Exceso de mortalidad
En estos últimos años se aborda con frecuencia el tema del exceso de mortalidad en España y el hecho de que supera ampliamente las cifras de otros países de la Unión Europea. En junio de 2022 la mortalidad estuvo situada en un 17% por encima de la media de 2016 - 2019, frente a un promedio de la UE del 6%, y solo superado por Portugal (24%) y Estonia (17%).
Analizar el exceso de mortalidad y sus causas es complejo y se necesitan varias aclaraciones:
¿Qué es el exceso de mortalidad?
El exceso de mortalidad se calcula mediante las estimaciones de mortalidad realizadas por el Instituto de Salud Carlos III y publicadas por el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria en España. Por ello, lo primero que hay que explicar es que la estimación de la mortalidad es una función estadística que se basa en las probabilidades y que establece unas cifras estimativas que con frecuencia no se parecen nada a la realidad concreta (aunque sí lo hagan en un espacio y tiempo amplio), y que están sujetas a unos intervalos de confianza muy grandes, como puede observarse en el gráfico adjunto, y como era de esperar, la mortalidad real pocas veces se corresponde con la estimada (por exceso o por defecto). Por ello, se recogen también (banda azul) las previsiones de mortalidad al 99%, pero incluso en este caso vemos que en varias ocasiones la mortalidad realmente producida es inferior a la estimación realizada, por supuesto en muchas más ha sido netamente superior en este periodo.
Sin embargo, el exceso de mortalidad se calcula a partir de la estimación sin considerar los intervalos de confianza, lo que puede producir problemas de interpretación. Por esto, sería deseable que se realizara cuando la mortalidad real supera el margen del 99% de confianza de la estimada, y que se calcule en periodos amplios de tiempo (no inferiores al mes) y en grupos numerosos de población (al menos millones de personas), porque tiempos más reducidos o grupos más pequeños pueden producir mucha más imprecisión.
Las causas del exceso de mortalidad
El sistema está pensado para detectar aumentos bruscos o persistentes de la mortalidad, pero no para establecer sus causas. En España existe la tendencia de atribuir todo el exceso de mortalidad a la covid-19, y aunque es probable que esto fuera así durante la primera ola de la enfermedad (cuando se hacían pocos test y por ejemplo se encerraba a los enfermos en las residencias sin acceso a la asistencia sanitaria), a partir de entonces es improbable que esto sea cierto, y aún más improbable según fue evolucionando la enfermedad. Podría decirse que tras la segunda ola todo el exceso de mortalidad no justificable por los casos de muertes diagnosticadas de covid-19 no puede atribuirse a casos infradiagnosticados (obviamente siempre habrá alguno, pero serán muy pocos y no explicarán el aumento de mortalidad).
Más razonable es pensar que este exceso de mortalidad por encima de los casos de covid-19 tenga su causa en las patologías que no tuvieron un diagnóstico
Como ya señalé en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, lo más razonable es pensar que este exceso de mortalidad por encima de los casos de covid-19 tenga su causa en las patologías que no tuvieron un diagnóstico y/o tratamiento adecuado durante la pandemia y que vieron por lo tanto agravada su situación clínica, y eso podría explicar también la diferencia tan importante que se produce con otros países europeos, porque en nuestro caso, lejos de arreglarse, las demoras y los problemas de atención sanitaria no solo no se han resuelto, sino que han empeorado desde la pandemia. Obviamente durante el verano habrán incidido los casos derivados de las olas de calor, cuya repercusión, por cierto, ya está incluida en el gráfico.
Lógicamente, no vamos a conocer la realidad salvo que se hiciera un estudio sobre qué sucedió con las personas que vieron postergada su asistencia sanitaria en este periodo, lo cual, hasta el momento, no ha sido realizado por ninguna de las autoridades sanitarias, más que nada por aquello de ojos que no ven corazón que no siente, o dicho de otra manera, para evitar tener que asumir cualquier tipo de responsabilidad al respecto.
Una última cuestión tiene que ver con el empeño en diferenciar "muertes por covid-19" de "muertes con covid-19", una disquisición metafísica de imposible e inútil comprobación. Las muertes por una infección o por otra causa como por ejemplo el calor, generalmente se producen en personas con enfermedades crónicas y pluripatologías de base que se desestabilizan ante cualquier nueva enfermedad, que no produciría la muerte si se tratase de personas sanas, pero que tampoco la produciría si no sumaran una nueva enfermedad a las preexistentes, y así sucede en la gripe, en las muertes por calor (en realidad muertes directas por efecto del calor, como el golpe de calor o la insolación son infrecuentes) y naturalmente en el covid-19. Parece que no queremos asumir que la enfermedad continúa aquí y que sigue siendo mortal aunque, obviamente, mucho menos que antes de la vacunación.
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Marciano Sánchez Bayle es médico y portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública