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Elecciones europeas, el secreto es la moka

Luca de Feo

También en las cumbres internacionales se hace una pausa para tomar un café. No podían faltar, pues, en las elecciones europeas, unos representantes italianos. Se encargan de contar chistes durante el silencio que se forma mientras todo el mundo gira la cucharita y sopla. 

Los que más experiencia tienen en el sector son los líderes de partido, así que encabezan las listas. La excepción es la Lega: las encuestas registran que al leer el nombre de Matteo Salvini incluso los más racistas cambiarían de bando. Lo reemplazó Roberto Vannacci, un general cuya declaración más moderada es que los homosexuales no son normales.   

Las encuestas les otorgan un 8%, un tercio de los votos que irían a  Giorgia Meloni; más bien Giorgia. El ministerio del Interior ha comunicado que se considerará válida también la indicación de su nombre. Tal vez en las sucesivas elecciones será suficiente escribir “guapa” o dibujar un corazoncito. Con mirar los carteles, su sonrisa arriba de ese nombre te da gana de buscar el cuaderno de Giorgia, en regalo con su mochila y la gorra firmada.  

Las encuestas les otorgan un 8%, un tercio de los votos que irían a Giorgia Meloni; más bien Giorgia. El ministerio del Interior ha comunicado que se considerará válida también la indicación de su nombre

En cambio, el cartel de Forza Italia te da gana de santiguarte: el nombre, más bien, el apellido en el escudo, sigue siendo el de Berlusconi. Visto el número de chicos presentes en su funeral que le asemejaban, que solo se estime un 10% de votos parece poco.   

Para quien es de derecha pero le da vergüenza, surgió el centro. Uno que no tiene este problema –la vergüenza– es Matteo Renzi. Con tal de alcanzar el umbral del 4% se alió con Más Europa, de Emma Bonino. Cada uno tenía alrededor del tres por ciento: desde cuando ratificaron la alianza suman cuatro y pico en total. La competencia es con el partido de Carlo Calenda, Azione, que a pesar de su nombre sigue firme con su 3,9. 

Existe todavía, ni de centro ni de izquierda ni de derecha, presente en todos lados pero difícil de encontrar como una divinidad, el Movimiento Cinco Estrellas. El 16% a su alcance. Su mantra sigue siendo la honestidad. De hecho tal vez es el único partido que para pedir que se dialogue con Putin no cobra nada.   

Hay quien está convencido de ser Napoleón, y toca seguirle la corriente. Lo mismo hace el 20% de los votantes cuando Elly Schlein, secretaria del partido democrático, afirma que es de izquierda. Fundamental para su supervivencia es el partido rojo verde. Permite a los curas votar demócrata sin sobresaltos de conciencia y a los comunistas traer sus votos a los de Schlein y continuar saliendo por la noche a ligar como revolucionarios. Nos atrae quien nos confunde, y a las mujeres les encanta quien les hace reír. Murmurar “soy muy de izquierda, me encanta el papa” siempre funciona.

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Luca de Feo es socio de infoLibre

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