La gran estafa de las compañías eléctricas
Amigos y amigas:
Mucho se ha hablado en estos días de la propuesta de reforma eléctrica de Podemos. Se nos ha acusado de todo por proponerla, lo de “castrochavistas”, ha sido lo menos que se nos ha dicho; pese a que nuestra propuesta de expropiar la red de distribución eléctrica nos igualaría con Alemania, por poner un ejemplo.
Vosotros, sin embargo, los productores de energía fotovoltaica, sabéis mejor que nadie de la necesidad de dar ese paso, el más polémico de nuestra reforma, pero también el más necesario. A vosotros, un Gobierno os prometió una inversión rentable y el Gobierno siguiente os ha hecho pagar una cuota a las distribuidoras, llamada “peaje de respaldo”, de respaldo de qué, me pregunto yo, por verter la energía excedentaria a la red, casi multándoos por ser eficientes y ecológicos en la producción de electricidad; y bien sabéis vosotros cuál es el fin de todas estas piedras puestas en el camino, bien sabéis que no es otro que preservar el chiringuito de las eléctricas. Y es que la energía solar es un peligro para el oligopolio, pues una placa solar es relativamente barata, de hecho cada vez más, y el sol es gratis; por lo que mucha gente está capacitada para producir energía eléctrica procedente de la irradiación solar; con lo que se democratizaría el acceso a la energía eléctrica en lugar de permanecer, cómo hasta ahora, concentrado en unas cuantas centrales de costes multimillonarios únicamente al alcance de unas cuantas empresas eléctricas.
Sin embargo, las grandes eléctricas pudieron evitar que el sector solar prosperase tirando mano de su dominio de la distribución de la red eléctrica. Para ellas, establecer un peaje por verter energía a la red no les supone nada; pues supone que la comercializadora del grupo tiene que pagarle a la distribuidora del grupo, es decir, simplemente se pagan a ellos mismos, y el dinerito se queda en casa; y encima se gana una justificación para subir forzosamente el precio del KW*h, lo que hace francamente difícil que surjan, por ejemplo, ofertas de suministro eléctrico de mercado libre realmente atractivas. Pero para las empresas sin red de distribución, pagar un peaje supone perder todo el margen de beneficios. Podríamos entonces eliminar el peaje de respaldo; pero el hecho es que la evolución histórica ha demostrado la tendencia natural al abuso de las compañías privadas que monopolizan la distribución en un determinado territorio, lo del peaje de respaldo es simplemente un abuso más, siendo el otro abuso más destacado el que se hace de forma directa contra el Estado, el denominado “déficit de tarifa”. Y por ese largo historial de abusos, amigos y amigas, es la razón por la que hemos de cortar las barbas a Sansón, y quitarles a las eléctricas dominantes la razón de su absurdamente inmenso poder; porque mañana podemos solucionar un abuso, pero al día siguiente querrán perpetrar otro. Por eso, queridos amigos, es necesario que todo los productores eléctricos jueguen con la misma baraja, para que haya una competencia leal y real; porque no puede ser que por ley, unos paguen, y otros se auto paguen.
Y por cierto, hablando del déficit de tarifa, que es el otro gran abuso, y éste directamente contra el Estado. Dicen las eléctricas que les debemos 1.000 euros por ciudadano en concepto de “déficit de tarifa”. Y cuando digo, “por ciudadano”, lo digo incluyendo ancianos, niños y desempleados; o sea, unos 3.000 euros por cada trabajador. Y eso lo dicen, ojo, mientas declaran beneficios cómo los de Iberdrola, de 2.800 millones de euros, o cómo los de Endesa, de 2.200 millones de euros. Resulta que el famoso déficit de tarifa no es la diferencia entre lo que cuesta realmente distribuir la energía y lo que los consumidores pagan en sus facturas, en el concepto de “término fijo”. No, nada de eso. Realmente es la diferencia entre lo que los consumidores pagan en sus facturas, y lo que el Gobierno prometió a las distribuidoras que ingresarían por distribuir. ¿En base a qué se calculan esas cantidades prometidas? Desde luego no en base a los costes reales, pues entonces tendríamos el sistema de distribución más caro del mundo. Igual sí se basa ese cálculo en los favores que le hacen las eléctricas a los Gobiernos, y en los sueldos que pagan a expresidentes del Gobierno y a exministros. Pero la realidad es que los consumidores han pagado más que sobradamente lo que cuesta distribuir la energía, la realidad es por lo tanto que el déficit de tarifa no existe; y lo que no existe no se paga. Ni un euro. Por esa misma razón, defiendo que el Gobierno se niegue a pagar la deuda del déficit de tarifa, y la declare odiosa. Porque se dan todas las condiciones establecidas por Alexander Zack, es una deuda tomada en perjuicio de la población y los acreedores, las eléctricas, conocían este hecho y han sido cómplices del Gobierno deudor enchufando a ministros y presidentes en sus consejos de Administración. Por lo tanto es una deuda de la casta, que han de pagarla Felipe González, Aznar, Zapatero y compañía; y que se entiendan entre ellos cómo puedan. ¡Pero eso no incumbe a toda la ciudadanía española y ésta no debe pagarla!
Pero además, amigos y amigas, también me comprometo con vosotros a que lucharé para revertir toda la serie de decretos con efecto retroactivo, muchos de los cuáles los habéis recurrido, que truncan vuestras legítimas expectativas y ponen en duda vuestra seguridad jurídica. Los gobiernos de Zapatero y de Rajoy han sido una estafa para las 50.000 familias que habéis invertido 20.000 millones de euros y habéis pedido créditos por valor de 18.000 millones para que todos tengamos un planeta más limpio y una economía más sana y competitiva.
Fijaos con qué rapidez y agilidad recurren algunos al argumento de la seguridad jurídica cuando sale a colación la reforma propuesta por Podemos, incluso se rumorea que Angela Merkel quiere exigir una reforma constitucional para evitar las expropiaciones. ¿Y sabéis por qué? Pues porque E.On, que es alemana, es una de las cinco distribuidoras españolas. Eso es lo que muchos no saben en España, que parte de nuestra distribución eléctrica es ya pública, pero pública de Italia, Alemania, Portugal, China, e incluso Qatar, ¿estamos tontos o qué? Endesa pertenece a la empresa pública italiana ENEL; los italianos mantienen su eléctrica cómo pública, pero aquí actúan cómo si fuera privada. Hidroeléctrica del Cantábrico pertenece a Energías de Portugal, que a su vez tiene cómo accionista mayoritario al Estado Chino. Iberdrola está invertida por Qatar, Electra del Viesgo pertenece a E.On, compañía pública alemana. ¿Y dicen que la distribución no debe ser pública? ¡Pero si ya lo es; pero de gobiernos extranjeros! ¿Y a quién defiende nuestra querida casta política? ¡A los de fuera! ¡Increíble! Y cuando tratas de defender los intereses de tu país, te acusan de atentar contra la seguridad jurídica, ¡pero por vuestra seguridad jurídica, la de los pequeños productores españoles, la de 50.000 familias de aquí, no parecen tan preocupados! Eso sí, a sacar banderitas españolas son los primeros, pero cuando hay que defender de verdad lo nuestro, que es más ecológico y más barato ¡no lo defienden!
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No quiero extenderme mucho más; todos sabéis que estamos cargados de razones para proponer esta reforma energética con la que pretendemos dar la vuelta a la tortilla, pero lo principal es sacar adelante la iniciativa popular que hemos propuesto. Por ello he traído conmigo unos cuantos pliegos para recogidas de firmas, recién entregados por la Junta Electoral Central, y os concedo el honor de ser los primeros ciudadanos de toda España que firméis nuestra iniciativa popular de reforma energética; os pido también que conciencéis a vuestros familiares y amigos de la importancia para este país de nuestra propuesta, pues la energía es el motor que mueve las economías; y os pido también que, en la medida de vuestras posibilidades, nos ayudéis económicamente en una campaña que, de conseguir sus objetivos, sin duda beneficiará a los miembros de esta asociación y de todos los que producís energía renovable.
Muchas gracias.
Francisco Girbau Ortega es socio de infoLibre