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Elecciones municipales en Francia

Los socialistas franceses se quedan solos en la defensa de un 'frente republicano' contra Le Pen

La presidenta del Frente Nacional, Marine Le Pen, el pasado 23 de marzo, tras el recuento de la primera vuelta de las municipales francesas.

STÉPHANE ALLIÈS (Mediapart)

Es la enésima vez que sucede. Una vez más, en vísperas de la segunda vuelta de unas elecciones, el Partido Socialista se mete en el jardín del “frente republicano”. La idea, bastante vaga desde sus inicios, se ha interpretado de una forma u otra, según la época y el contexto, y presenta al PS de estos últimos años preso de estrategias erráticas y de improvisaciones ideológicas.

El pasado domingo 23 por la noche, el primer ministro Jean-Marc Ayrault, acompañado de la cúpula socialista, puso de inmediato sobre la mesa el debate del Frente Nacional, en lo que fue una alocución solemne: “Allí donde el Frente Nacional tenga posibilidades de alzarse con el triunfo en la segunda vuelta, el conjunto de las fuerzas democráticas y republicanas tienen la responsabilidad de crear las condiciones que lo impidan”. En resumen, en caso de que exista el riesgo de victoria del FN, y si la lista del PS ha sido la tercera más votada, por detrás de la derecha, no debe dudarse a la hora de retirar a los candidatos socialistas y hacer un llamamiento para votar a la derecha.

Qué más da si, en las agrupaciones locales, los militantes del PS lo hacen a regañadientes, por razones legítimas, o que el UMP insista en su “ni-ni” [no retirará a sus candidatos ni a favor del PS ni a favor del FN] o que llegue incluso a afirmar que no existen grandes diferencias entre el PS y el FN, tal y como ya sucedió en los escrutinios precedentes, por ejemplo, durante los escrutinios parciales de 2013, en las legislativas de 2012 en Carpentras [al sureste del país] o en las cantonales de 2011.

Las agrupaciones socialistas no comprenden porqué siempre les toca a ellas volver a empezar de cero, después de trabajar durante años para hacerse un hueco en administraciones locales que a menudo están en manos de militantes de la UMP, de ideas bastante afines al FN o al menos próximas a Marie Le Pen. Sin embargo, una y otra vez, desde la sede nacional del PS en Solférino, acecha la espada de Damocles y, en nombre de los valores republicanos, los candidatos o las listas del PS tienen que retirarse de la carrera electoral. Aunque eso suponga la desaparición de la representación socialista del consejo municipal [la corporación municipal].

El lunes y el martes, arrancaron los tareas de persuasión llevadas a cabo desde Solférino con militantes que, de la noche a la mañana, eran tildados de inconscientes, por estar demasiado inmersos en la batalla política municipal para entender el peligro de dejar las alcaldías en manos del FN.

“Tenemos unos principios en los que nos reafirmamos”, sostiene Laurence Rossignol, portavoz del PS. “Se nos hace más complicado mantenernos en un contexto electoral difícil”, asegura por su parte Alain Fontanel, responsable de las federaciones del PS. “Si transigimos, se nos acusará de hipócritas. Se trata de una trampa, pero hemos decidido no hacer excepciones. Incluso si en el partido no todos comparten la decisión, de este modo impedimos que la UMP alcance alianzas con el Frente Nacional; es un acto de transparencia”.

Al sureste del país, en Saint-Gilles, Perpiñán, Cogolin, Brignoles, Valréas o en Pontet, los candidatos del PS han respondido a la “transparencia” que preconiza la dirección nacional. Así, en la localidad de Fréjus, Elsa Di Méo finalmente ha cedido a las presiones de París. Sin embargo, Di Méo, entre sollozos, se ha negado a dar consignas de voto para la segunda vuelta que, pese a todo, incluirá una votación triangular [con tres formaciones] muy favorable al FN, dada la división de los dos candidatos de derecha que concurren por separado tras haber obtenido el 20% de los votos cada uno en la primera vuelta y al fracasar la idea de presentar una lista conjunta. Por su parte, en la localidad de Béziers, el socialista Jean-Micgel Du Plaa finalmente ha rechazado la propuesta de concurrir en la misma lista con la UMP.

“Si aceptamos, estamos dando vía libre al Frente Nacional”, justificó ante la militancia. “Algunos de los dirigentes del FN dirán que la UMP está en peligro y que lo único que busca es salvarse. No funcionará”. Y añadió, tal y como publicó Le Monde: “No conseguiremos imponernos, pero no creo que la dirección del PS expulse a sus militantes. Y, en el peor de los casos, nuestra actitud nos facilitará las cosas de cara a los electores”. Después de fusionar su lista con el Frente de Izquierda, Du Plaa ha decidido mantener su candidatura, igual que otros dos cabeza de lista de la “izquierda unida”, un ecologista (en la localidad de Cavaillon, cercana a Aviñón) y un candidato independiente de izquierda (en Beaucaire, cerca de Nimes, al sur).

“Frente republicano” o “desarme unilateral”

Sin embargo, no todas las listas municipales se han observado con lupa. En Hayange [localidad próxima a la frontera con Luxemburgo], la candidatura del PS de Philippe David –que concurre a la segunda vuelta con una formación de independientes de izquierda– puede beneficiar al FN. En el sector VII de Marsella, el socialista Garo Hovsepian mantiene su candidatura frente al lepenista Stéphane Ravier, que va en cabeza. En estos dos casos, las explicaciones que llegan desde la sede nacional de Solférino son idénticas: se trata de alcaldes salientes y la izquierda concurría dividida ya en la primera vuelta.

De todas formas, la batería de sanciones prevista debería limitarse a los rebeldes, más allá de retirar la candidatura a la segunda vuelta. “Las medidas disciplinarias no es la cuestión”, justifica Laurence Rossignol. “Nadie es un mal socialista por ello…” En los estatutos del partido, la apertura de un expediente por “no retirarse” de la carrera electoral se produce de forma mucho menos automática que cuando se trata de un caso de “disidencia electoral”. Y es mucho más lento que los expedientes abiertos por “falta de ética”.

Desde la llegada de los socialistas al poder, y de Harlem Désir a la cabeza del PS, la (relativa) renovación iniciada en la era de Martine Aubry ha dado paso a una “cultura SOS Racismo” que subyace tras las movilizaciones y la acción del partido, dirigida al combate simbólico y moral y a la defensa de los valores. Combate contra los extremismos o contra los populismo, o contra ambos, y entrega de chapas contra el racismo. Aunque estaba previsto y pese a que la dirección del PS anunció que en 2013 se reflexionaría al respecto, finalmente no ha querido anticipar el debate sobre qué estrategia adoptar entre las dos vueltas electorales. Un dirigente socialista esgrimía como razón en septiembre pasado que “la situación no se daría”. La razón más creíble a día de hoy es que el debate sería muy difícil de conducir.

“Es un debate difícil porque no existen salidas reales”, explica Alain Fontanel, secretario de las federaciones socialistas. “Si nosotros también nos decantamos por el ni-ni, estaríamos poniendo al mismo nivel al FN y a la UMP y, con ello, se terminaría de normalizar la extrema derecha, algo a lo que nos negamos”.ni-ni “La cuestión del frente republicano es inoportuna”, lamenta un asesor ministerial del Gobierno de Hollande. “Existe un verdadero desfase con el terreno en el que nos movemos. La dirección socialista sigue sin comprender que la demonización del FN ha terminado”. Marie-Noëlle Lienemann, del ala izquierda del partido, también pone en duda la estrategia. “Hablar de frente republicano implica que existe reciprocidad con la derecha. Si somos los únicos que batallamos por hacer ese frente, nos encontramos ante lo que se llama desarme unilateral”.

El lunes es una reunión de urgencia con líderes del PS se abordó la cuestión, pero no bastó para convencer a los escépticos. “¿Por qué tenemos que convertir al FN el centro de las conversaciones y de los análisis el día de las elecciones?" , se lamenta Lienemann. “Deberíamos haber abordado asuntos como la abstención de las clases populares o decir que habíamos comprendido el castigo… Al mismo tiempo, ¿queremos entender el mensaje de nuestro electorado?”

Como el ala de izquierda del PS, y al contrario que los ecologistas del EELV que también ha retirado a sus candidatos más recalcitrantes, Jean-Luc Mélenchon no oculta sus disconformidad con “la obsesión entorno al frente republicano” presente en sus antiguos camaradas socialistas. “Hay que olvidarse de él. ¿Qué vamos a hacer cuando la derecha diga lo mismo, o cosas peores, que el FN?”, interpeló el lunes en una rueda de prensa. “Es una puesta en escena que cansa: se habla antes de la votación para hacer subir al FN, sube, después se buscan responsables y se evita todo el debate de fondo”.

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¿Cuál es el quid de esta doctrina, habida cuenta de que el año próximo habrá elecciones cantonales y regionales? “Nuestra posición se sostiene por cuanto las elecciones en las que el FN se sitúa a la cabeza son escrutinios marginales”, justifica Laurence Rossignol. “Si alguna vez el tripartidismo del que habla Le Pen se instalase se forma definitiva y sostenible, querría decir que nuestra estrategia ha fracasado y habrá que buscar otra”.

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Traducción: Mariola Moreno

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