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Vuelve ‘El Intermedio’: “El humor no puede reírse del débil, está para hacer daño al poder”

Vuelve 'El Intermedio': “El humor no puede reírse del débil, está para hacer daño al poder”

Ibon Uría

Vídeo de promoción de la novena temporada de 'El Intermedio'. La Sexta.

El Intermedio regresa este lunes 2 de septiembre a la parrilla televisiva tras dos meses de descanso. Fue a finales de junio cuando el programa al que pone cara El Gran Wyoming se tomó unas vacaciones tras cosechar en su octava temporada sus mejores registros de audiencia. Junto al presentador, Sandra Sabatés, Dani Mateo, Thais Villas y Gonzo afrontan ahora el reto de mantener a casi dos millones de espectadores pegados cada noche a La Sexta.

"Tenemos un plus de responsabilidad", confiesa Carmen Aguilera, subdirectora, a pocas horas del reestreno: "La gente nos espera, va a estar pendiente y queremos hacer que sigan interesados en nosotros". Sobre las novedades para el nuevo curso, Miguel Sánchez Romero, director del programa y colaborador de infoLibre, comenta que los espectadores no verán apenas cambios: "Nosotros ponemos el programa y las novedades las pondrá el Gobierno". "Como ciudadano querría una temporada tranquila, sin muchos sobresaltos económicos y de otro tipo, pero nos tememos que no va a ser así", añade.

Con más de 1.000 emisiones a sus espaldas, El Intermedio es uno de esos espacios que se ha hecho fijo gracias a su combinación de información y humor. "Me abruma la responsabilidad de que haya gente que se informe con nosotros", dice Miguel. "En ocasiones hay dos millones de personas viendo un programa en el que estamos haciendo humor pero en el que, a la vez, contamos lo que ha pasado. Eso nos obliga a contarlo con el mayor rigor y de la manera más honesta posible", explica.

La isla televisiva

El Intermedio es, además, un programa especial: no hay ahora mismo otro de características similares. "Esa es una peculiaridad muy española y coyuntural, porque en la gran mayoría de países que tienen una televisión moderna nuestro programa es un formato común", dice Miguel. ¿Entonces, por qué cuesta tanto hacer un programa así en España? "A lo mejor tiene que ver con la juventud de nuestra democracia, quizá eso podría explicar la difícil relación del poder con los medios críticos", añade. "Ahora parece que somos una isla, pero en otros países seríamos parte de un archipiélago con otros programitas igualmente menores", señala. 

Especie única o no, lo cierto es que el show atraviesa un buen momento. "Notamos que hay un encaje entre las expectativas que tiene mucha gente que está fastidiada viendo lo que pasa en el país y lo que el programa quiere hacer, contar las cosas de una manera diferente", apunta Carmen, para quien, a pesar de todo, el humor tiene sus límites, algo que comparte Miguel: "El humor no puede ser una licencia para ofender gratuitamente. No entramos en temas como atentados y ese tipo de cosas y, además, el humor no puede reírse del débil o de quien está sufriendo. Al débil hay que defenderlo, el humor está para hacer daño al poder, no para aliarse con él", indica.

"Nunca vamos a machacar a alguien, ponemos la lupa sobre lo que se dice cada día, pero ante la duda de tratar una cosa o no, la actualidad es tan amplia que puedes sortearla y elegir otras cosas", dice Carmen, "esa es la suerte de un programa así, que nunca se agota". "Nosotros no sacamos noticias, las comentamos, y el humor no es una licencia para ofender gratuitamente, así que no vamos más allá de una crítica razonable", apunta Miguel. "Lo que pasa es que hay medios especialmente empeñados en no contar lo que está pasando o en contarlo de manera sesgada o, por lo menos, difusa", explica.

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"Eso sí –añade Miguel–, del mismo modo que cualquiera que no pueda oler sabe que no tiene sentido del olfato, hay gente que no tiene sentido del humor". "Pero claro, no hay un test médico que te permita decirle a alguien que no vea programas de humor, porque no tiene sentido del humor'...", prosigue, "y porque se va a cabrear muchísimo", concluye Carmen.

"Hay una línea editorial en la que creemos y cuando un señor sale y te cuenta algo que no es razonable para alguien con un mínimo de sentido común, ese señor está mintiendo y se está exponiendo a las bromas y los chistes, nada más", insiste Miguel. "No se puede explicar, por ejemplo, que alguien no se puede despedir de un partido porque es funcionario, porque no hay funcionarios en los partidos...", explica, "...o que la Ley de Protección de Datos –Carmen completa la frase– obliga a destruir físicamente los discos duros".

"Ojalá este programa pudiera hacer bromas sobre otros temas, de sociedad...", dice la subdirectora, "ojalá nadie nos tomara por tontos y nos contara esas cosas, que te ofenden", sentencia Miguel.

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