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¿Tortura? No sé de qué me habla

La presidenta del comité de inteligencia del Senado de EEUU ha presentado las conclusiones de un informe demoledor para la CIA y para EEUU, en el que acusa a la Agencia Central de Inteligencia de EEUU de torturas y de mentir al Congreso y a la Casa Blanca. En realidad es un informe demoledor para Occidente, que nos afecta a todos porque todos estuvieron implicados en la locura del todo vale, en el fin justifica los medios.

Las torturas se practicaron en los años de la presidencia de George W. Bush y sus super halcones; las mentiras han sido continuas, incluso durante los años de Barack Obama, quien ordenó al llegar al poder el cese inmediato de este tipo de actividad ilegal.

Si quiere leer el informe original (528 páginas) pinche aquí; es el resultado de cinco años de investigaciones internas. 

Si no se quieren complicar demasiado y huyen del informe completo les recomiendo dos lecturas, entre las muchas que surgen estos días. La información que dio The New York Times y la de su rival The Washington Post. En España, algunos periódicos evitaron en sus titules la palabra tortura pese a que aparece en el informe 131 veces. También es excelente el ‘directo’ que hizo el diario británico The Guardian.

Si les aburre leer en inglés, pueden ver la película de Kathryn Bigelow Zero Dark Thirty, traducida en España La noche más oscura. He aquí un tráiler en castellano.

Por desgracia nada de lo que en ella se cuenta es inventado, incluso se queda corta. EEUU, en su lucha contra el terrorismo islámico tras los atentados del 11-S, descendió varios pisos hacia el sótano de la democracia, un lugar en el que desaparecen las leyes, la luz y los taquígrafos, donde la democracia deja de ser democracia y no se diferencia demasiado de una dictadura.

El informe reconoce que las torturas no obtuvieron información relevante. En la película, que es ficción en teoría, se insinúa que el primer dato sobre el cartero de Osama bin Laden se consigue bajo torturas. La localización de la casa del fundador de Al Qaeda en Pakistán es producto del espionaje de toda la vida, el que puebla las novelas de John Le Carré.

Estos son los 16 abusos más degradantes que aparecen en el informe, según Mother Jones.

Estos son los 20 puntos claves, según la BBC.

Esta es la respuesta de la actual CIA al informe.

Es grave que agentes estadounidenses practicaran los secuestros, la tortura y el asesinato, como es grave que hoy Obama utilice los drones para operaciones militares en el norte de Pakistán o en Yemen en las que 'los daños colaterales' son inmensos. Daño colateral se puede leer mejor si decimos muerte de civiles. Los civiles son personas.

¿Qué dicen los convenios internacionales contra la tortura y otros tratos o castigos crueles, inhumanos y degradantes firmados por EEUU? Pinche aquí.

¿Qué dicen las convenciones de Ginebra firmadas por EEUU sobre el trato de los prisioneros? Pinche aquí.

El informe tiene dos planos, la descripción de los hechos, y la responsabilidad que se desprende de ellos. No la habrá judicial ni política. No se va a perseguir a los responsables de ordenar y aplicar esas políticas, que también eran contrarias a las leyes estadounidenses. Obama ya se ha apresurado a decir que hay que mirar hacia adelante, algo que deja claro que lo de atrás seguirá impune.

El gran arquitecto de aquella política brutal fue Dick Cheney, por entonces vicepresidente de EEUU. Politico.com le retrata como el gran mentiroso. Mintió en el cargo, sigue mintiendo fuera de él.

Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, EEUU se sintió por primera vez vulnerable. George Bush ordenó desempolvar la ficha de uno de los sospechosos habituales, Sadam Husein, cuyo derrocamiento había sido aplazado por su padre en 1991. Era un asunto familiar y un objetivo fácil para mostrar al mundo quién era EEUU. Pero el mundo había cambiado.

El enemigo no era la URSS ni un rival identificable, con sus banderas y uniformes, el rival era un grupo terrorista que se hacía llamar Al Qaeda pero que tampoco respondía a los patrones de los grupos terroristas. Osama bin Laden emergió en Afganistán, donde se encontraba protegido por los talibanes. Bush aplazó Irak y se lanzó contra el régimen de los talibanes. El resultado es conocido: dos guerras, ninguna victoria, porque en la nueva forma de luchar se han diluido también los conceptos rotundos. Es una guerra que se gana y se pierde a la vez.

La mayor derrota no está en las torres derribadas, y felizmente sustituidas como símbolo de que los valores occidentales siguen en pie, ni lo que ha pasado con los civiles en Afganistán e Irak, ni el desastre actual en este país y en la vecina Siria, la mayor derrota es el informe, su contenido, la constatación de que también derribaron los valores.

La crisis económica posterior, la que padecemos desde 2008, es parte de la misma pérdida. En España, que vamos algo retrasados en esto, añadimos el saqueo impune. No tenemos capacidad política para llamar las cosas por su nombre ni para perseguir a los culpables del robo. Hasta que la tengamos.

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