La carrera por el 28M
Es más fácil ser presidente que presidenta: menos del 30% de las listas de PSOE, PP y Vox las lideran mujeres
¿La cúspide de la política es un terreno hostil para las mujeres? La historia y los datos demuestran que sí. En los casi cincuenta años de democracia, España no ha tenido ninguna presidenta del Gobierno que sea mujer. Existe un veto no escrito que ha funcionado para propiciar exclusión de las mujeres del principal puesto de poder en los partidos, el de líder. De los 27 cabezas de lista de los nueve partidos más votados en elecciones generales hasta 2018, sólo uno, Rosa Díez, fue una mujer, y de un partido minoritario, UPyD. Esto deja un balance completamente desigual: el 96% de los líderes políticos en procesos electorales han sido hombres.
La ley de Igualdad del 2007 únicamente establece una fórmula de equidad según la cual el número de hombres o mujeres candidatas no puede superar el 60%, ni ser inferior al 40%. Asimismo, la ley fija que los partidos han de contar con dos mujeres por cada tramo de cinco puestos, como mínimo. Pero la libertad de cada formación a la hora de escoger a sus números uno es absoluta. Ahora, con el feminismo en el epicentro del debate, algunas formaciones políticas han teñido sus discursos de morado. El pasado mes de marzo, el Consejo de Ministros dio luz verde al anteproyecto de Ley de representación paritaria de mujeres y hombres en órganos de decisión para conseguir la paridad tanto a nivel político como empresarial y judicial.
Pero pese a que cada vez hay más mujeres en política, el techo de cristal sigue vigente: participan pero no lideran. En esta legislatura ellas solo han encabezado el 22,2% de los ayuntamientos españoles, una cifra que no mejora en el caso de las autonomías. Actualmente solo cuatro mujeres están al frente de las 17 comunidades autónomas —y las ciudades de Ceuta y Melilla—: la presidenta de Navarra, María Chivite (PSOE), la presidenta balear, Francina Armengol (PSOE), la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso (PP), y la presidenta de La Rioja, Concha Andreu (PSOE).
Una fotografía que no cambia en exceso de cara a los comicios autonómicos del próximo 28 de mayo: en las listas del PSOE, el Partido Popular y Vox las mujeres no copan ni un 30% de los puestos de salida. De las 12 autonomías en las que hay elecciones, a las que se suman las ciudades de Ceuta y Melilla, solo hay cuatro mujeres como cabezas de lista por cada partido. Esta falta de presencia femenina contrasta con el caso de Unidas Podemos: ellas son mayoría y representan casi el 80% del total, liderando once de las catorce listas de mayo de 2023. Por lo que respecta a Ciudadanos, son listas paritarias: 7 mujeres por 7 hombres.
Ellos son más del 70% en el PSOE, PP y Vox
En el PSOE, los hombres representan más del 70% de los cabezas de lista. Lideran en la Comunitat Valenciana (Ximo Puig), Asturias (Adrián Barón), Aragón (Javier Lambán), Castilla-La Mancha (Emiliano García Page), Canarias (Ángel Victor Torres) y Extremadura (Guillermo Fernández Vara). Todos ellos han sido presidentes autonómicos esta legislatura. Además, también aspiran a presidir la Comunidad de Madrid (Juan Lobato), Cantabria (Pablo Zuloaga), Murcia (José Vélez) y Ceuta (Juan Gutiérrez).
En las listas del PP ellos también son los protagonistas. Son cabezas de lista en la Comunitat Valenciana (Carlos Mazón), Asturias (Diego Canga), Aragón (Jorge Azcón), Navarra (Javier García), Castilla-La Mancha (Paco Núñez), La Rioja (Gonzalo Capellán), Canarias (Manuel Domínguez), Murcia (Fernando López Miras), Ceuta (Juan Jesús Vivas) y Melilla (Juan José Imbroda).
La lista de Vox sigue el mismo patrón: Carlos Flores (Comunitat Valenciana), Alejandro Nolasco (Aragón), David Moreno (Castilla-La Mancha), Ángel Alda (La Rioja), Nicasio Galván (Canarias), José Ángel Antelo (Murcia), Ángel Pelayo Gordillo (Extremadura), Jorge Campos (Baleares), Juan Sergio Redondo en Ceuta y José Miguel Tosende en Melilla.
En Unidas Podemos hay tres hombres liderando la lista: Héctor Illueca (Comunitat Valenciana), José Luis García Gascón (Castilla La-Mancha) y Ramón Rodríguez (Ceuta).
Por último, en el caso de Ciudadanos, los hombres copan la mitad de la lista. Es el caso de Asturias, con Manuel Iñarra, de Aragón, con Carlos Ortas, de Navarra, con Carlos Pérez-Nievas, de Cantabria, con Félix Álvarez (Felisuco) de La Rioja, con Ángel Daniel Íñiguez, de Extremadura con Fernando Balselga y de Ceuta con Javier Varga.
Unidas Podemos arrasa con las candidatas: 11 de 14
Los socialistas solo tienen cuatro candidatas mujeres este 28M: en Navarra repite María Chivite, en La Rioja Concha Andreu y en Baleares Francina Armengol. Todas ellas han sido presidentas de sus respectivas autonomías esta legislatura. A ellas se les suma la candidata de Melilla, Gloria Rojas.
En el Partido Popular las cuatro candidatas son la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, la cabeza de lista en Extremadura, María Guardiola, la de Baleares, Marga Prohens, y la de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga.
Cuatro también es el número de candidatas que tiene la extrema derecha: Rocío Monasterio, que se volverá a presentar como cabeza de lista por la Comunidad de Madrid, Carolina López por Asturias, Maite Nosti en Navarra y Leticia Díaz en Cantabria.
En Unidas Podemos ellas son las que copan las cabezas de lista, con once candidatas de los catorce territorios en juego. Alejandra Jacinto es la candidata en la Comunidad de Madrid, Covadonga Tomé en Asturias, Maru Díaz en Aragón, Begoña Alfaro en Navarra, Mónica Rodero en Cantabria, Henar Moreno (IU) en La Rioja, Noemí Santana en Canarias, María Marin en Murcia, Irene de Miguel en Extremadura, Antonia Jover en Baleares y Gema Aguilar en Melilla.
En Ciudadanos las candidatas son Aruca Gómez en la Comunidad de Madrid, Mamen Peris en la Comunitat Valenciana, Carmen Picazo en Castilla-La Mancha, Isabel Bello en Canarias, María José Ros en Murcia, Patricia Guasp en Baleares y Rosa María Cuevas en Melilla.
La política local, el gran techo para las mujeres
Silvia Claveria, politóloga y profesora de la Universidad Carlos III de Madrid especializada en estudios de género, élites políticas y comportamiento electoral, señala que el “predominio masculino” en la cúspide de los partidos se da, sobre todo, a nivel municipal y autonómico. Claveria lo achaca a que las mujeres “no se ofertan tanto en política” porque no se remunera en los escalafones más bajos, lo que hace incompatible ese cargo con su propio trabajo y las labores de crianza de las que se ocupan las mujeres de forma mayoritaria. “A nivel nacional ocurre menos porque las mujeres tienen sus propios suelos y han superado esas barreras”, analiza.
La experta achaca esta infrarrepresentación femenina a las relaciones de “camaradería” que se dan, a menudo, entre los hombres. “Después de las reuniones formales, suele haber reuniones más informales en las que solo hay hombres. Hombres que son amigos entre sí. Esa relación de 'afectividad' implica que ellos tengan las puertas más abiertas a la hora de recomendar a gente para ciertos puestos”, explica Claveria.
Asimismo, la politóloga destaca que las cualidades positivas que se le achacan a los hombres en política difieren en el caso de las mujeres. “Si eres hombre y eres más agresivo o asertivo, eso te beneficia. Son cualidades del género masculino que se perciben como positivas para ser un líder, pero eso no ocurre con las mujeres”, reflexiona. “Cuando una mujer tiene esos mismos atributos, se la tilda de demasiado agresiva, creída o ambiciosa. Pero las mujeres tampoco pueden ser dubitativas porque eso es un síntoma de debilidad, tienen que hacer un equilibrio que no es nada fácil”, señala.
Los acantilados de cristal, la doble discriminación
Claveria también sostiene que las mujeres sufren una discriminación que va más allá del techo de cristal y que se conoce como el acantilado de cristal. Un fenómeno que sirve para explicar que cuando las mujeres llegan a puestos de responsabilidad lo hacen porque hay una situación política desfavorable. Es decir, solo llegan si el partido está en declive. “Esto le sucedió a Inés Arrimadas cuando llegó al liderazgo de Ciudadanos en 2020 y también le sucedió a Ione Belarra (Podemos) y Yolanda Díaz (Sumar) en menor medida”, expone. “Si alguno de los candidatos hombres no consigue revalidar la presidencia, es más fácil que le sustituya una mujer”, reflexiona.
Con todo, la experta pone en valor las medidas que sí implementan de manera habitual las formaciones de izquierdas como las listas cremallera, lo que deja un balance equilibrado en formaciones como Unidas Podemos o el PSOE. “En ese sentido pone en valor iniciativas que se están aplicando en algunos países para garantizar que si en una comunidad autónoma hay cuatro capitales de provincia, al menos dos de esas cabezas de lista sean mujeres. “Eso sería un complemento para un mundo local”, añade. Claveria cree que este es el principal ámbito de acción en el que los partidos tendrían que esforzarse por alcanzar la igualdad, ya que “en los pueblos prima mucho el componente personal” y las mujeres también puede verse sometidas “a la discriminación de los votantes”.