Un eclipse solar total se produjo ayer lunes cuando la Luna pasó entre la Tierra y el Sol, bloqueando completamente su brillante disco. Este fenómeno se pudo observar en Norteamérica y la NASA lo llegó a transmitir por sus diversas redes, incluido su canal en español a partir de las 13.30 h (hora costa este de EE UU, 19:30 en la Península).
Las personas que se encontraban en la denominada trayectoria o franja de la totalidad observaron que el cielo se oscurecía, como si fuera el amanecer o el anochecer. Las condiciones meteorológicas también permitieron ver la corona del Sol, su atmósfera exterior, que suele estar oscurecida por la cara luminosa de nuestra estrella.
¿Dónde será visible?
El eclipse solar total comenzó a verse sobre el sur del océano Pacífico. El primer lugar en Norteamérica continental que experimentó la etapa de totalidad del eclipse solar fue la localidad de Mazatlán, en el estado de Sinaloa, en México, cerca de las 11:07 a.m. hora local. La trayectoria despues atravesó los estados de Durango y Coahuila, tal y como estaba previsto.
Después ingresó en Estados Unidos por Texas y pasó por Oklahoma, Arkansas, Missouri, Illinois, Kentucky, Indiana, Ohio, Pensilvania, Nueva York, Vermont, New Hampshire y Maine.
El eclipse entró finalmente en Canadá en el sur de Ontario y continuo a través de Quebec, Nuevo Brunswick, la isla del Príncipe Eduardo y Cabo Bretón. Por último, el fenómeno prosiguió hasta llegar a la costa atlántica de Terranova, Canadá, a las 15:26 p.m. hora local.
Además de estas zonas, también se pudo vislumbrar levemente desde algunas zonas de nuestro país. Las más afortunadas han sido las islas occidentales de Canarias:El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife y Gran Canaria, mientras que en la región gallega, a pesar de lo que decían las estimaciones, en A Coruña las nubes han complicado la visibilidad de este fenómeno. Y es que a pesar de que la jornada mejoró con respecto a la mañana, cuando hubo fuertes lluvias, ya por la tarde salió el sol pero no fue suficiente.
Observación segura del eclipse
Nunca hay que mirar al Sol directamente sin una protección ocular especializada, excepto durante la breve fase total del eclipse cuando la Luna bloquea completamente a nuestra estrella.
La observación de cualquier parte del Sol a través de la lente de una cámara, de binoculares o de un telescopio sin utilizar un filtro solar especial para ese propósito (sujeto de forma segura sobre la parte frontal del dispositivo óptico), causará lesiones oculares graves de forma instantánea.
Es por tanto fundamental que para la observación de este fenómeno se usen, como se ha podido observar, anteojos o gafas de eclipse (no las de sol comunes) o bien visores solares de mano certificados.
El eclipse parcial
Existen varias fases distintas que los observadores pudieron ver. A medida que la Luna atravesó el espacio entre el Sol y la Tierra, al principio no cubrió al Sol por completo. Es como se produjo esa forma de media luna de nuestra estrella.
En la mayoría de los lugares, la fase de eclipse parcial tuvieron una duración entre 70 y 80 minutos. Al momento en que la Luna “toca” el Sol por primera vez se le denomina primer contacto.
Las franjas de sombra
Durante el fenómeno, unas franjas largas y oscuras llamadas 'de sombra' se pudieron llegar a ver, moviéndose rápidamente y separadas por espacios blanquecinos a los lados de los edificios o en el suelo, justo antes y después de la totalidad, a pesar de ser muy tenues y difíciles tanto de fotografiar como de discernir a simple vista.
Se deben a que la atmósfera superior de la Tierra contiene masas de aire turbulentas que distorsionan la luz de los bordes definidos de la superficie solar, de la misma manera que distorsionan la luz de las estrellas y hacen que titilen.
Las perlas de Baily
A medida que la Luna continuó pasando delante del Sol, varios puntos de luz brillaron alrededor de los bordes de la Luna. Conocidos como las perlas de Baily, o glóbulos de Baily, estos son rayos de luz del Sol que irradian a través de los valles a lo largo del horizonte de la Luna.
Las perlas de Baily tienen una vida muy corta y pueden no durar lo suficiente como para ser perceptibles para todos los observadores del eclipse solar total.
El anillo de diamantes
Las perlas de Baily comenzaron a desaparecer hasta que finalmente trajeron consigo un único punto brillante a lo largo del borde de la sombra de la Luna. Este punto encuentra similitud al diamante de un anillo gigante, formado por el resto de la atmósfera del Sol. Sinónimo de que se estaba a punto de llegar el momento cumbre.
La esperada totalidad
Una vez que el anillo de diamantes desapareció y ya no había luz solar directa, fue el único momento en el que los observadores se pudieron quitar sus gafas o anteojos especiales y mirar el impresionante suceso de forma segura a simple vista. La imagen fue inolvidable.
Este momento también se llama segundo contacto. Durante la totalidad, los espectadores pudieron detectar la cromosfera (una región de la atmósfera solar que se ve como un delgado círculo de color rosa alrededor de la Luna puesta delante) y la corona (la atmósfera exterior del Sol, que se ve como rayos de luz blanca).
Mientras nos encontramos en la totalidad, se recomienda tomar unos segundos para observar el entorno. Aunque no se produjo esta vez, si que existe la posibilidad de visibilizar una puesta de sol de 360 grados, e incluso algunas estrellas o planetas brillantes en el cielo oscurecido.
Durante la totalidad, que duró tan solo unos minutos, la temperatura del aire bajó y, por lo general, un silencio fantasmagórico se hizo sentir alrededor
Durante la totalidad, que duró tan solo unos minutos, la temperatura del aire bajó y, por lo general, un silencio fantasmagórico se hizo sentir alrededor. La profunda reacción emotiva cuando el Sol entró en la totalidad se hizo notar, como por ejemplo en Torreón (Coahuila), donde previos minutos antes de comenzar el evento la gente alborotaba el ambiente de ilusión con gritos de "¡Viva México!". Después del inicio, de nuevo el silencio de la admiración se convirtió en el protagonista.
En cualquier caso, siempre hay que mantenerse atentos para proteger los ojos y volverse a poner los anteojos para eclipses antes de que termine la totalidad, que puede durar solo uno o dos minutos en algunos lugares.
Reaparece el brillo
A medida que la Luna continuó pasando a través de la cara del Sol, se comenzó a ver un brillo en el lado opuesto de donde brillaba el anillo de diamantes al principio. Esta es la atmósfera inferior del Sol, que empezó a asomarse por detrás de la Luna: la señal para dejar de mirar directamente al eclipse y verlo con protección. El primer destello de luz solar alrededor de los bordes de la Luna se llama tercer contacto.
Anillo de diamantes, perlas de Baily y franjas de sombra... otra vez
Las últimas etapas del eclipse fueron un reflejo de las del comienzo: se volvió a ver el anillo de diamantes, las perlas de Baily y las franjas de sombra antes de que todo el Sol se hiciera visible. El cuarto contacto es el momento en que ya no queda nada de nuestra estrella cubierta por la sombra de la Luna. Fue entonces cuando el eclipse se dio por terminado.
Ciencia ciudadana y profesional
Más de 30 millones de habitantes viven a lo largo de la trayectoria de este eclipse solar total de 2024, y cientos de millones más lo verán de forma parcial. Para que se vuelva a ver algo parecido en estas zonas tendrán que pasar más de 20 años. El próximo eclipse total de sol que atravesará Norteamérica tendrá lugar el 23 de agosto de 2044, mientras que en México será el sábado 30 de marzo de 2052, según informa la NASA.
Entre la multitud de espectadores, este 8 de abril miles de científicos ciudadanos aficionados también aprovecharon para medir la temperatura del aire y tomar fotografías de las nubes. La información que se obtenga servirá de ayuda a los investigadores que estudian cómo el Sol influye en el clima en distintos ambientes.
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Entre los participantes de esta iniciativa de ciencia ciudadana figuran estudiantes de diversos centros educativos de EE UU. Los datos que recojan los subirán con el móvil o celular a la aplicación GLOBE Eclipse en el marco del programa de Observaciones y Aprendizajes Globales en Beneficio del Ambiente de la NASA.
Además, desde el aire, a más de 15 kilómetros de altura, los científicos también estudiaron el eclipse solar total a bordo de aviones jet WB-57 de la agencia espacial estadounidense. Dos equipos tomaron imágenes de la corona solar y un tercero midió la ionosfera, la capa superior de la atmósfera de la Tierra que posee carga eléctrica.
En su totalidad, esta información ayudará a la comunidad científica a comprender mejor la estructura y la temperatura de la propia corona, los efectos del Sol en la atmósfera de la Tierra e incluso en la búsqueda de asteroides que pudieran orbitar cerca de nuestra estrella.
Un eclipse solar total se produjo ayer lunes cuando la Luna pasó entre la Tierra y el Sol, bloqueando completamente su brillante disco. Este fenómeno se pudo observar en Norteamérica y la NASA lo llegó a transmitir por sus diversas redes, incluido su canal en español a partir de las 13.30 h (hora costa este de EE UU, 19:30 en la Península).