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INVESTIGACIÓN / 'Radar de Evasores Fiscales"

Exxonmobil utilizó España durante años para transferir beneficios de Luxemburgo a Delaware sin pagar ni un euro en impuestos

Exxonmobil tiene cientos de filiales registradas en el paraíso fiscal de Bahamas.

España apenas produce 87.000 toneladas de crudo al año, una cantidad insignificante que, en principio, debería dejarla fuera del radar corporativo de un gigante mundial del petróleo como Exxonmobil. Lo que no quiere decir que no le interese a la multinacional texana. De hecho, la ha utilizado durante años como semiparaíso fiscal. O al menos no tuvo reparo en aprovechar, y muy bien, uno de los instrumentos que creó el Gobierno español hace casi 30 años para atraer capital y convertir el país en un centro internacional de inversiones.

Según los registros de la SEC (Securities and Exchange Commission, la CNMV estadounidense), Exxonmobil tiene 163 filiales repartidas por todo el mundo. Y muchas de ellas, a su vez, han creado centenares más. Todas ellas conforman una tupida red de empresas por la que fluye el capital desde Bahamas hasta Singapur, pasando por Nigeria, Luxemburgo o Papúa Nueva Guinea. En España, el Registro Mercantil deja constancia de al menos 12 filiales de la petrolera, de las cuales hoy seis ya están extinguidas. El resto son entidades no residentes: Exxonmobil Petroleum & Chemical Bvba (Bélgica), Exxonmobil Asia Pacific Private Limited (Singapur) y Exxonmobil France. Sólo una, Exxonmobil Chemical Iberia SL, tiene actividad y presenta sus cuentas en el Registro. Desde 2008 la multinacional ni siquiera posee las gasolineras de la marca Esso, que vendió ese año a la portuguesa Galp.

Pero entre 1999 y 2012 la compañía texana, la sexta petrolera del mundo por volumen de negocio, 265.000 millones de dólares –245.000 millones de euros– en 2019, y con 75.000 empleados, mantuvo operativa en España una ETVE (Empresa de Tenencia de Valores Extranjeros), una figura fiscal opaca y polémica que, al igual que sus equivalentes en los Países Bajos o Luxemburgo, tiene un único propósito: reducir al mínimo legal el pago de impuestos.

En efecto las ETVE no tributan por el capital que entra o sale de España a través de ellas, ni por los dividendos, beneficios y plusvalías generados por las empresas extranjeras en las que participan. Tampoco por el reparto de beneficios entre sus socios. Sólo tendrían que pagar impuestos si hicieran alguna inversión por su actividad en España pero, en ese caso, si declararan pérdidas, podrían deducir los gastos. Además, pueden consolidar sus resultados con el resto del grupo al que pertenecen, compensando sus pérdidas con los beneficios de otras filiales y generando créditos fiscales. Finalmente, aunque están obligadas a comunicar al Ministerio de Economía su constitución, no existe ningún registro de ETVE. El sindicato de técnicos de Hacienda Gestha las cifró hace ya unos años en 138. Una de ellas era Exxonmobil Spain SL.

infoLibre y sus socios de la red European Investigative Collaborations (EIC) han analizado cerca de un millón documentos del Registro Mercantil de Bahamas. Los datos fueron proporcionados por el colectivo de transparencia Distributed Denial of Secrets (DDoS), que actuó como intermediario de una fuente anónima. En ellos la red de investigación ha encontrado abundante información sobre los negocios internacionales de Exxonmobil, incluidos los que posee en España. [Si quieres saber más sobre DDoS, te lo contamos aquí]

Además, según ha podido comprobar infoLibre en las cuentas enviadas al Registro Mercantil, entre 2008 y 2011, la filial española de la petrolera, que sólo facturaba 2.000 euros anuales y contaba con único empleado, obtuvo unos beneficios de 10.204 millones de euros. Y ello tras reformular los números del primer ejercicio, cuando informó de unas ganancias de 5.333 millones de euros que se quedaron finalmente en 1.682 millones por un cambio normativo aprobado en 2010. Pero en todos esos años no pagó ni un euro en impuestos.

Al estar reconocida como ETVE, su única actividad es la adquisición, tenencia, administración y gestión de títulos y acciones de entidades extranjeras. Sus beneficios, explica la propia empresa en sus informes de gestión, proceden de los ingresos financieros que le proporciona su participación en los beneficios de las sociedades del grupo Exxonmobil.

En realidad, Exxonmobil Spain SL no era más que un canal por el que la petrolera trasladaba sus beneficios desde Luxemburgo –allí llegaban procedentes de otras filiales– hasta Texas. La operativa es reveladora de los sistemas que utilizan las multinacionales para eludir el pago de impuestos. Todo lo que hacía la ETVE es legal. En teoría, el objetivo de este tipo de hóldings es evitar la doble tributación: que el beneficio no pague impuestos dos veces, en el país donde se genera y también en el país que lo ingresa. Pero el resultado es que no tributaba en ninguno de los dos.

De hecho, Exxonmobil utilizaba aquí no una, sino dos paradas intermedias para distraer al fisco, que en realidad eran tres. No le bastaba Luxemburgo, ya de por sí un paraíso fiscal dentro de la UE, sino que le añadió un paso más, España. Y después un tercero: el estado de Delaware, conocido por la generosidad de sus normas fiscales.

Ni en Luxemburgo, ni en España ni en Delaware

Según revelan las cuentas depositadas en el Registro Mercantil, Exxonmobil Spain SL tenía tres filiales: Exxon International Holdings LLC, con sede en la ciudad texana de Irving –el domicilio social de la multinacional–, de la que poseía el 100% del capital; Exxonmobil Luxembourg et Cie, con sede en el Gran Ducado y de la que tenía el 42,34%, y Exxon Investments Inc., radicada en Houston (Texas), con sólo un 3,65%. Las tres son también hóldings.

Cada año la filial luxemburguesa pagaba a su matriz española un dividendo multimillonario por ese 42,34% del capital: 3.650,9 millones de euros en 2009, 5.077,1 millones en 2010 y 1.311,9 millones en 2011. Un total de 10.040 millones de euros en tres años. Como la ETVE española era, a su vez, filial al 100% de otra empresa del grupo, Exxonmobil Petroleum & Chemical Holding Inc, con sede en Delaware, le enviaba dividendos por casi las mismas cantidades que recibía de Luxemburgo: 3.649 millones de euros en 2009, 5.076,7 millones en 2010 y 1.311,7 millones en 2011.

Es decir, los dividendos de la luxemburguesa no tributaron en el Gran Ducado en aplicación de la conocida como directiva matriz-filial, que los exime de “retención en origen”, ni en España gracias al régimen especial de las ETVE. Y como fueron transferidos no a Texas, sino a Delaware, donde los ingresos que procedan del extranjero no se gravan, tampoco pagaron impuestos en Estados Unidos.

Porque si los dividendos viajaran directamente de Luxemburgo a Texas, sufrirían una retención en origen y quedarían gravados en Texas, donde se les practicaría una deducción para evitar la doble imposición. Al hacerlos pasar por España y ubicar la matriz en Delaware, se evita la retención entre Luxemburgo y España, así como la retención entre España y Texas.

Exxonmobil dice que paga un 34% de tipo efectivo

El profesor de la Universidad LUISS de Roma Tulio Rosembuj lo llama “renta fiscal de erosión”. “Las compañías deciden desde el primero momento que esos beneficios no van a tributar en ningún sitio, por lo que montan un circuito para que sean intocables desde el primer momento hasta el último”, explica.

Además, una parte de los 3.649 millones de euros que la filial española pagó en 2009 a su matriz en Delaware, 1.383,5 millones de euros, no eran dividendos sino la devolución de la prima de emisión que le había cobrado en una ampliación de capital anterior. La prima de emisión no tributa. Y es totalmente inusual que una empresa le exija ese sobreprecio a su único socio. Por el contrario, esa prima sólo tiene sentido cuando los accionistas originales de una sociedad la aplican a los nuevos que acuden a una ampliación para evitar que se diluya su participación en el capital.

También sorprende la diferencia de rentabilidad entre unas filiales y otras. En comparación con los miles de millones recibidos de Luxemburgo, los dividendos que Exxonmobil Spain SL cobró de una de sus dos filiales texanas eran insignificantes: 2.000 euros en 2010 y 1.000 euros en 2011. De la otra no percibió ni un euro en los años examinados.

La red EIC ha preguntado a Exxonmobil por la naturaleza y propósito de este esquema fiscal. La petrolera texana se ha limitado a responder que “cumple plenamente todas las leyes y reglamentos nacionales” y que mantiene los canales de “diálogo” habituales con las autoridades fiscales de los países donde posee filiales. “Las empresas a las que [la red EIC] hace referencia forman parte de una estructura corporativa que constituye un medio legal y sencillo de gestionar eficientemente los requisitos de capital de las operaciones mercantiles internacionales a través de hóldings”, explica Exxonmobil, que también asegura que los ingresos que sus hóldings reciben “ya están sujetos a impuestos en el país o la jurisdicción en que se generaron”. Una información que se desconoce y que la compañía no menciona: de dónde procede el dinero que recibe su filial en Luxemburgo.

No obstante, indica que en 2019 pagó un tipo efectivo del 34% sobre sus ingresos mundiales, “muy por encima del de muchas otras empresas”. El año pasado, ExxonMobil dice haber pagado más de 38.000 millones de dólares –34.645 millones de euros– en impuestos y tasas, una cantidad que “gobiernos de todo el mundo han utilizado para construir escuelas, carreteras, hospitales y otros servicios esenciales.”

Préstamos entre filiales, gastos financieros deducibles

La inversión extranjera canalizada a través de ETVE representa el 27,23% de toda la inversión foránea en España desde 1993, de acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Industria. En 2019, no obstante, supuso sólo 2.411,8 millones de euros de los 24.788,4 millones que sumó la inversión extranjera total. Muy lejos de sus mejores años, 2001 y 2002, cuando superó los 20.000 millones. ¿Adónde va ese dinero que pasa tan brevemente por las ETVE españolas? Sobre todo a Estados Unidos, que acapara el 36% de los 173,8 millones que gestionaron estos hóldings desde su creación. En segunda posición, los Países Bajos, con el 15% de la inversión. Pero éstos son sólo los países inmediatos que reciben el dinero. El ránking cambia ligeramente al considerar los países últimos, los verdaderos destinatarios del capital. Estados Unidos sigue siendo el que más dinero percibe: el 39,7%, seguido de México y Portugal. Países Bajos cae hasta el cuarto puesto, con sólo el 5,4% del capital gestionado.

Como queda dicho, el esquema es legal. Pero puede considerarse escandaloso. No sólo porque la petrolera no pagara ni un euro por sus multimillonarios beneficios, sino también porque, al presentar todos los años un resultado contable negativo –tras restarle los dividendos cobrados de Luxemburgo–, acumuló bases imponibles negativas por importe de 3,13 millones de euros desde 2004 hasta 2011. Y eso le daba derecho a créditos fiscales en España que le habrían permitido reducir impuestos en años posteriores.

Pero aún hay más trucos fiscales. En cada uno de los ejercicios examinados, la filial española recibía un préstamo de 1.499,9 millones de euros de otra sociedad del grupo, la holandesa Exxonmobil Capital NV. Se trata, dice la empresa, de una línea de crédito “para controlar el riesgo de liquidez”. En realidad, también le permitía desgravar los intereses que debía pagar a la filial prestamista, que se consideran gastos financieros. En 2009 Exxonmobil Spain SL pagó intereses a la sociedad holandesa por valor de 1,17 millones de euros. El Gobierno español acaba de transponer una directiva comunitaria que obligará a partir de ahora a los asesores fiscales a informar a las autoridades de los casos de planificación fiscal agresiva que encuentren. Uno de ellos es precisamente el pago de un gasto deducible para una empresa, los intereses de ese préstamo, que no se grave o se grave de forma limitada por quien lo perciba.

Pese a todas estas ventajas fiscales, la petrolera texana disolvió en abril de 2012 su filial española, que fue absorbida por otra sociedad holandesa del grupo, Exxonmobil Luxembourg Investmens BV. Esta empresa no consolida sus resultados con Exxonmobil Corporation, la matriz principal del grupo, por lo que queda fuera de sus balances. Tampoco lo hace Exxonmobil Luxembourg et Cie, de la que Exxonmobil Spain SL poseía un 42,34%. Ni ninguna de las dos españolas. A su vez la sociedad hólding luxemburguesa tiene al menos 107 filiales en todo el mundo, según consta en el listado que la empresa ha remitido al Registro Mercantil del Gran Ducado. Es un gigante dentro de otro: factura al año 101.000 millones de dólares –93.148 millones de euros– e informaba de unos beneficios anuales de 3.200 millones en 2018. Ese año, según sus cuentas, prestó un total de 12.200 millones de dólares a dos filiales de la petrolera radicadas en Bahamas. A su vez, éstas y otras cuatro sociedades de ese mismo paraíso fiscal le prestaron otros 9.800 millones de dólares. Este trasiego de dinero permitió a la luxemburguesa pagar intereses por préstamos concedidos a filiales fuera de balance por importe de 475,9 millones ese año.

Tres filiales en Bahamas con el nombre de España

La red EIC ha encontrado en los documentos del Registro de Bahamas que Exxonmobil ha tenido inscritas en las islas del Caribe cientos de sociedades. Y que tres de ellas llevan el nombre de España en su razón social: Exxonmobil Exploration and Production Spain (Onshore) Limited, Exxonmobil Exploration and Production Spain (Offshore) Limited y Exxonmobil Exploration and Production Spain (Mediterranean) Limited. Las dos primeras ya están disueltas, una en 2014 y otra en 2019. La tercera, creada en 2015, seguía viva en 2019. Las tres fueron constituidas con el mismo capital: 75 millones de dólares. Y las tres han compartido presidente de consejo de administración a lo largo de los años. Algunos de los más altos directivos de Exxonmobil en Estados Unidos: Erik J. Oswald, Tristan J. Aspray, J.R. Ardill y D.S. Bagley.

En los Países Bajos la petrolera texana también ha constituido otra sociedad con el nombre de España: Exxonmobil Exploration and Production Spain BV.

Exxonmobil ha rehusado explicar a infoLibre cuál era el propósito o qué tipo de actividad han desarrollado todas esas empresas.

La única española activa

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Hasta 2010 otra de las filiales de la sociedad luxemburguesa era Exxonmobil Chemical Iberia SL, la única empresa activa que mantiene hoy la petrolera texana en España. A partir de esa fecha, el 100% del capital es propiedad de otra sociedad del grupo, radicada en Bélgica: Exxonmobil Petroleum & Chemical Bvba. Creada en mayo de 2008, Exxonmobil Chemical Iberia SL compró la división química de Esso Española SL cinco meses después. Con una plantilla de 15 trabajadores, facturó 4,06 millones de euros en 2018 y un poco menos, 3,9 millones, el año anterior. Obtiene beneficios al menos desde 2011, según puede comprobarse en las cuentas que envió al Registro Mercantil. Por ejemplo, 1,29 millones de euros en 2017 y 1,16 millones en 2018. Y, a diferencia de la ETVE, sí paga impuesto de sociedades: 451.689,8 euros en 2017 y 421.526,7 el ejercicio siguiente. Se dedica a “presentar cualquier tipo de servicios relacionados con el apoyo y el desarrollo de las ventas de productos petroquímicos”, incluyendo marketing, publicidad y promoción. No sólo para empresas externas, sino también “para otras entidades del grupo”.

En sus cuentas aparece una partida especialmente voluminosa. Los 7,7 millones de euros que en 2018 la española “invierte”, en forma de préstamo, en otra empresa holandesa del grupo, Exxonmobil Capital Netherlands bv-ETC (Energy Technology Center). Cada año, al menos desde 2011, Exxonmobil Chemical Iberia SL presta a su hermana de los Países Bajos, una cantidad millonaria que multiplica hasta por seis sus beneficios y supera sus cifras de facturación. No consta de dónde procede ese dinero, pero en las cuentas no figura que la empresa lo haya pedido prestado, por ejemplo.

En Exxonmobil Chemical Iberia SL, al igual que en Exxonmobil Spain SL, juegan con las primas de emisión cuando amplían capitaljuegan. Como su antecesora, le cobró a su socio único un sobreprecio de 1.750 millones de euros cuando amplió capital en septiembre de 2008. Aunque la ampliación fue de sólo una acción, por importe nominal de un euro.

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