Refugiados
Dos años después del acuerdo UE-Turquía: refugiados atrapados en las islas griegas
Dos años después del acuerdo migratorio entre la Unión Europea y Turquía para frenar las llegadas por mar de inmigrantes y refugiados desde este país hacia Grecia el veredicto de las ONG es unánime: no es un éxito, como propugna Bruselas, sino que su consecuencia más evidente fueron las condiciones "lamentables" en las que quedaron atrapados miles de solicitantes de asilo en las islas griegas, según informó Europa Press.
Hace unos días, la Comisión Europea defendió que la declaración firmada con Turquía el 20 de marzo de 2016 "sigue surtiendo efecto, ya que las llegadas irregulares y peligrosas se mantienen un 97% por debajo de los niveles registrados durante el periodo anterior a su puesta en práctica".
Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en total en 2016 llegaron a Grecia 173.600 refugiados y migrantes por mar, mientras que en 2017 la cifra fue de 35.052, un 80%. En lo que va de 2018, según la agencia de la ONU, han llegado a las costas griegas 3.562 personas, incluidas más de 870 solo en las dos primeras semanas de marzo.
"La UE está vendiendo el acuerdo con Turquía como un éxito, reivindicando que es la razón de la caída de las llegadas desde Turquía pero la efectividad del acuerdo ha sido cuestionada por académicos, que demuestran que el número de llegadas por mar había comenzado a disminuir de forma drástica en noviembre de 2015 y no se vio impactado de forma significativa por el acuerdo de marzo de 2016", sostiene Raphael Shilhav, asesor de política migratoria de la UE en Oxfam, en declaraciones a Europa Press.
"El coste del acuerdo para las personas afectadas ha sido inmenso e inaceptable", lamenta Shilhav, dado que "un número creciente solicitantes de asilo son mantenidos en las islas en campamentos superpoblados, a menudo detenidos o con restricciones a su libertad y libertad de movimiento". "Actualmente, unas 13.000 personas permanecen en las islaspermanecen en las islas en alojamientos que están preparados para albergar a la mitad de esa cifra", subraya el asesor de Oxfam.
Una lectura que comparte la coordinadora general de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Grecia, Louise Roland Gosselin. "Dos años después de la entrada en vigor no hay nada que celebrar", subraya en un comunicado, poniendo el acento en las condiciones en las que viven atrapados los refugiados en las islas griegas. "Es insoportable y simplemente escandaloso, así que, por favor, que nadie se atreva a decir que esto es un éxito", defiende.
"El acuerdo no está dando los frutos que ellos se encargan una y otra vez de anunciar" puesto que "decenas de personas siguen cruzando el Mediterráneo y el Egeo todos los días", subraya a su vez el mediador cultural de MSF en Lesbos, Tamim Elnaggar. Estas personas, agrega, "necesitan recibir una protección adecuada" pero "lo único que se les ofrece es vivir atrapados y en condiciones deleznables".
"Sufrimiento adicional" para los refugiados
Desde Human Rights Watch (HRW), su director de campañas para Europa y Asia Central, Philippe Dam, coincide en que aunque en términos reales las llegadas hayan disminuido, fue a costa del "sufrimiento adicional" para quienes están atrapados en las islas en condiciones que no cumplen con los estándares internacionales.
Asimismo, en declaraciones a Europa Press lamenta que Grecia, con apoyo de la UE, aprovechó el acuerdo para mantener "confinados en las islas, a veces durante periodos de tiempo muy largos, a los solicitantes de asilo", toda vez que apenas se han llevado a cabo devoluciones a Turquía como contemplaba el acuerdo salvo algunos casos voluntarios. "Turquía no es un país seguro para los solicitantes de asilo", recalca.
Sin duda, lo que más preocupa a las ONG son las condiciones en las que viven los solicitantes de asilo en los centros habilitados en los hotspots en Lesbos, Quíos, Samos y otras islas griegas, puerta de entrada de quienes aún cruzan desde Turquía. "Muchas personas son obligadas aún a dormir sobre el suelo o en tiendas de campaña que no están preparadas para el frío y la lluvia", subraya Shilhav.
"Mujeres y niños, que pueden haber estado ya expuestos a violencia y explotación en los lugares de los que huyeron, se enfrentan a un elevado riesgo de violencia sexual y acoso, en medio de las tensiones, la falta de seguridad y la superpoblación en los centros de recepción", advierte el asesor de Oxfam.
"Emergencia de salud mental"
El personal de MSF pudo constatar que las necesidades médicas básicas de quienes están atrapados en las islas griegas no están cubiertas, las condiciones de agua y saneamiento no cumplen con los estándares mínimos y hay un acceso limitado a agua corriente y letrinas. Además, la ONG puso el acento en particular en la "emergencia de salud mental" que se vive en las islas puesto que las condiciones de vida contribuyen a exacerbar la angustia y las condiciones previas de quienes viven en ellas.
"Las personas a las que proporciono apoyo psicológico son personas que han perdido toda esperanza de futuro, que viven en constante estrés y que están muertos de miedo ante la idea de que puedan devolverles a sus países", explica Katerina Psaropoulou, psicóloga de MSF en Samos. Las condiciones en las que viven no les ayudan a superar las experiencias traumáticas que vivieron en sus países de origen, "por el contrario, les recuerda la guerra y la violencia de la que han tratado de escapar", incide.
La solución a esta situación es sencilla, coinciden las tres ONG, y pasa por el traslado de estos solicitantes de asilo a la parte continental de Grecia, donde puedan recibir la atención que necesitan mientras se procesan sus solicitudes de asilo.
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"Es imperativo abrir las islas inmediatamente y permitir que los solicitantes de asilo tengan acceso a servicios básicos y apoyo en la parte continental de Grecia", reclama Shilhav, defendiendo el derecho que tienen estas personas a "rehacer sus vidas".
De la misma opinión se muestra el responsable de HRW, que además subraya que si con mantener retenidos a los solicitantes de asilo en las islas se busca disuadir la llegada de más refugiados, entonces "es una política errónea". "Contener a las personas en las islas en condiciones que no cumplen los estándares y que violan los Derechos Humanos no es en ningún caso la solución a una crisis migratoria, ya sea de gran intensidad o de baja como la actual", advierte Dam.
En este sentido, el responsable de HRW apuesta por "ayudar a Grecia para que pueda atender las necesidades de quienes están en las islas", apoyar a Turquía en la asistencia que ofrece a los millones de refugiados que hay en su territorio y en buscar "vías legales y seguras" de acceso a la UE, entre las que una buena solución es el reasentamiento desde países como Turquía, Jordania o Líbano.