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¿Pero hubo alguna vez un hombre bueno?

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Fernando Pérez Martínez

¿Concibe usted, amable lector, que pueda existir a derecha o izquierda del arco parlamentario un hombre justo? Que arrastrando los tópicos de derecha e izquierda no admita el abuso, no participe del atropello, no consienta la venta de favores a cambio de comisiones, ni de futuras remuneraciones en forma de confortable puesto en consejos de administración, piso en el centro, auto con chófer y otras chuches honoríficas y de prestigio que mejoran el caché de conferenciante internacional.

Es posible creer que un personaje político (hombre o mujer) de izquierdas actúe en interés de la igualdad sin hacer imposible el beneficio empresarial. Que se comporte como un leal funcionario propiciando áreas de negocio que generen puestos de trabajo de calidad y con remuneraciones suficientes y estables. Sin caer en sectarismos, sin desatar persecuciones clasistas. ¿Existirá una mujer o un hombre bueno en la izquierda española que merezca el respeto también del pueblo que gusta votar a la derecha política?

¿Habrá entre las filas de los partidos de derechas españoles quien no se deje arrastrar por la iglesia católica, que se niegue a cometer irregularidades o ilegalidades en beneficio político y económico de la iglesia romana? Aquél o aquélla que sea inmune al compadreo con los poderosos, insobornable incluso en apariencia, con sólidos principios políticos e intelectuales conservadores, pero reacio a actuar bajo cuerda, con auténtica creencia en el imperio de la ley ciega e igual para todos. Capaz de reconocer los derechos de los más desfavorecidos y decidido a defender la justicia ante la codicia del poderoso.

Alguno de nosotros tendría prejuicios sonrojantes para votar a esta persona acreditada por su trayectoria y avalada por el respeto de votantes tradicionales de izquierda y derecha, incompatible con componendas, incapaz de casarse con unos u otros, si esto significa pasar por encima de lo justo. ¿Existe semejante espécimen? ¿Puede sobrevivir en nuestra sociedad un ser de estas características?

¿Algún candidato a las próximas elecciones se asemeja a lo que estamos urgidos de necesidad los españoles?

Sí, existen millones de hombres y de mujeres cuya personalidad es como la arriba descrita, quizá si fuésemos capaces de levantar la mirada de los señuelos que la propaganda de tanto experto en campañas electorales nos tiene cautiva, pudiésemos descubrir, tal vez no entre los que consideramos nuestros, quien con sus propias creencias políticas responda a las características de inteligencia y honradez como reconocemos a diario en la gente que vive a nuestro alrededor. No nos hagamos líos, para gobernar no es necesario ser el más golfo de todos, el más mentiroso, el más pérfido o engañoso. Para gobernar sólo hace falta una mujer o un hombre bueno.

Es nuestro problema si nuestros partidos llevan años ofreciéndonos como candidatos para los puestos más relevantes de las magistraturas del estado, mercancía averiada. Quizá no deberíamos admitir que tras la sospecha más que sustanciada sobre la capacidad y honradez de nuestros candidatos, un apaño de chapa y pintura lo resuelva todo, ofreciéndonos el mismo sujeto cariado bajo la mano de barniz tapa mataduras. Oculta por la reluciente superficie la gusanera se agita glotona.

Fernando Pérez Martínez es socio de infoLibre

¿Concibe usted, amable lector, que pueda existir a derecha o izquierda del arco parlamentario un hombre justo? Que arrastrando los tópicos de derecha e izquierda no admita el abuso, no participe del atropello, no consienta la venta de favores a cambio de comisiones, ni de futuras remuneraciones en forma de confortable puesto en consejos de administración, piso en el centro, auto con chófer y otras chuches honoríficas y de prestigio que mejoran el caché de conferenciante internacional.

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