Paren las rotativas

1997: los "fascistas de nuevo cuño" atacan en Gernika

El 17 de agosto de 1997, El País era el único diario que informaba en portada sobre la violencia que una veintena de encapuchados, armados con barras de hierro, piedras y cócteles molotov, había sembrado la noche anterior en Gernika. Tres sucursales bancarias fueron destrozadas y dos personas resultaron heridas tras la batida de los violentos durante las fiestas del pueblo vizcaíno. Además, los periódicos recogían la muerte en accidente de tráfico de Ángel Duce, el asesino del diputado de Herri Batasuna Josu Muguruza. Y, entre la variada agenda de informaciones de ese día, el presidente israelí Benjamin Netanyahu se convertía en noticia por una fotografía de sus vacaciones. Este verano, infoLibre repasa la historia española reciente a partir de las portadas de los principales periódicos de la época, un espejo de los temas que llenaban el debate público en las vacaciones de entre 1978 y 2002.

 

Tan solo El País recogía en primera página la violencia desatada durante la madrugada de ese 17 de agosto en las calles de Gernika. En torno a veinte encapuchados destrozaron todo tipo de mobiliario urbano y, como objetivo principal de sus ataques, sendas sucursales bancarias de Caja Rural Vasca, Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK) y Banco de Bilbao y de Vizcaya (BBV). Según el periódico nacional, la redada de destrozos se inició en la calle Juan Calzada y, en cuestión de minutos, alcanzó la plaza de Mercurio, donde estaba teniendo lugar una actuación circense. Era la semana de las fiestas municipales, y los transeúntes y clientes de bares que reprocharon su actitud a los violentos recibieron piedras y cócteles molotov. A una mujer le alcanzó una pedrada en la cabeza y a un hombre le ardió una pierna con una de las "bolas de fuego". Ambos tuvieron que ser trasladados de urgencia a un hospital de Barakaldo.

Lo cierto es que el relato publicado por El País dejaba sin respuesta la pregunta en torno a la autoría y la intencionalidad de los hechos. Nadie había reivindicado el vandalismo de esa noche, por lo que la noticia del día siguiente era un recopilatorio de testimonios. "Una vecina [...] apuntó que la acción fue premeditada: 'No fue algo espontáneo. Se notaba que ya tenían pensado qué iban a hacer'. El cajero de esa entidad quedó destrozado y la fachada del edificio calcinada", recogía el periódico. "Testigos presenciales mencionaron la palabra 'miedo' y una 'sensación de impotencia terrible' al describir lo sucedido. Lo que más les impresionó fue que les atacaran con fuego", precisaba.

El primer análisis político sobre los hechos lo haría −con firme seguridad− el alcalde de Gernika, Eduardo Vallejo (PNV), al día siguiente del episodio vandálico. Sobre las declaraciones del alcalde, El País explicaba que "los alborotadores que sembraron el terror" le hicieron volver la vista 20 años atrás, cuando un grupo de fascistas −"de extrema derecha, lo que antes se denominaba incontrolados"− llegó a la villa foral para intimidar a la población. "Era gente que no quería la democracia y los encapuchados de ahora tampoco la quieren", sentenciaba. Para a continuación animar a los ciudadanos a mantener la serenidad y combatir a los "fascistas de nuevo cuño".

Y esa actitud antifascista estuvo reflejada en el comunicado que los representantes municipales de PNV, PP y Eusko Alkartasuna (EA) −HB se opuso y el representante del PSE dijo encontrarse fuera del pueblo− suscribieron al día siguiente, resaltando la acción de los vecinos que, "arriesgando incluso en algunos casos su integridad física, impidieron que los agresores causaran el caos que pretendían". Sin embargo, al poco de los ataques, una llamada telefónica anónima al diario Egin advirtió de que los violentos no tolerarían en un futuro la intervención de "aspirantes a héroes", en alusión a a las vecinas y vecinos que opusieron resistencia y criticaron sus acciones.

El asesino de Josu Muguruza, muerto en accidente

 

Ese 17 de agosto, saltaba a las portadas de El Mundo y El País la muerte en accidente de tráfico de Ángel Duce, el expolicía de ultraderecha que había asesinado a Josu Muguruza, diputado de Herri Batasuna, el 20 de noviembre de 1989. El exagente fue condenado en 1993 a cien años de cárcel por la Audiencia Nacional, quien le consideró autor material del asesinato. Si bien Duce no había sido el único sospechoso: la policía también detuvo al histórico político e ideólogo fascista Ricardo Sáenz de Ynestrillas, quien finalmente fue absuelto por falta de pruebas.

Ángel Duce no pasó ni dos años entre rejas. En 1995 obtuvo sus primeros permisos carcelarios de seis días, entre otras cosas, gracias a una declaración escrita en la que acataba la constitución y rechazaba la violencia. Sin embargo, el expolicía vinculado a círculos fascistas y neonazis sufrió un trágico accidente de tráfico en uno de sus permisos. El diario El Mundo lo contaba así: "El accidente se produjo a las 22:45 horas del viernes, en la carretera de Móstoles de Alcorcón, al chocar su moto contra un bordillo y caer Duce al suelo. El coche al que acababa de adelantar arrolló el cuerpo del expolicía. Sus restos fueron incinerados ayer por la tarde".

Vacaciones vigiladas

La agenda informativa de verano genera portadas trufadas de temas variados. Ese domingo pocos periódicos compartían noticias en primera página. Pero había una fotografía que se repetía en El Mundo y El País: el presidente israelí sentado en la playa y rodeado de guardaespaldas armados. Los juegos literarios se escribían solos: "No son los rayos del sol el mayor problema de Benjamin Netanyahu cuando decide disfrutar de un día de playa. Como cualquier bronceador, el factor de protección del primer ministro se mide en números, pero en este caso de guardaespaldas", afinaba El Mundo, que titulaba: "Netanyahu, protección total". Más irónico resultaba El País, que anunciaba: "Plácido día de playa para Netanyahu". Israel acababa de lanzar "dos ataques aéreos contra bases de un grupo prosirio en el sur del Líbano" al tiempo que ejercía un "polémico bloqueo a los territorios autónomos palestinos".

Lady Di aparecía en un breve de El Mundo. "Diana, en la corte del faraón", indicaba el titular. "Al millonario Al Fayed [padre] le faltaba una princesa para su cuento de hadas", precisaba. Era 17 de agosto. Dos semanas después, Lady Di y Al Fayed [hijo] morirían juntos en un accidente de coche en el túnel del puente del Alma de París.

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