Hacienda obliga al emérito a pagar por las cacerías a las que fue invitado tras su abdicación
Juan Carlos I ha pagado la sanción que le estableció la Agencia Tributaria para cerrar de este modo la inspección que le fue abierta por el regalo de cacerías a las que fue invitado tras su abdicación, según ha publicado este martes el periódico El Mundo. El emérito ha llegado a un acuerdo con el Fisco, que consideró que debió declarar los desplazamientos en avión con los que le obsequiaron distintos empresarios.
Los técnicos avisan que Hacienda tiene la "obligación" de investigar al emérito desde 2018
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Esta sanción tiene su origen en junio, cuando El Mundo desveló que el departamento inspector de la Agencia Tributaria había abierto un procedimiento administrativo contra el monarca, que debía entonces acreditar a cuántas cacerías había acudido entre 2014 y 2018, y quién había abonado los gastos derivados de esos viajes, principalmente los vuelos.
El emérito admitió, a través de sus asesores jurídicos y fiscales, que no había pagado ningún desplazamiento durante un periodo de tiempo en el que ya no era inviolable, información a partir de la cual Hacienda ha elaborado la sanción, cuya suma no alcanza los 120.000 euros en ninguno de los ejercicios fiscales. Por el importe, de hecho, la sanción no llega a constituir ningún delito contra la Hacienda Pública.
El rey Juan Carlos ha cerrado de este modo el último fleco que le quedaba pendiente con Hacienda tras las regularizaciones voluntarias de algo más de 5 millones de euros con las que pretendió evitar ser acusado de varios delitos fiscales. La primera, de 678.393,72 euros, la realizó en diciembre de 2020 con miras a hacer frente a una posible acusación de delito fiscal por los fondos opacos recibido por el empresario Allen Sanginés-Krause. La segunda, en febrero de 2021, alcanzó el importe de 4,4 millones y se debió a rentas no declaradas durante varios ejercicios que superaban los ocho millones de euros.