Rajoy apela a las “decisiones de los tribunales” para callar sobre Bárcenas

A punto de cumplirse una semana del encarcelamiento del extesorero del PP, Mariano Rajoy sigue instalado en el silencio apelando a su respeto a las decisiones de los tribunales. Es el mismo argumento que exhibió para no posicionarse sobre la imputación de la exministra socialista Magdalena Álvarez.

De viaje en Berlín, donde este miércoles participará en la Conferencia sobre Fomento del Empleo Juvenil en Europa, el presidente del Gobierno compareció ante la prensa brevemente y respondió a las preguntas de dos periodistas. Rajoy no dio ninguna explicación sobre el motivo por el que siempre se resiste a pronunciar en sus comparecencias el nombre de Luis Bárcenas. Y tampoco quiso responde sobre si, a su juicio, la exministra socialista, Magdalena Álvarez, imputada en el caso de los ERE, debe dimitir. 

"Siempre soy respetuoso con las decisiones de los tribunales y creo que no es bueno que pretendamos condicionar, hablar o comentar lo que son temas que tienen que llevar los tribunales, a los que todos le debemos respeto". Esa fue la explicación con la que justificó por qué calla "sobre esas personas".

Sobre la polémica desatada con el exanalista de la CIA Edward Snowden, Rajoy confirmó que España ha autorizado a que el presidente de Bolivia haga escala en España. "Creo recordar que en las Islas Canarias", dijo. Al tiempo, calificó de "artificial" la polémica porque "Snowden no va en ese avión".

Rajoy calla sobre Bárcenas

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El impulso del crecimiento económico

En clave económica, el presidente del Gobierno, abogó por conseguir un doble objetivo: impulsar el crecimiento económico, ya que, a su juicio, el problema del desempleo es consecuencia de que la Unión Europea lleve “seis trimestres en recesión”, y que “ese crecimiento económico recorte la brecha entre desempleo juvenil y el resto del desempleo”.

Rajoy defendió el proceso que se está llevando a cabo en España, una combinación de consolidación fiscal y reformas estructurales, al tiempo que reiteró la necesidad de mayores progresos en la unión económica y la unión bancaria. En este sentido, consideró fundamental avanzar hacia la unidad de mercado en sectores como el de la energía y corregir la segmentación de los mercados financieros para que las pymes de los distintos países miembros de la Unión Europea puedan financiarse al mismo precio y en las mismas condiciones.