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'Te estoy amando locamente' y otras revelaciones (con mucho futuro) que se la juegan el sábado en los Goya

Cartel promocional 'Te estoy amando locamente'.

Hace unos seis años Arantxa Echevarría, que hasta entonces se había conformado con dirigir cortos, hizo bastante ruido en la industria con Carmen y Lola. Su acercamiento a las familias gitanas del extrarradio madrileño se topó con grandes aplausos, así como con una agria polémica espoleada por Gitanas Feministas por la Diversidad. Esta asociación criticó el retrato, levantado supuestamente desde estereotipos machistas, que Echevarría había realizado del colectivo, acusándolo de superficial y dañino. Algo que no evitó que Carmen y Lola tuviera un sólido recorrido en los premios y que Echevarría se constituyera como una cineasta con plena libertad para acometer próximos proyectos, luego de haber ganado el Goya a Mejor dirección novel.

Desde entonces la directora bilbaína ha alternado el cine de vocación más comercial con la preocupación continuista por documentar las vivencias de comunidades marginadas. Así que ha dirigido una comedia de éxito como La familia perfecta número 1 en Netflix— y la inminente Políticamente incorrectosestreno este 23 de febrero—, desarrollando entre medias un proyecto a la estela de Carmen y Lola. Chinas no ha hecho tanto ruido como su debut con el largometraje, pero evidencia que Echevarria escuchó después de todo las críticas recibidas entonces, y de cara a estudiar la comunidad china del barrio de Usera (nuevamente en Madrid), quiso manejar un enfoque más transversal, en torno a tres generaciones con sus inquietudes específicas.

Manteniendo a Carolina Yuste de su lado —Goya a Mejor actriz de reparto por Carmen y Lola—, Echevarria ha entregado una película coral y conducida en su mayor parte por intérpretes no profesionales, cuyas vivencias se asemejen a lo narrado por Chinas. Esto último ha facilitado que el film replique lo ocurrido con Carmen y Lola y aglutine hasta tres intérpretes nominados a Mejor actuación revelación en los Goya. Tenemos a Julio Hu Chen como Mejor actor revelación —reconocido activista contra el racismo hacia la comunidad china— con Xinyi Ye y Yeju Yi compitiendo como Mejores actrices revelación. Confirmando, en definitiva, la importancia de estas categorías a la hora de dibujar futuros posibles para el cine español.

Diversidad a todos los niveles

En la categoría a Mejor actriz revelación que se resolverá este 10 de febrero es inevitable, aún así, reparar en una ausencia con respecto a Chinas. No está Daniela Shiman Yang pese a que su chispeante interpretación sea lo mejor del film de Echevarria. Tampoco está Ella Qiu. Y esto se debe a que los intérpretes menores de 16 años no pueden aspirar al Goya a Mejor actuación revelación, lo que desde otros ámbitos impide también que Lupe Mateo Barredo compita —habiendo definido por entero una de las películas más injustamente despreciadas este año por los Goya, El amor de Andrea de Manuel Martín Cuenca—, y que Sofía Otero haga lo propio por 20.000 especies de abejas tras haber ganado el Oso de Plata en el Festival de Berlín.

A cambio Clàudia Malagelada sí ha podido ser nominada al Goya a Mejor actriz revelación, teniendo la edad adecuada para competir y haber encarnado a la versión adolescente del personaje de Elena Martín durante los que bien pueden ser los tramos más impactantes de la formidable Creatura. Los Goya solo pueden celebrar hasta cierto punto las interpretaciones juveniles de cada cosecha de cine español, pero eso no llega a desbaratar la apuesta por la diversidad que se ha dejado entrever especialmente en el último año. Una diversidad que, como en el caso de Chinas, también puede extraerse de perfiles ajenos a la industria, concretada en interpretaciones instintivas que desdeñan la preparación oficial o el currículum para intensificar las virtudes de cada film.

Janet Novás no había aparecido en ninguna película antes. Se dedicaba a la danza contemporánea y a orquestar espectáculos vanguardistas de proyección internacional. Jaione Camborda, sin embargo, recurrió a esta artista de 42 años para ser el centro de uno de los films más celebrados del Novo Cinema Galego: aquél donde ya habían despuntado Oliver Laxe o Lois Patiño, y que se topó con un hito cuando O corno ganó la Concha de Oro en el último Festival de San Sebastián. El galardón no ha contribuido por lo demás a un gran seguimiento en las inmediaciones de los Goya —de hecho la nominación de Novás como Mejor actriz revelación es el único reconocimiento que le ha dado la Academia—, pero sí ha contribuido a visibilizar un trabajo al margen de los cauces habituales y un fenómeno que trasciende ese neorruralismo que tanto se celebra últimamente.

Las categorías-revelación han compatibilizado el cine de los márgenes con una mayor aceptación popular, confluyendo en la nominación de Brianeitor a Mejor actor revelación. A Brian Albacete Oliver le diagnosticaron atrofia muscular degenerativa con una dependencia del 87%, lo que no le impidió convertirse en una celebridad de los e-sports gracias a su dominio de Fall Guys y, posteriormente, afectar de cabo a rabo el planteamiento de Campeonex. El guion fue reescrito para incorporar a Brianeitor y la película de Javier Fesser —la más taquillera del cine español en 2023— fue acompañada por un documental, La vida de Brianeitor, dedicado a rastrear la biografía y las luchas de este intérprete central, que compite en una terna donde también se cuela la diversidad en cuanto a las nacionalidades o las orientaciones sexuales.

En el primer término tenemos al argentino Matías Recalt por La sociedad de la nieve, o a Sarah Becker por La contadora de películas (primera actriz chilena en optar al galardón). Y por último, en la categoría de Mejor actor revelación despuntan Omar Banana y La Dani. Omar viene de la cantera televisiva de los Javis, La Dani se había dado a conocer por una música urbana tan burlona como reivindicativa. Uno y otre aparecen en Te estoy amando locamente: una de las películas de la temporada aunque los Goya no hayan sabido recompensarlo del todo.

Cineastas del porvenir

Te estoy amando locamente ha sido un pequeño fenómeno de taquilla, manteniéndose en cartelera gracias al boca oreja y en contra de los habituales llantos conservadores por el cine subvencionado. Pese a esta acogida popular solo aspira a cuatro Goyas, incluyendo Mejor canción original para Yo solo quiero amor de Rigoberta Bandini y Mejor dirección novel para Alejandro Marín. Él viene de Maricón perdido, la serie de Bop Pop, y durante la promoción de este film centrado en los inicios del movimiento LGTBIQ+ en España ha hecho un gran hincapié en su condición de trabajo colectivo. Marín quiere quitarle importancia a la condición del director como autor o maestro de ceremonias, reduciéndolo a una parte de tantas en la labor cinematográfica.

Su actitud es sana y encomiable, y prefiere hacerse un lado frente a prioridades de cariz político. Te estoy amando locamente quiere ser un film reivindicativo, que transmita denuncia y movilización, como ocurre hasta cierto punto con otros trabajos festejados en la categoría de Mejor dirección novel. Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vásquez son venezolanos y Upon Entry. La llegada es su primer largometraje, que se han encargado de dirigir y escribir —también aspiran al Goya a Mejor guion original, de hecho— en deferencia a una preocupación común por el deshumanizante control de aduanas de Estados Unidos. Alberto Ammann y Bruna Cusí forman la pareja que ha de hacer frente al racismo y la suspicacia institucional, en un film de notable tensión que viene de tener un desempeño sorprendente en los premios nacionales y extranjeros.

“Usad mi cuerpo”, dormir entre cadáveres, pis negro... ¿por qué nos obsesiona (tanto) ‘La sociedad de la nieve'?

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Upon Entry logró la nominación principal de Mejor película en los Forqué y los Feroz y se ha hecho un hueco en los Independent Spirit Awards estadounidenses: el 25 de febrero sabremos qué rendimiento le saca a sus nominaciones a Mejor debut, guion novel y montaje. El trabajo de Rojas y Vásquez acaso sea el más unánimemente alabado junto a 20.000 especies de abejas, que tiene el triunfo prácticamente asegurado en la categoría de Mejor dirección novel para Estibaliz Urresola. El film suma 15 nominaciones al Goya incluyendo Mejor película. Es el principal favorito, así que es de agradecer que su compromiso político sea tan firme como el de Te estoy amando locamente, Upon Entry o Matria. Álvaro Gago también aspira al Goya-revelación por este film, que a su vez podría obtener la distinción a Mejor actriz para María Vázquez.

Matria se centra en la vida precaria de Ramona, intrépida mujer cuarentona que encadena abusos laborales y machistas en la costa gallega. El acercamiento de Gago —ensayado en un corto previo del mismo título— se nutre de una amplia tradición de cine social, representada por los planos-nuca de los hermanos Dardenne, y en definitiva está a las antípodas del film que completa la terna de Mejor dirección novel. La genealogía de Las chicas están bien, debut a la dirección de Itsaso Arana, comparte fetiches con el cine de Jonás Trueba donde la propia Arana se ha curtido como actriz, exaltando la herencia de Éric Rohmer y un naturalismo tan vivaz como dialogante.

Porque la película de Arana, de categórico vigor visual e interpretativo, no elude las intersecciones entre realidad y ficción, y juega a homenajear el oficio de las actrices mientras difumina fronteras y se proyecta a lugares ignotos para nuestra cinematografía. Demostrando alegremente que, si las chicas están bien, desde luego el futuro del cine español se presenta ídem.

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