Irán muestra su apoyo a Hamás, pero niega ser el cerebro de los ataques a Israel
En el aparcamiento, vigilado como una fortaleza, de la gran cadena de televisión panárabe Al Madayeen, considerada por la mayoría de los libaneses como próxima a Hezbolá, Irán y Siria, hay una flecha señalando a Jerusalén. "Al-Quds [Jerusalén en árabe - nota del editor] a 237 kilómetros", reza el cartel bien visible.
Un recordatorio para todos los visitantes de lo deseada que es la reconquista de la Ciudad Santa para el canal árabe, con sede en el extrarradio sur de Beirut, donde el sábado los niños repartían golosinas en las calles para celebrar la ofensiva dirigida por Hamás en Israel.
Pero en sus boletines, Al Madayeen preocura exonerar a Teherán de toda implicación en el ataque palestino, contrariamente a lo que informaron el diario francófono L'Orient-Le jour desde Beirut y el Wall Street Journal desde Estados Unidos. “Nadie sabe cómo se decidió esa operación, pero no van a parar las especulaciones ", dice Imad Khayat, redactor jefe de Al Madayeen. “Son pocos los que lo saben y dudo que hayan encontrado un solo diario francófono para difundir una información tan importante.”
Para convencer a sus oyentes de que Irán no está detrás de la ofensiva de Hamás, Al Madayeen cita incluso al portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, quien afirmó el lunes que no existen "pruebas concretas" de una implicación iraní, pero sin mencionar que el funcionario americano había subrayado, no obstante, que la República Islámica "apoyaba desde hace tiempo a Hamás y a otras redes terroristas de la región" y que, por tanto, era "claramente cómplice".
Desmentidos continuos
Está claro que Irán no quiere ser visto como el instigador del ataque de Hamás. El régimen lo dejó claro desde el principio, pero discretamente, porque para él es importante dejar cierta ambigüedad: tiene que demostrar que sigue siendo el único defensor de la causa palestina.
Irán emitió primero sus desmentidos por boca de figuras secundarias. Citado por la web de noticias Anwaj, especializada en Irán y la Península Arábiga, una importante fuente de seguridad libanesa estrechamente vinculada a la fuerza Al-Quds, las fuerzas de intervención exterior y de inteligencia de los pasdaran (Guardias de la Revolución), negó el domingo cualquier implicación de la República Islámica en la preparación y ejecución de los atentados palestinos.
Luego lo confirmó el jefe de la misión iraní ante las Naciones Unidas, también citado por Anwaj. "Las decisiones tomadas por la resistencia palestina son claramente autónomas [...]. Seguimos apoyando firmemente a Palestina sin ninguna duda. Sin embargo, nosotros no hemos participado en la respuesta palestina [...]. Ellos [los israelíes] intentan justificar su fracaso atribuyéndolo a los servicios de inteligencia iraníes y a su planificación operativa".
El desmentido subió de tono el domingo cuando Ali Shamkhani, asesor de seguridad del Líder Supremo Ali Jamenei y ex jefe del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, afirmó que "la resistencia palestina era un movimiento independiente" y que su ofensiva "fue un buen ejemplo de autodefensa contra un régimen criminal".
Al final, fue el Guía Supremo quien habló en persona el martes. Lo hizo con gran firmeza, repitiendo tres veces durante una ceremonia en la academia militar Imam-Ali, en presencia de oficiales superiores, que Irán no era el instigador de la ofensiva del 7 de octubre y que se equivocaban quienes decían "que Irán estaba detrás de esta operación". “Por supuesto”, añadió, “defendemos a Palestina y su lucha, pero quienes dicen que la acción de los palestinos proviene de personas que no son palestinas no conocen a la nación palestina y la subestiman. Ahí radica su error y están calculando mal".
Un ministro iraní en las reuniones preparatorias
Lo cierto es que en las últimas semanas han circulado por Líbano rumores sobre reuniones secretas en Beirut entre responsables árabes e iraníes para preparar el atentado del sábado. En su edición del lunes, L'Orient-le Jour, con el titular "Cómo Hamás, Hezbolá e Irán planificaron meticulosamente la ofensiva contra Israel desde Beirut” y citando a responsables de Hezbolá, informaba incluso de que el general Ismaïl Qa'ani, comandante de la fuerza Al-Quds, y otros oficiales iraníes habían viajado a Beirut con este fin y mantenido varias conversaciones con responsables de Hezbolá, Hamás y la Yihad Islámica.
"Fue sobre todo en 2021, después de la Operación Espada de Jerusalén (también conocida como la Guerra de los 11 Días, en la que las diversas facciones armadas palestinas lucharon juntas y se coordinaron en lo que llamaron una "sala común" -nota del editor-), cuando Irán y sus aliados decidieron que las próximas batallas debían librarse dentro del territorio israelí", se leía en el periódico.
"La batalla del ‘diluvio de Al Aqsa’ fue preparada en una sala de operaciones militares conjuntas en Beirut entre Hezbolá, Hamás y los iraníes durante varios meses", sostiene L'Orient-Le Jour, citando otra fuente, y precisando que las reuniones se habían intensificado en las últimas semanas antes de que se llevara a cabo la acción.
Por su parte, en su edición del 9 de octubre, el Wall Street Journal informaba de que "agentes de seguridad iraníes" habrían incluso participado en la planificación del ataque y que, el 2 de octubre en Beirut, "dieron el visto bueno". Citando múltiples fuentes, especialmente en Europa y en el seno de Hamás y Hezbolá, el diario norteamericano añadía que representantes de Hamás, Hezbolá, la Yihad Islámica y la fuerza Al-Quds se habían reunido "al menos dos veces por semana desde agosto para preparar la ofensiva" y que el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Hossein Amir Abdollahian, "habría participado en al menos dos de estas reuniones".
Los expertos, escépticos
Pero algunos expertos de la región se muestran escépticos sobre la implicación de tales figuras en la planificación del ataque. "Esas personas son muy muy cuidadosas con las posibles filtraciones, incluidas las de la cúpula del poder. No van a arriesgarse a que se desvelen sus planes y la idea de que Amir Abdollahian haya participado en varias reuniones desafía a la lógica", afirmó uno de ellos, citado de nuevo por la web Anwaj.
Para un investigador británico de Middle East Tactical Studies, empresa especializada en inteligencia estratégica, es efectivamente improbable que los iraníes decidieran el momento del ataque. "Este tipo de operación requiere un secretismo absoluto. Sólo ha podido decidirse sobre el terreno, para limitar los riesgos, y el mismo día. Si la decisión hubiera partido de Teherán, habría tenido más probabilidades de ser interceptada por los servicios israelíes.”
Pero los reiterados desmentidos de Teherán sobre su implicación en el atentado del 7 de octubre plantean interrogantes, sobre todo si se tiene en cuenta que el régimen iraní desafía cada poco al Estado judío, que la cuestión palestina la lleva directamente el Guía Alí Jamenei y que la destrucción de la "entidad sionista" forma parte de la identidad del régimen.
La reacción de Hezbolá hasta la fecha ha sido muy limitada: tres cohetes lanzados contra las llamadas "granjas de Shebaa", en la frontera sirio-libanesa, un sector aún ocupado por el ejército israelí. "Una operación puramente simbólica, según el mismo investigador, ya que ese enclave está deshabitado.” ¿Será porque el derramamiento de sangre en Israel podría incitar a su ejército a entrar en guerra frontal con Irán, con el riesgo de provocar un enfrentamiento regional de consecuencias imprevisibles?
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Por el momento, el conflicto beneficia a Irán, primero por el aumento significativo del precio del barril de petróleo. En segundo lugar, porque la nueva guerra bloqueará sin duda el proceso de normalización iniciado entre Israel y algunos países árabes, en particular Arabia Saudí. También le permitirá demostrar, aunque haya negado su implicación con Hamás, que Irán sigue controlando militar y políticamente la región, sobre todo en la cuestión palestina, y que no se puede plantear ningún acuerdo de paz con Israel sin ella. Por último, Teherán ha obtenido una nueva carta de naturaleza en sus negociaciones con Occidente, en particular sobre la cuestión nuclear.
Lo cierto es que la causa palestina, tan defendida por el régimen, ha perdido gran parte de su credibilidad entre la población iraní. Según un vídeo que se ha hecho viral, durante un partido de fútbol el sábado, la multitud obligó a algunos seguidores a retirar la bandera palestina que ondeaban y les insultaron.
Traducción de Miguel López