Las lecciones de Allende que ni Chávez ni Maduro quisieron aprender

Coincidiendo con el 51 aniversario del golpe de Estado en Chile y la muerte de Allende, la situación política en Venezuela es de extrema gravedad debido a la controversia sobre el resultado de las recientes elecciones venezolanas. En el Chile de Allende nadie solicitó nunca las actas electorales, ni se puso en duda el resultado electoral porque no se dudó en ninguna ocasión de la limpieza de las elecciones y del respeto de Allende por los resultados cualesquiera que éstos fueren.

Como demócrata sincero que era, Allende siempre supo respetar que el resultado de cualquier elección es uno de los requisitos de la democracia, y, por supuesto, nunca persiguió o encarceló a sus adversarios políticos. Ningún opositor tuvo que exilarse porque temiera por su libertad o vida.

Paradójicamente, fue un resultado electoral favorable a Allende en marzo de 1973 lo que decidió a los golpistas a tomar su decisión criminal, porque se dieron cuenta de que respetando la democracia no derrocarían al presidente chileno. Tal fue el triunfo de Allende, no su fracaso. La democracia volvió a Chile legitimando así la acción política del presidente derrocado.

Nunca entendieron lo que significaba ser socialista y demócrata, como sí lo entendió y asimiló Allende

Al iniciar su andadura política, ni Chávez ni sus asesores se fijaron en Allende porque quizá lo consideraron fracasado o porque Chávez también había sido golpista. Chávez y después Maduro no abogaron por las bases para el desarrollo de un socialismo democrático. Creo que nunca entendieron lo que significaba ser socialista y demócrata como sí lo entendió y asimiló Allende. Miraron y admiraron demasiado a la Cuba de Fidel Castro y adoptaron algunas de sus prácticas. Allende respetó a Castro pero nunca se le ocurrió tratar de implantar alguna de sus políticas.

Si Chávez y Maduro hubieran imitado y asimilado el legado democrático de Allende, Venezuela no se encontraría en la situación actual y seguramente sería un país más estable, más próspero y con menos desigualdades.

Las lecciones de Allende siguen vigentes. En mi opinión, la izquierda o es democrática o no es izquierda.

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Julián Lobete Pastor es socio de infoLibre.