Conferencia política del PP
El PP se lía con la democracia interna: ¿primarias, elección directa o 'un militante, un voto'?
El mantra de la nueva etapa en el Partido Popular que abrió Mariano Rajoy hace un mes incorporando nuevas caras a la dirección nacional del partido es que si la sociedad cambia, el partido también cambia. Inspirados en ello, los conservadores han decidido que su actual sistema de elección de líderes –en congresos, con la figura del compromisario como intermediario de la voluntad de los militantes– tiene los días contados. Y que los intermediarios tienen que desaparecer para que todos los afiliados se sientan protagonistas directos de este tipo de decisiones. De esto se ha escuchado hablar mucho a los cargos de la formación que han participado en la conferencia política clausurada por Rajoy este sábado. Un tema sobre el que todavía quedan muchas lagunas. "Somos un partido enorme, con una historia muy larga y con 800.000 militantes, todo cambio cuesta", justifica un diputado.
Durante el viernes y el sábado, la dirección nacional del partido evitó a toda costa que de sus discursos saliera la palabra "primarias". Era el término tabú. Pero fuera, en los pasillos del pabellón de Ifema en el que se celebraba esta conferencia, los militantes sí hablaban de primarias. En realidad, esta contradicción no destapa un problema de disparidad de criterios entre la cúpula del partido y sus bases. Pero sí semántico.
Rajoy y los suyos no quieren que los nuevos pasos que van a dar se asocien a los pasos que ya vienen dando otros partidos desde hace años. De ahí todo el empeño del presidente del Gobierno y de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, en negar que lo que ellos quieren debatir de cara al próximo congreso nacional vaya a ser la instauración de las primarias. Prefieren quedarse en los términos "elección directa" o "democracia directa".
"Cambiaremos lo que haya que cambiar. Como siempre lo hemos hecho. Pero cuando aprobemos los cambios los llevaremos a la práctica para cumplirlos, no para descafeinarlos. Y lo haremos para dar mayor protagonismo a nuestros afiliados. Aquí todo el mundo presume de primarias. Pero lo único que se ven son remedos de plebiscitos. Unos las anulan; otras las hacen de lista única y otros ponen tantas trabas a los candidatos que solo queda uno. ¿Qué broma es esta? No aceptamos lecciones de todos ellos. Ninguna", dijo Rajoy de forma categórica en el discurso de clausura.
Primarias cerradas
Pese a que lo que el PP ha empezado a perfilar tiene toda la pinta de ir por el camino de unas primarias cerradas, aquellas en las que todos los militantes votan a quien quieren que lidere el partido, la dirección nacional huye de este término. "No queremos generar las expectativas de que vamos a abrir a militantes y simpatizantes este tipo de decisiones. Las experiencias que tenemos a nuestro alrededor no son nada buenas. No queremos que se piense que de partida estamos por unas primarias abiertas", explica un dirigente regional sobre la resistencia de Rajoy y su equipo a bautizar el método de democracia interna que quieren instaurar a partir del próximo año, cuando se celebre el XVIII Congreso Nacional del PP.
Mientras, en los foros de debate sí se hablaba abiertamente de primarias. Lo hizo Cayetana Álvarez de Toledo, diputada por Madrid, demandando el viernes la "apertura" del partido a este método en presencia de Cospedal y de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Y en declaraciones a la prensa –el foro en el que habló iba de política europea– Esperanza Aguirre, presidenta del PP de Madrid, se refería al sistema de primarias cerradas: "un militante, un voto", mantenía al tiempo que subrayaba que las primarias tienen "sus ventajas y sus inconvenientes". "Una persona, un voto", resumiría después Pablo Casado, nuevo vicesecretario de Comunicación del PP.
Con todo, también hay veteranos dirigentes del partido que consideran que es un "error" tocar lo que "viene funcionando bien desde hace años" en el PP. "Cada formación tiene su forma de organizarse y todas son legítimas. Nosotros no nos metemos con las formas con las que los otros eligen a sus líderes", apuntaba uno de estos cargos en conversación con infoLibre.
¿Líder o candidato?
Otro de los flecos que el PP tendrá que cerrar a lo largo de los próximos meses es si la propuesta de democracia directa, sin compromisarios, sirve sólo para elegir al presidente nacional del partido y a los regionales y provinciales o también para elegir a los candidatos.
Si nos atenemos a lo que señaló Cospedal, la anterior observación sólo se extendería, a priori, al candidato a la presidencia del Gobierno. "Todos los populares y cuando digo todos, digo todos, tenemos que ser protagonistas en la elección de nuestros presidentes provinciales, regionales y nacional, y con esta última elección, decidir simultáneamente que esa persona elegida sea también el candidato a la presidencia del Gobierno".
El presidente del Gobierno y del PP es candidato a las generales desde febrero de 2012, desde el XVII Congreso Nacional, el último celebrado hasta la fecha. También salió proclamado del anterior, celebrado en junio de 2008 en Valencia.
“El presidente nacional del Partido Popular, elegido por el congreso, será el candidato del partido a la Presidencia del Gobierno. En los supuestos de dimisión, fallecimiento o incapacidad del presidente nacional, la Junta Directiva Nacional, a propuesta del Comité Ejecutivo Nacional, designará al candidato del Partido Popular a la Presidencia del Gobierno cuando no pudiera celebrarse un Congreso Nacional”, recogen los estatutos.
Reforma electoral: herramienta para el debate
Más concreta y madura tiene el PP la propuesta de reforma electoral para que en los ayuntamientos gobierne la lista más votada. Y, según señaló el portavoz en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando, ésta será registrada en la cámara en los próximos días.
Un día antes, el diputado José Antonio Bermúdez de Castro explicó la iniciativa a la que su partido lleva dando vueltas desde hace más de un año, pero que no llegó a aprobar por falta de consenso con el PSOE.
Según el borrador, la formación que recibiese el 35% de los sufragios y mantuviese una distancia respecto a la segunda fuerza de, al menos, cinco puntos, recibiría una prima que le supondría ubicarse en la mayoría absoluta. Si no se dan estas circunstancias, se pasa a una segunda vuelta. A ésta, llegarían las formaciones que hubiesen obtenido el 15% de los votos. Y aquí, el listón está puesto en el 40% de los votos. Si no se da este escenario, llega el momento de los pactos.
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Pese al gesto de remitir la propuesta al Congreso, en el PP dan por hecho que en el momento de legislatura en el que estamos va a ser imposible que la reforma sea aprobada antes de las elecciones generales. La intención del partido de Rajoy es la de liderar este debate e intentar que el resto de partidos, sobre todo el PSOE, se posicionen al respecto.
El pasado verano los socialistas rechazaron la denominada "elección directa de alcaldes". Primero, por la proximidad de las elecciones municipales y autonómicas. Y, después, porque demandaban una segunda vuelta. Ahora, con esta segunda vuelta ya planteada, los conservadores quieren provocar y comprobar su reacción.
Rajoy también quiere abrir el debate para que gobierne la lista más votada en el Ejecutivo central y en las comunidades autónomas. Pero esto queda para el futuro. De momento, quiere incluirlo en el programa electoral con el que se presentará a las generales.