticos, en cambio, creen que debilitan al PSOE y su carácter de alternativa al PP.

La próxima cuestión clave es saber qué pasará con los presupuestos, que el Consejo de Ministros aprobó este viernes y para los que el Gobierno no tiene aún apoyos suficientes. PP, Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria sumarían 175 síes frente al previsible rechazo del resto de grupos, incluido el PSOE, y se quedarían a un voto de aprobarlos. Hernando afirmó este viernes que el PSOE presentará una enmienda a la totalidad.

  2. El nuevo protocolo con el PSC

La decisión de dejar gobernar al PP se abrió paso entre los socialistas con dificultad. Hasta 15 diputados desoyeron la orden del Comité Federal pese al recordatorio por carta por el presidente del grupo, Antonio Hernando, y votaron no. Entre ellos estuvieron los siete parlamentarios del PSC, que acataron el mandato del máximo órgano entre congresos del partido catalán: el Consell Nacional.

Y es que menos de 72 horas después de que el Comité Federal aprobara una resolución que imponía la abstención en segunda vuelta, el Consell Nacional ratificó el no a Rajoy por unanimidad. Esa disparidad en una votación tan señalada abrió una crisis entre Ferraz y el PSC que duró meses y que, en algunas fases de la negociación, a punto estuvo de costar a los militantes catalanes su derecho a votar en las primarias del PSOE.

Esa posibilidad era la planteada por los barones que forzaron la caída de Sánchez –a excepción del valenciano Ximo Puig–. Entre las más "empeñadas" estaba la andaluza Susana Díaz, que acabó por reconsiderar su posición tras los gestos de neutralidad de los socialistas catalanes de cara a las primarias y porque estimó que sería muy difícil echar al PSC sin que pareciera una maniobra para ganar más fácilmente la Secretaría General.

Finalmente, la comisión bilateral creada por acuerdo del presidente de la gestora y el primer secretario del PSC, Javier Fernández y Miquel Iceta respectivamente, decidió que los afiliados catalanes al corriente del pago de sus cuotas participen en las primarias y que el PSC obedezca a partir de ahora al PSOE en la investidura del presidente del Gobierno. Este pacto también se aprobará este sábado en el Comité Federal.

  3. El retraso del congreso

Desde el comienzo de su mandato, la gestora ha recibido críticas tanto del sector partidario de Pedro Sánchez como del de Patxi López por, supuestamente, manejar los tiempos del partido en favor de Susana Díaz. Y entre los elementos que sanchistas y afines al exlehendakari han cuestionado están los tiempos del congreso que, a su juicio, debería haberse celebrado mucho antes en lugar de posponerse hasta las puertas del verano.

Estas voces críticas argumentaron que PP, Podemos y Ciudadanos celebraron sus congresos en febrero, mientras el PSOE –que parajódicamente es la única formación nacional sin líder y que, por tanto, parecería necesitar con mayor urgencia la celebración del cónclave– lo aplazaba meses, y que la ausencia de un número uno durante casi un año dificultaba la tarea de oposición al PP en el Congreso de los Diputados.

El presidente de la gestora, Javier Fernández, replicó en cambio ya en diciembre del año pasado que no convenía centrarse en que el proceso de elección de un nuevo líder sucediera "deprisa", sino en hacerlo "bien". La dirección interina ha defendido que era necesario dejar pasar tiempo para que los ánimos se calmaran en el partido y se debatiera y perfilara un proyecto con el que volver a ganar elecciones.

Inicialmente, de hecho, la dirección interina planteó incluso la posibilidad de celebrar una conferencia política al estilo de la realizada en 2013, durante el mandato de Alfredo Pérez Rubalcaba. Finalmente, ese planteamiento se sustituyó por dos foros –uno económico y otro político– donde se presentaron las ponencias del cónclave, coordinadas por el economista José Carlos Díez y el diputado Eduardo Madina.

  4. ¿PonenciaS poco plurales?

El proceso de elaboración de esos documentos tampoco estuvo exento de polémica: los equipos de Pedro Sánchez y Patxi López acusaron a la gestora de elegir equipos poco plurales, sin representantes afines a los por aquel entonces únicos dos aspirantes a la Secretaría General. López, de hecho, se quejó en una entrevista de que "nadie" le había "llamado" para poder hacer aportaciones a la ponencia.

La diputada Adriana Lastra, coordinadora de la campaña de Sánchez, afirmó por su parte esta semana que el proceso de elaboración de la ponencia marco sólo tuvo en cuenta a "una parte del partido". "La neutralidad de la gestora es como los unicornios: maravillosos animales mitológicos que no existen. En la ponencia se ve lo que estaban haciendo, expulsar a una parte del partido", añadió.

  5. El censo

Además de reclamar reiteradamente que los militantes del PSC mantuvieran su derecho a votar en las primarias del PSOE, los sanchistas han venido denunciando supuestas anomalías en el censo de las elecciones internas, especialmente referidas a dificultades para que nuevos afiliados se registren. Ferraz y los afines a Patxi López, por su parte, han pedido no cuestionar el proceso con una "causa general" sobre esta materia.

El equipo del ex secretario general no ha detallado casos concretos, pero sí planteó la cuestión en la reunión celebrada la pasada semana entre la gestora y representantes de las tres candidaturas. Finalmente, aceptó la oferta de la dirección interina de acudir a la sede federal para estudiar caso por caso los posibles problemas de afiliación.

Sanchistas y patxistas sí coincidieron, en cambio, en otra demanda a la que se opuso la comisión gestora: la de que se habilitara el voto telemático en las primarias. Ese mecanismo no está contemplado ni en el reglamento de congresos ni en el de primarias, pero sí se habilitó, por ejemplo, en la consulta sobre el pacto de Gobierno con Ciudadanos celebrada en febrero de 2016. Pese al precedente, Ferraz lo descartó.

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  6. El 'crowdfunding' de Sánchez

La última polémica en la que se ha visto envuelta la gestora tiene que ver nuevamente con la candidatura del ex secretario general y, en concreto, con la finaciación de su campaña. El anterior líder del PSOE puso en marcha a principios de marzo una plataforma de crowdfunding. Dos semanas después, Ferraz se opuso a ese método y reclamó que todas las donaciones se canalizaran a través de cuentas corrientes de titularidad compartida entre los equipos de los aspirantes y el partido.

La candidatura de Susana Díaz aceptó de partida esa propuesta y la de Patxi López, que también había activado un sistema de micromecenazgo, aceptó reconducir su campaña, pero Sánchez se opuso: argumentó que el PSOE no podía imponer su criterio porque las primarias aún no estaban convocadas, y defendió la legalidad y la transparencia de sus sistema. Ferraz insistió en que su método era el único que garantizaba el cumplimiento de la ley de financiación de partidos. El exlíder cerró finalmente su crowdfunding este jueves, a 48 horas de la convocatoria oficial del Congreso Federal y tras haber recaudado más de 95.000 euros. El martes, en un pronunciamiento exprés por parte de su presidente, el Tribunal de Cuentas había dado la razón a Ferraz y había aclarado que el crowdfunding estaba sujeto a la ley de financiación de partidos.

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