El Gobierno no gastó cuatro de cada diez euros presupuestados para I+D en el último lustro

El Gobierno ha dejado sin gastar prácticamente cuatro de cada diez euros presupuestados para I+D en el último lustro. De los 32.509 millones de euros incluidos en el conjunto de programas que pone en marcha la Administración General del Estado (AGE) para fomentar las actividades de investigación científica en los ejercicios de 2011 a 2015 sólo se han ejecutado 19.987 millones, el 61,5%. Otros 12.522 millones, el 38,5% restante, se dejaron sin gastar. Así se recoge en los informes que año a año elabora la Fundación Cotec, de referencia en el sector, y cuya última edición [consultar, aquí] se presentó este lunes en Madrid. 

La mayor parte de esos fondos que se dejaron sin usar estaban destinados a préstamos que no se concedieron. De hecho, las sociedades científicas vienen manteniendo que esta es la vía que suelen utilizar los Gobiernos para inflar de forma artificial los presupuestos. Según Cotec, el grado de ejecución presupuestaria de las partidas relacionadas con el apoyo a la I+D es un indicador, entre otros aspectos, de factores como "la eficacia de los gestores públicos en la ejecución de los programas". Ante este panorama, la fundación advierte de que los problemas "endémicos" de la ciencia en España "amenazan con cronificarse". 

Las menores partidas consignadas en los presupuestos públicos como consecuencia de una política de recortes que, según Cotec, se ha "ensañado" con la ciencia y la innovación y la brecha entre las previsiones iniciales y el gasto ejecutado ha provocado una caída del 53% en la inversión real en I+D entre 2009 y 2015. Así, mientras en 2009 los fondos realmente utilizados para fomentar las actividades de investigación científica, desarrollo tecnológico e innovación alcanzaron los 8.469 millones de euros, en 2015 cayeron hasta los 3.963 millones de euros. Y eso a pesar de que en ese último año la previsión de gasto alcanzaba los 6.395 millones. 

Según los autores del informe el "elevado grado de volatilidad" que soportael gasto público en I+D en España "no se observa en la perspectiva temporal internacional". Asimismo, sostienen que el aumento de los fondos captados por España en programas de I+D europeos "no compensa en absoluto esta dramática reducción de los recursos disponibles". En este sentido, el informe de Cotec mantiene que si la tendencia no cambia "de forma urgente", España no podrá desempeñar un "papel protagonista" en un escenario de profundos cambios inducidos por retos sociales y avances tecnológicos.   

El esfuerzo de las pymes 

Por otro lado, el informe de Cotec revela que el gasto total en I+D ejecutado en España –el que incluyen los fondos aportados por las diferentes administraciones públicas, pero también por las empresas y las universidades– creció en 2015 respecto al año anterior, aunque a un ritmo inferior al del PIB, lo que sigue alejando a España de la media europea. Así, los 13.172 millones de euros invertidos en total suponen un gasto un 10% inferior al observado en el inicio de la crisis. En contraposición, la media de inversión de los Veintiocho fue en 2015 un 25% superior a la registrada antes de la recesión. 

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Estas cifras se explican, en parte, por la menor participación de las empresas españolas en las actividades de I+D. En 2015, las empresas aportaron el 52,5% de los fondos destinados a investigación científica. Es uno de los menores porcentajes de participación empresarial en Europa, cuyo promedio ese mismo año era del 63,3%, casi once puntos por encima. Lo más llamativo es que, en España, casi la mitad de esa inversión la realizaron las pymes, una cifra poco habitual en los países de nuestro entorno. De hecho, en países como Francia, Italia o el Reino Unido ese porcentaje es de alrededor del 20% y en Alemania del 10%. 

Según Cotec, la menor implicación de las empresas grandes en la I+D "es una clara debilidad del sistema de innovación español, ya que serían estas últimas, por su mayor tamaño, las que tendrían mejores posibilidades de comercializar los resultados de su actividad investigadora en todo el mundo". 

La nota positiva es que el crecimiento del gasto en I+D en España ha ido acompañado de un aumento en el número de investigadores –el primero que se observa desde 2010–aunque se debe exclusivamente a las empresas, ya que los investigadores en la Administración Pública y en la enseñanza superior disminuyeron en 2015. No obstante, pese a este aumento, el número de investigadores por cada 1.000 ocupados en España era de 6,8; un número inferior al 7,9 de la media europea.