Muros sin Fronteras
‘Brexit Day’, no es el fin del mundo (creo)
Hoy puede ser un gran día, como canta Joan Manuel Serrat, o catastrófico. Es Brexit Day. Leerá, si es que no se ha cansado ya, todo tipo de análisis, encuestas e informaciones basados en dos premisas extremas: estupendo versus horrible. ¿No hay estaciones intermedias? Si saliera Brexit, el viernes tendríamos una jornada negra en las Bolsas y una caída de la libra esterlina que, como adelantó infoLibre hace unos días, crearía una sensación de pánico en los mercados 48 horas antes de ir a votar (en España). Se supone que si estamos aterrorizados optaremos por el partido moderado y serio (y embargado por un juez que le acusa de corrupción a través de todos sus tesoreros).
Hace muchos años, meses después de la victoria del PSOE en octubre de 1982, un imberbe reportero de radio preguntó al ministro Miguel Boyer ante una fuerte e inesperada alza del dólar, ¿está preocupado? El contestó sin detenerse: “Todo lo que sube, baja”. Si hubiera Brexit habrá pánico, sin duda, porque el pánico de la mayoría es excelente para la minoría que lo azuza y dirige: los reyes de la navegación extrema en el corto plazo. Tras unos días, semanas o meses, todo regresará a su cauce. Los ingleses seguirán con su té (importado de Sri Lanka) a las cinco, su whisky (escocés) y el Continente se habrá reorganizado de alguna manera más.
Si no hubiera Brexit, mejor, porque estas cosas las carga el diablo. Si no lo hubiera tendríamos lo contrario al pánico: Bolsas mundiales eufóricas que subirían como la espuma, igual que la libra. La fiesta duraría poco, horas o semanas, depende de los reyes del corto plazo porque ellos también ganan en el mercado alcista. Los reyes del corto plazo ganan siempre.
Sin el temido Brexit iríamos a votar el domingo en un clima de éxtasis bursátil que no ayudaría al partido serio y responsable del que hablábamos antes. No habría baza del coco. Quizá el resultado del 26-J, que se intuye más complicado que el del 20-D, empiece a generar otro “exit”, el de Mariano Rajoy; lo podríamos llamar Rajoyexit.
Las votaciones
Los colegios abrirán sus puertas a las siete de la mañana (ocho en la península) y las cerrarán a las diez de la noche (once en la península). Aparte de las encuestas a pie de urna, que suelen fallar y más en un resultado que se espera ajustado, los primeros datos oficiales llegarán una hora y media después del cierre de las urnas. Los pesimistas prevén una larga noche: ni habrá resultado final hasta las siete (ocho en la península), cuando se preparan para abrir las bolsas europeas.
Las consecuencias no económicas
Lo que está en juego es el modelo de la UE, sea con el Reino Unido dentro o fuera, y esa es una batalla que hemos perdido hace tiempo los ciudadanos. Con el estallido de la crisis, la Europa política se esfumó, quedó solo la de los mercaderes, por eso está en peores condiciones que nunca para manejar una crisis importante, sea Brexit o la de los refugiados. Esa pérdida no la reflejan los mercados.
Algunos link esenciales
-La BBC ofrece esta guía para saber qué esta en juego.
-También explica cómo será el día después, es decir, mañana.
-Otra opción, leer este texto de la revista New Statesman. Esta publicación eligió en su día a Margaret Thatcher, el implacable azote de los mineros y los sindicatos en general, hombre del año. Era, obviamente, una doble ironía.
-El sensacionalista Express explica cómo ve el asunto en los 100 primeros días de Brexit.
Por qué tantos diarios británicos apuestan por el Brexit, lo explica Roy Greenslade en The Guardian. Por cierto, los directos de este periódico en su web son excelentes.
Si está por el Brexit, le recomiendo tres canciones patrióticas para coger tono:
Si decide tomárselo con humor (británico), le recomiendo algunos libros:
-El siempre esencialísimo How to be an Alien, de George Mikes. Un clásico por el que no pasa el tiempo: humor británico para tomarse a broma los británicos. Posiblemente sea uno de los libros preferidos por los ingleses para explicarse a sí mismos.
-Historias de Londres, de Enric González, una mirada española con las mismas claves de humor que el de Mikes. A los ingleses les encanta reírse de sí mismos y aceptan gustosos el mismo sentido de humor de un extranjero siempre y cuando se ría desde el humor inglés, no desde cualquier otra variación soez.
Cameron se va
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Si no saben qué es exactamente eso del humor inglés, lean a Chesterton, o al genial Douglas Adams. Y en especial, el menos conocido Mañana no estarán (En busca de las más variopintas especies de animales al borde de la extinción).
Entre los grandes escritores del género están Tom Sharpe (Wilt), P. G. Wodehouse (este texto en The New Yorker sobre él es soberbio) y Evelyn Waugh con su ¡Noticia bomba!
Feliz día larguísimo.