Crisis de los refugiados
Padres griegos amenazan con ocupar la escuela de sus hijos si se aceptan refugiados
Con más de 60.000 refugiados varados en Grecia, el país se enfrenta al reto de escolarizar a los hijos de los solicitantes de asilo. En las decenas de infraestructuras precarias habilitadas para su estancia, las posibilidades de escolarizarse son limitadas. Por ello, el Ministerio de Educación griego comunicó recientemente la voluntad del gobierno de comenzar a ofrecer cursos a los niños refugiados. El plan es facilitar la “vuelta al cole” a los 22.000 hijos de inmigrantes y refugiados retenidos en Grecia, integrándolos en la escuela pública mediante un programa especial. Este modelo de integración ha sido rotundamente rechazado esta semana por dos escuelas, cuyas asociaciones de padres y tutores no sólo se han mostrado reacias a aceptar a los 420 niños migrantes y refugiados pertinentes sino que amenazan de forma tajante con ocupar la escuela si finalmente se matriculan.
Dos colegios de los municipios vecinos de Oreokastro y Paleokastro, ambos situados al norte de Grecia, fueron elegidos para impartir lo que se llaman las “clases de acogida”. Es decir, lecciones especiales para los refugiados más pequeños cuyo horario es diferente al de los estudiantes griegos, ya que estas clases, que aún están por empezar, se realizarían entre las 2 del mediodía y las 6 de la tarde.
La asociación de adres y tutores de los colegios llamados “Quinta Escuela de Primaria Oreokastro” y “Primera Escuela de Primaria de Paleokastro” emitieron un inquietante aviso, que apenas llegaba a las cuatro líneas, en el que alertaban a las autoridades de que se procedería a la ocupación del recinto escolar si se integran niños refugiados en las clases elementales. En esta declaración de intenciones, no se pueden leer las razonas que fundamentan una decisión que plantean como irrebatible. Fotini Kitsiou, presidente de la Asociación de Padres y Tutores de la escuela Paleokastro, afirmó ante la prensa local que los padres estaban principalmente preocupados por la salud de sus hijos, así como el cumplimiento de las normas sanitarias y de vacunación.
El gobierno apuesta por la integración
El ministro de Educación, Nikos Filis, reaccionó rápidamente ante las amenazas lanzadas por estos padres de ocupar la escuela y afirmó que bloquear la matriculación de los nuevos estudiantes migrantes "no era aceptable y no es representativo de la sociedad griega". Asimismo, aprovechó para desmentir las acusaciones que habían hecho las asociaciones de padres sobre la situación sanitaria de los pequeños que han llegado a Grecia huyendo de la guerra y el hambre. Aseguró que el Estado, junto con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CCPE), ha tomado todas las medidas para que los niños tengan las vacunas necesarias. Por ello, el ministro de Educación concluyó que “no hay ninguna razón de peso, solo hay prejuicios". En este sentido, el presidente de Médicos del Mundo, Nikitas Kanakis, a través de una publicación en su cuenta de Facebook, asegura que los niños refugiados de la región tienen cobertura sanitaria y han sido vacunados.
Una decisión con motivaciones racistas
Katerina Karanikolau es una de las pocas madres de la quinta escuela de primaria de Oreokastro que se opuso a impedir la integración los inmigrantes a la escuela regular. InfoLibre ha podido hablar con ella mediante conversación telefónica. Esta mujer de mediana edad destaca que “no es casualidad que el anuncio no se moleste en aportar ninguna razón de fondo que pretenda justificar la decisión”. A su parecer, la decisión de los padres tenía como pretexto la salud de sus hijos, pero añade que “sin duda hay motivos políticos e ideológicos más profundos”.
Según la organización no gubernamental griega Deporta el Racismo, el anuncio de la asociación de padres indica que ésta “se mueve en una dirección peligrosamente racista”. En esta misma línea se podría mover el alcalde de Oreokastro, Asterios Gavotsi, que se mostró inequívocamente a favor de no dejar entrar a los refugiados en las aulas de su pueblo. En un vídeo que ha salido a la luz recientemente, Gavotsi aparece conversando con una decena de ciudadanos e incita implícitamente a los oyentes a emplear la violencia contra los migrantes. Por todo ello, la Fiscalía del Tribunal de Primera Instancia de Tesalónica ha abierto una investigación por un supuesto crimen racista, que se centra en la decisión de la asociación de Padres y Tutores de Oreokastro y las chocantes declaraciones del alcalde que aparecen en el vídeo.
Una polémica que no ha sensibilizado a toda la población
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Hasta la semana pasada, para muchos griegos era difícil señalar en un mapa las localidades de Oreokastro y Paleokastro. La polémica ha ocupado las primeras páginas de los diarios griegos y ha conseguido sacudir la opinión pública, pero no ha conseguido posicionarla con unanimidad en contra de los hechos. A raíz de los eventos producidos este semana, se produjo la dimisión de Tsolakidis Athanasios, el presidente de la Unión de Asociaciones de Padres y Tutores del Municipio de Oreokastro, órgano jerárquicamente superior al que tomó la decisión de no permitir el acceso de los pequeños refugiados en sus centros. En su carta de dimisión confirma haberse encontrado en el punto de mira de la polémica y no haber sido capaz de gestionarlo. Al hilo de las declaraciones publicadas por el medio local News 247 con anterioridad a su dimisión, se mostraba partidario de integrar a los inmigrantes en el sistema educativo griego.
La cuestión llegó a las altas esferas del Estado y la prensa también puso los focos en la opinión del partido de la oposición, Nueva Democracia. El coordinador de la política de inmigración del partido, Vassilis Kikilias, aprovechó para denunciar la incapacidad de la actual coalición gubernamental de izquierdas Syriza-Anel para hacer frente a la crisi migratoria. Kiklias habló de la necesidad de proveer “hospitalidad” a los refugiados, pero no denunció los hechos. La peligrosa ambigüedad con la que jugó Nueva Democracia, partido conocido por su mano dura contra los migrantes durante sus mandatos, fue precisamente lo que Syriza-Anel resaltó ante la prensa: "¿Es tan difícil para Nueva Democracia hablar sobre el caso debido y condenar las actitudes y las incitaciones a la violencia xenófoba?", dijo su portavoz ante la prensa esta semana.
La noticia sensibilizó a otras asociaciones de padres. “¿Queremos una escuela que fomente el miedo y el odio?”, se pregunta la asociación de padres y tutores de Sykies, región vecina a Oreokastro y Paleokastro, en una declaración emitida esta semana. Según el texto, el centro escolar de Sykies aceptará los niños refugiados que no sean “bienvenidos” en la escuela en Oreokastro. Este grupo de padres argumenta que, a pesar de las adversidades económicas, la sociedad griega debe dar a todo el mundo una lección de solidaridad y humanidad. Con una abrumadora carga emocional, el texto lanza un mensaje de fraternidad a los inmigrantes de la zona: "Vamos a abrazar a los hijos de los refugiados, como si fueran los nuestros. Ellos son nuestros hijos".