Abuso sexual
Condenan a más de 7 años de cárcel al exsuperior de los jesuitas riojanos por abusar sexualmente de una menor en Gijón
La Sección Octava de la Audiencia Provincial de Oviedo con sede en Gijón ha condenado a siete años y tres meses de cárcel a un sacerdote jesuita del colegio de la congregación en Gijón como autor responsable de un delito continuado de abuso sexual, con prevalimiento y acceso carnal. Fue superior de los jesuitas riojanos, según informa Europa Press.
Concurre en este caso la atenuante de disminución del daño, según la información facilitada por el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).
Además de la pena de cárcel, se le condena a inhabilitación para el desempeño de actividades docentes y de cualquier otra relacionada con menores de edad, con una duración de 6 años; prohibición de aproximarse a una distancia de 500 metros, en cualquier lugar en el que ésta se encuentre, su domicilio y lugar de trabajo, y prohibición de comunicar con la víctima por cualquier medio durante el plazo de siete años y tres meses.
Prohibición de comunicarse con la víctima
También se le condena a la prohibición de comunicarse con la víctima por cualquier medio durante el plazo de 7 años y 3 meses y se le impone la medida de libertad vigilada, por tiempo de cinco años y tres meses, posteriores al cumplimiento de la condena.
La sentencia, que puede ser recurrida en apelación ante la Sala Civil y Penal del TSJA, contempla una indemnización a la víctima en concepto de responsabilidad civil de 15.000 euros.
Para el Tribunal, el testimonio de la víctima ha sido "persistente" y descarta que haya denunciado al ahora condenado con ánimo de venganza. A esto se añade el testimonio de una amiga de la menor, testigo en ocasiones de la relación entre ambos, y el de una prima, a la que la víctima le contó lo que pasaba. La madre de la menor, por su parte, contó como su hija había sido buena estudiante hasta segundo de Bachillerato, cuando dio un "bajón" e incluso estuvo en tratamiento por depresión.
Además, relató un episodio en el que el sacerdote llegó a enfrentarse a ella por teléfono porque quería que su hija se viera con él. La madre también había llegado a alertar al colegio de la extraña relación de amistad entre ambos, si bien en el centro le quitaron importancia.
En cuanto al acusado, reconoció en el juicio que había mantenido relaciones sexuales con la víctima, pero solo desde que esta cumplió los 16 años; "posiblemente pensando que esto pudiera favorecerle penalmente", dice la sentencia.
También hace hincapié el fallo judicial en que este había dejado escrito en sus cartas, fechadas en julio de 2012, estas relaciones, con frases como: "desde febrero esto estaba herido de muerte. Y sin embargo me acosté contigo"; o "No hay historia de amor en el mundo más bonita que la nuestra".
"Superioridad manifiesta"
La sentencia habla de "superioridad manifiesta" por la diferencia de edad que media entre ambos (24 años), con la consiguiente desigualdad de madurez y bagaje vital de uno y otra; De la posición que cada uno ocupaba en el centro escolar donde se entabló y desarrolló esa relación; y de la temprana edad de la menor, 13 años, en la que comenzó a realizar actos de contenido sexual con ella.
De acuerdo al fallo judicial, el sacerdote y profesor, en el curso escolar 2006/2007, cuando contaba 36 años, conoció a la alumna de primero de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), de 12 años. Al inicio del curso 2007-2008, estando en segundo de la ESO, la niña empezó a frecuentar el espacio conocido como Llar, destinado por el colegio al uso creativo y educativo del tiempo libre, entablándose entre ambos una relación cordial.
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En aquella época la víctima, con 13 años, la menor atravesaba un momento difícil, pues estaba próximo el juicio de divorcio de sus padres y debía declarar. Aprovechando esas circunstancias, el procesado se convirtió en un adulto de referencia para ella, teniendo un trato agradable, mostrándose muy comprensivo y haciendo que se sintiera una persona muy especial.
A consecuencia de estos hechos, la víctima sufre un trastorno de tipo Ansioso-Depresivo, encontrándose en la actualidad a tratamiento. El 14 de marzo de 2019, estando destinado el acusado en Logroño, fue denunciado en comisaría por conductas inapropiadas con una alumna del Colegio Sagrado Corazón de la citada localidad.
Actualmente, tiene abierto un expediente de investigación previa en la Compañía de Jesús, en el que se han adoptado como medidas cautelares tales como: Desconectar su perfil de cualquiera de las posibles redes sociales en las que esté activo; o prohibición de mantener trato con menores directamente o por cualquier medio digital; y prohibición de ausentarse de la comunidad de Madrid-Cantoblanco sin permiso expreso del superior de la Comunidad. Con anterioridad a la celebración del juicio oral, el procesado consignó la cantidad de 3.000 euros para pago de la responsabilidad civil.