Economía
Las familias llenan la hucha del ahorro con la pandemia en el retrovisor y la vista puesta en la vivienda
Los hogares españoles incrementaron el ahorro en el segundo trimestre del año, hasta colocar su tasa en el 21,2% de la renta disponible bruta. Ello supone 1,6 puntos porcentuales más que el 19,6% que se registró en el mismo periodo de 2023, de acuerdo a los datos hechos públicos este lunes 30 de septiembre por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Las familias gastaron menos de lo que ingresaron y su renta disponible aumentó un 8,7% interanual, hasta los 278.195 millones de euros, mientras que lo dedicado al consumo subió en su caso un 6,7%, traduciéndose en 219.807 millones. Como consecuencia de todo ello, los hogares ahorraron en el segundo trimestre 59.031 millones de euros, cuantía un 17,6% superior a la del mismo trimestre del pasado ejercicio.
Si se eliminan los efectos estacionales y de calendario, la tasa de ahorro de los núcleos familiares llegó en el segundo trimestre al 13,1% de su renta disponible, tasa un punto inferior a la del trimestre anterior. Al poder financiar con sus propios recursos la inversión que realizaron, esas familias mostraron una capacidad de financiación de 41.212 millones de euros, frente a los 34.265 estimados para la misma etapa de 2023, lo que significa un repunte del 20,3% en valores relativos.
“Los hogares ahorran mucho más que antes de la pandemia y ello se debe a un combinado de ingredientes, entre los que sin duda habría que incluir la existencia de una desconfianza en la economía, que se arrastra desde incluso antes de esa crisis sanitaria”, afirman fuentes del ámbito financiero, que califican además de “buena noticia” el que se hayan podido guardar fondos incluso “con la subida de precios que ha afectado a la alimentación”.
Pero la economía española va bien, crece por encima de la media europea y las previsiones son optimistas. ¿A qué se debe entonces ese temor? Rafael Pampillón, catedrático de Economía de la Universidad CEU San Pablo, lo explica: “Una cosa es la macroeconomía y otra lo que vemos todos los días en el telediario sobre el precio de la vivienda, por ejemplo, que es el gasto más importante de las familias, y sobre las subidas del alquiler”. Es de quienes piensan que “la incertidumbre” marca el ahorro. “La gente está atesorando para un futuro que va a ser más costoso y la única manera de hacerlo es ahorrar”, señala. Como también influye en estos momentos en la contención del gasto “la perspectiva de comprar una vivienda, ya que se han encarecido mucho”, incide.
Y hay otro par de motivos, a su juicio, por los que no se ha cejado en el gesto de guardar dinero en el segundo trimestre del año: “Los tipos de interés estaban muy altos, por lo que muchos ahorran en deuda pública y en bonos corporativos para tener una rentabilidad mayor cuando bajen, como ya están haciendo”, argumenta, para finalizar con un tercer punto: quienes están amasando dinero "para complementar las pensiones" cuando les llegue la edad de jubilación.
Por su parte, Mónica Mellet, profesora de Economía Financiera de la Universidad Complutense de Madrid, aporta que “el ahorro está siendo sobre todo de rentas altas", junto a que "los salarios han crecido algo y la inflación se está moderando”. Sostiene que, “con la crisis de 2008 se vivió una situación difícil y los hábitos de consumo y ahorro cambiaron a partir de ahí”. “Las familias -enlaza- tratan de tener siempre algún remanente, por si viene alguna coyuntura peor. Algunos medios vaticinan que va a haber una hecatombe en algún momento, eso condiciona", asimismo, "y la banca ha reducido bastante los créditos al consumo y los hipotecarios”, condensa.
Otras fuentes hacen notar que las cifras actualizadas se refieren al ahorro del global de los hogares y “hay más con miembros trabajando, dado el buen comportamiento del mercado laboral, lo que influye positivamente”, aseveran, para poner igualmente la lupa en "lo que está pasando con la vivienda". "Es muy difícil comprarse una y la hucha es un buen comienzo", lanzan.
Varios segmentos de la población implicados
Javier Ferri, catedrático de Economía de la Universidad de Valencia e investigador de Fedea, abre el abanico de factores a los que achacar el ahorro disparado. Arranca por el envejecimiento: "Los mayores tienen una tasa de ahorro más alta que los jóvenes y que los que tienen una edad media y esto se liga, a su vez, al hecho de que si ha habido una renta que ha sufrido poco las fluctuaciones de los ciclos son las pensiones porque están indexadas para mantener su poder adquisitivo y han padecido poco los vaivenes de las últimas crisis".
En segundo lugar resalta el flujo de migrantes que, "tradicionalmente, tienden a ahorrar más que las personas nacidas en España, en parte porque usan su estatus para enviar remesas a sus países de origen". "El hecho de que la población activa este aumentando sobre todo por la entrada de inmigrantes, hace que la tasa de ahorro tienda a elevarse", sintetiza.
Luego, Ferri alude a un componente vinculado "con el aprendizaje". Lo desarrolla: "Como España sufrió tanto la gran recesión, se ha quedado en la mente colectiva que esos episodios donde la demanda interna se dispara, el consumo es elevadísimo y los hogares se endeudan, tienen a generar burbujas que se pinchan y esto genera mucho sufrimiento".
Y del lado de los jóvenes, atribuye la tendencia a ahorrar entre ese colectivo a "las dificultades que tienen de acceso a la vivienda, tanto en propiedad como alquilada. Muchos de ellos viven aún con los padres y, como no pueden comprar una casa, no se endeudan y ahorran", dice. Por último, el catedrático expone que "las decisiones de ahorro no dependen sólo de lo que los hogares vean a su alrededor y aunque sea una época de expansión, la economía española tiene problemas estructurales de largo plazo". "La tasa de ahorro y el consumo, que es la otra cara de la moneda –une–, es muy reactiva al ahora, pero también a lo que pensamos que va a ocurrir en el futuro. Sabemos que estamos creciendo, pero la economía tiene déficits estructurales relacionadas con la productividad, el capital humano, la organización empresarial…", desliza.
Ahonda en esa idea: "España está en expansión, va mejor que otros países, hay verdor en la economía española, pero si se amplía el zoom, vemos que el alrededor es desierto. El largo plazo puede que no sea tan halagüeño, y eso afecta al ahorro porque sirve como un seguro frente a contingencias futuras. La gente no se fía", cierra.
¿Acabará en más inversión o resintiendo el consumo?
En ese dibujo de situación, cabe preguntarse cómo puede repercutir en la evolución de la economía estatal el que las familias se hayan abonado a contar con un colchón. Pampillón opina que esto “puede influir positivamente en la inversión porque hay más financiación de los bancos a los empresarios, es decir, el ahorro bancario va más hacia los créditos a las empresas y puede crecer el crédito hipotecario”, pero, “a la vez, ese mayor ahorro lleva a un menor consumo y éste puede quedar tocado”, avisa. O expresado de otra forma: “Si el ahorro se dirige a la inversión, fenomenal, porque ayudará a financiar la economía y la inversión. Pero lo que le queda a las familias después de pagar los impuestos es la renta disponible y eso, o se consume o se ahorra, por lo que el primero se puede resentir”, advierte.
Mellet augura que “la economía va a crecer en torno al 3%" en 2024, "por encima de lo previsto a comienzos de año", y considera que "el ahorro no afectará, si se transforma en inversión”. Engarza: “El consumo no va mal, pero la clave será que el ahorro contribuya a incrementar la inversión, porque posibilitará mejorar la productividad y el tejido empresarial e industrial y permitirá crecimientos de cara al futuro", finaliza. Pase lo que pase en ese sentido, los españoles parecen haber optado por no deshacerse de un dinero que pueda ser la diferencia entre la tierra firme económica y el abismo.