¿Qué pasará fuera de EEUU si Trump regresa a la Casa Blanca? Nada bueno para Bruselas, la OTAN y Zelenski

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Los últimos sondeos publicados por The New York Times en abril sitúan como favorito a Donald Trump para vencer, por un estrecho margen, a Joe Biden en las próximas elecciones presidenciales. En el caso hipotético de que el magnate se hiciese de nuevo con la Casa Blanca, cabría esperar cambios que afectasen a todo Occidente, especialmente en la guerra de Ucrania, la OTAN y en la Unión Europea. 

En el terreno de la invasión rusa de Ucrania, EEUU estuvo apoyando a Zelensky casi desde que comenzó el conflicto. Sin embargo, recientemente se pudo observar cómo el Partido Republicano bloqueó un paquete de ayudas dirigido a Ucrania que, tras duras negociaciones, acabaría aceptando. Estas reticencias cada vez más fuertes estarían alineadas con la política de una hipotética nueva Administración dirigida por Trump. Según expertos como Jürgen Haberleithner, doctor en Ciencia Política y docente de política exterior de Estados Unidos en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, Trump ya no favorecería tanto a Ucrania. “Podemos estar más o menos seguros de que ya no va a meter tanto dinero en el armamento”, pero aún así buscaría alguna forma de que se produjese alguna desescalada, ya que no hay que olvidar que “el verdadero rival de EEUU no es Rusia, sino China”. 

Algunos medios estadounidenses como The Washington Post han sacado informaciones de fuentes cercanas a Trump que confirman que el expresidente tendría un plan para acabar con la guerra de Ucrania en “24 horas”. Este plan pasaría por que Zelenski permita a Rusia quedarse con Crimea, Donetsk y quizá otro territorio, al tiempo que la OTAN se compromete a bloquear una posible entrada de Ucrania. 

Este plan formaría más bien “parte de su retórica, de su forma de hablar…" pero alguna acción sí que tomaría, explica Carlota García Encina, investigadora principal de Estados Unidos en el Instituto Elcano. “A Donald Trump una guerra fuera de su país es algo que no le interesa nunca, ni quiere hacer. Coincide con lo que hizo en la primera Administración: no estar metido en ninguna contienda”. Además, “no es la única persona del mundo que piensa que quizá los ucranianos deberían de sentarse a negociar”, explica la experta. 

Vicente Palacio, director de política exterior de la Fundación Alternativas, concluye que hay muchas probabilidades de que Trump hiciese las gestiones necesarias para “ordenar la retirada del apoyo incondicional a Ucrania, tal y como lleva anunciando repetidamente durante estos meses”. El experto considera que Trump "intentaría aparecer como el pacificador, el que pone final a una guerra a partir de unas premisas que son la aceptación de una ocupación de un territorio y unas nuevas bases negociadoras". En este sentido su vuelta "supondría un auténtico terremoto para el orden internacional y un giro muy importante".

Sobre la OTAN, García Encina considera que donde más daño podría hacer es en la “credibilidad de la institución”, debido a que podría “reducir el dinero que envía a la organización, no comprometerse…”, algo que, al venir del país con más peso de la institución, podría mermar bastante la imagen internacional. 

Haberleithner destaca la idea de que EEUU ya no quiere tener esa función de Estado protector de los países miembros de la OTAN, “ya no quiere ser el único líder en esta alianza”. Una dirección que ya no vendría exclusivamente de Trump, sino que sería “una tendencia desde todos los bandos políticos en Estados Unidos”.

Alguno países miembros de la OTAN, quizás adelantándose a los acontecimientos, dejan entrever la posibilidad de aumentar el presupuesto en el gasto en defensa o incluso recuperar el servicio militar obligatorio. Algo que podría producirse no solo a raíz de la guerra de Ucrania sino también por las últimas declaraciones de Trump, en las que aseguró que dejaría que Rusia atacase a los países que no gasten un 2% de su PIB en defensa.

Palacio considera que “hay que tomar con distancia estas amenazas” de no cumplir con sus compromisos. La OTAN “no deja de ser un esquema de dependencia tecnológica de Europa en relación a EEUU y es algo que incluso a Trump y al país en su conjunto le sigue interesando”, explica. “Necesita a los aliados si no quiere verse arrastrado o involucrado por crisis u otras guerras”, afirma García Encina. Es por eso que a pesar del golpe de credibilidad que pueda sufrir la OTAN con la vuelta de Trump, en ningún caso la experta considera que vaya a pasar nada dramático. 

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Un regreso del magnate también podría traer cambios en las relaciones de EEUU con la Unión Europea. De entrada, hay que recordar que Trump es un destacado bilateralista, no multilateralista. Con lo cual, un sistema como el de la UE con tantos países y líderes dentro y sin un único interlocutor al que dirigirse, ya podría causar algún encontronazo. La llegada de Trump podría causar además un elemento divisivo, “ya que dividiría a aquellos gobiernos más cercanos a Trump y los que no”, explica Palacio. El experto explica que las relaciones se podrían deteriorar porque “su visión del mundo y de la arquitectura internacional es muy diferente a la de Europa, nosotros tenemos una visión multilateral”, derivada del elevado número de países de la UE que toman decisiones de manera conjunta.

En el ámbito europeo podría haber muchas diferencias en lo que a política exterior se refiere. Por ejemplo, en el conflicto palestino-israelí, “EEUU hace una defensa incondicional de Israel” o en el ya citada guerra de Ucrania, donde Europa sí apuesta por una ayuda decidida a los ucranianos. Además, según Palacio, “sería más duro todavía con China”.

Sobre este asunto, Jürgen Haberleithner considera que la UE podría contemplar en el mediano o corto plazo “una política exterior más independiente de Estados Unidos". Eso es lo que Trump provocaría a su juicio, "que la Unión Europea distinga bien entre sus intereses y los de EEUU, que no son los mismos". Sobre las relaciones de Washington con Israel, especialmente en lo relacionado con la invasión de la Franja de Gaza desde los ataques terroristas de Hamás, no habría un cambio sustancial. EEUU ha sido desde siempre uno de los grandes aliados –casi de forma incondicional– de Tel Aviv gobierne quien gobierne, y lo seguirá siendo. 

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