Un viaje a la Antártida para luchar contra el cambio climático y fomentar el liderazgo femenino en ciencia

Imaginen viajar hasta la Antártida y poder ver en primera persona los efectos del cambio climático. Olas de calor. Deshielo. El cambio de un paisaje helado a un paisaje lleno de zonas verdes, repletas de vegetación. Un viaje y una investigación apasionantes que hasta ahora han tenido, fundamentalmente, nombre masculino.

Caroline Milkessen fue una de las primera mujeres que pisó el territorio congelado de la Antártida. Ocurrió hace 90 años. Por suerte, en 2025, a ese nombre se ha unido el de otras muchas expertas. Entre ellas, ocho españolas que este año, gracias a la iniciativa Homeward Bound han viajado hasta el fin del mundo con una doble misión: combatir el cambio climático, pero también la brecha de género en la ciencia. Esa que a día de hoy todavía persiste: sólo el 5% de las mujeres en España se dedican a profesiones científicas. Sobre la falta de referentes femeninos en el mundo científico y lo que se puede hacer para ponerle freno a la emergencia climática se ha debatido en el foro Liderazgo femenino en el fin del mundo: Viaje a la Antártida con Homeward Bound, organizado este viernes por infoLibre en colaboración con Acciona que ha contado con la participación de las expertas Edith Guedella,  María Fajado y Marta Crespo y ha sido moderado por la subdirectora del periódico, Marta Jaenes.

Según el informe Brecha Global de Género 2024 del Foro Económico Mundial se tardará 134 años en alcanzar la paridad. Son datos desalentadores que iniciativas como la impulsada por Acciona pretenden combatir. A través de una red internacional de miles de mujeres que trabajan en diferentes áreas STEMM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas y medicina) se busca dar visibilidad al liderazgo femenino potenciando que las mujeres sean líderes cuya voz sea determinante para la solución de desafíos como la transición energética justa o la emergencia climática. Eso a la vez que crean potentes y poderosas alianzas femeninas. 

El broche final a su formación es una expedición a la Antártida en la que, en esta edición, participaron 124 mujeres de 22 países. El mejor termómetro para saber cómo está afectando el cambio climático a la Tierra. Pero, ¿cómo llegaron las tres invitadas hasta allí?

Guedella, bióloga ambiental y responsable de sostenibilidad en Acciona, cuenta que se sumó a la iniciativa para cumplir un sueño: el de viajar a la Antártida. La expedición es el último escalón, pero durante el año previo han requerido de una formación donde se fomenta "transformar, que te conozcas a ti misma para que puedas estudiar los diferentes tipos de liderazgo. Saber dónde te quieres posicionar o cómo generar un impacto común".

María Fajado, ingeniera de caminos en Acciona, ha explicado cómo era el día a día de las mujeres en el barco: "Había toque de campana todos los días, a las siete de la mañana nos despertábamos y nos explicaban que parte meteorológico tendríamos ese día. Después hacíamos dos o tres horas de programa de liderazgo". Un viaje inolvidable, pero con condiciones duras para las participantes: "Cada vez que entrábamos o salíamos del barco nos desinfectaban con mangueras. Y más de una sufrimos mareos por el vaivén de las enormes olas que había en algunos tramos de la travesía".

Marta Crespo, ingeniera y responsable de tecnología fotovoltaica en Acciona Energía, ha incidido en lo interesante de ver "cómo personas de diferentes nacionalidades, culturas o idiomas nos poníamos de acuerdo en un mismo sitio y con un fin común, que era el de trabajar juntas y ver cómo nuestro trabajo podía generar mayor impacto".

Tres semanas, 24 horas al día viviendo una experiencia juntas. La pregunta resulta casi obligatoria: ¿Qué han aprendido en este viaje? Guedella, insistía: "algo así no te deja indiferente. Es un punto de inflexión en tu vida". "Vuelvo con la reflexión de quererme un poco más y de confiar más en mí misma para impulsar el cambio, y eso ha sido gracias a las mujeres inspiradoras que estaban allí y a esa conexión con la naturaleza", añade.

En la misma línea se mostraba Fajardo. Para ella este viaje ha servido para realizar "una retrospección para conocerse a una misma". Por otro lado, Crespo destacaba que tuvieron "un trabajo muy fuerte de autoconocimiento" y remataba asegurando que el proyecto "viene muy bien para pararse y decir "¿a dónde quiero llegar? ".

Durante el viaje, las expertas no solo han podido ver los efectos del cambio climático en la Antártida, también han elaborado proyectos para reducir el impacto del calentamiento global, como el que lidera Edith Guedella sobre descarbonización intersectorial. También, han relatado, están trabajando en un artículo divulgativo para que todo el mundo sepa como les ha cambiado la Antártida. Homeward Bound es "la semilla" donde esos proyectos "empieza a crecer" y luego tienen que "seguir desarrollándose", concluía la ingeniera ambiental.

Volvieron hace tan sólo unas semanas, pero las tres han coincidido en que sienten cierta "angustia" por sacar adelante cuanto antes estos proyectos. "Estamos hablando de proyectos muy complejos que implican una interacción muy complicada", explicaba Guedella. En esta línea, Marta Jaenes hizo una reflexión sobre si esa "impaciencia que tenemos las mujeres viene por la discriminación histórica que hemos sufrido", a lo que Fajardo respondía que "somos autoexigentes, necesitamos relajarnos".

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¿Qué sintieron al estar en una de las zonas del planeta donde más se notan los efectos del cambio climático? Fajardo ha explicado que uno de los consejos que les dieron al empezar la aventura fue no sentirse mal por contribuir con su visita a ese calentamiento global. Desde ese momento, le explicaron, eran "embajadoras de la Antártida" con la "función de divulgar y transmitir el testimonio" de cómo está ese lugar del planeta. "Me sentía muy pequeña", replicaba Marta Crespo que ha explicado que cuesta digerir que estás en un sitio enorme y te sientes incapaz de luchar contra los efectos de la emergencia climática.

Ocho ediciones de este programa de liderazgo femenino. Las ocho con el broche final de la expedición en la Antártida. En total, 775 mujeres de 69 países. Pero 2025 llega con novedades: un cambio de destino, el Parque Nacional del Serengueti, en Tanzania.  Un ecosistema de gran valor ecológico con retos muy importantes: a nivel climático, de igualdad y de justicia social. "África es un destino relevante donde poder incidir en la reducción de las desigualdades", ha concluido Edith Guedella. "Cuánta más gente forme parte de esa red, más impacto global podemos hacer", añadía Marta Crespo.

Una iniciativa de liderazgo femenino que puede ser el espejo en el que se miren las futuras generaciones de niñas y adolescentes, a las que la falta de referentes puede apartar del camino científico. "Este programa les lanza el mensaje de que hay mujeres científicas que son brillantes", decía Guedella. "Muchísimas compañeras de clase de mis hijos les han preguntado por qué ha viajado su madre a la Antártida". "Las niñas no se desenganchan de la ciencia por un problema de capacidades, es por la falta de referentes. Yo tengo dos hijas y quiero transmitirles que pueden hacer todo lo que se proponga". Su ejemplo es sin duda la garantía de que el futuro de la ciencia está garantizado.

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