Ideología, reacción y trumpismo

Fernando Granda

Una corriente sobre la renominación de las ideologías recorre el mundo. Hay quien niega que la ultraderecha sea nazi o fascista. Ni siquiera admiten el prefijo “neo”. Comunista ha pasado a ser un insulto en vez de un pensamiento, un posicionamiento. El caso es que no ha habido éxito en buscar una nueva denominación para esas ideologías. Algunas son mera imitación de las originales. La ultraderecha tiene muchos caracteres nuevos, digamos, autóctonos de cada territorio, con imitaciones fuera de ese territorio. Pero ¿predican lo mismo Le Pen, Meloni, Abascal u Orban? Pienso que hay una razón: no son versiones nuevas de unas ideologías porque no hay ideología. Al menos literalmente. ¿Personalogías?

No encuentro otra denominación para lo que dicen Donald Trump o Elon Musk, Vladimir Putin… que definirlo como codicia. Y eso no es una ideología, es un apetito, una ambición, un anhelo insaciable [“Me gusta el dinero”, resaltan en la película biográfica “The Apprentice (La historia de Trump)”, aún en cartelera y plataformas]. Puede que parezca una ideología pero solo me parece un egoísmo desmesurado. Y esa codicia puede ser material o mental. 

Hasta ahora la mayoría de las ambiciones de Putin no se reflejan en ideas políticas, solamente en su afán de apropiación territorial, su afán dictatorial. Quizá su venganza hacia territorios que fueron de la antigua Unión Soviética y que atesoran riquezas perdidas tras la desintegración del COMECON (Consejo de Ayuda Mutua Económica, la forzada colaboración comercial organizada por Moscú para sostener su economía frente al Mercado Común). Alguien lo llamó “putinismo” pero creo que no triunfó

Lo de Trump, como lo de Putin, tampoco lo considero ideología, es matonismo, la ley del más fuerte. El “trumpismo” no es nuevo, él lo ha practicado desde hace muchos años en su campo de la ambición no solo económica sino porque es su egolatría. Su poderío económico le ha permitido hacer lo que le vino en gana, su matonismo. Lo prueba la cercanía, el temor de Elon Musk, Mark Zuckerberg, Jeff Bezos, que se arrimaron al hoy presidente cuando censuraron las críticas al político al comprobar su poderío. ¿Tienen ideología las bolsas? Un síntoma: el gran inversor Warren Buffett, siempre en el pelotón de cabeza de la Lista Forbes, “no encuentra dónde invertir”, según un corresponsal desde la Bolsa de Nueva York, ya que “la incertidumbre económica va en aumento, con amenazas de aranceles lanzadas por Donald Trump a diestro y siniestro y una confianza de los consumidores que ha caído con fuerza por sorpresa”.

Lo de Trump, como lo de Putin, tampoco lo considero ideología, es matonismo, la ley del más fuerte. El “trumpismo” no es nuevo, él lo ha practicado desde hace muchos años en su campo de la ambición no solo económica sino porque es su egolatría

La persecución de inmigrantes es una postura (perversa y facinerosa) del que no sabe qué hacer con la avalancha de huidos de las miserias establecidas por otros dirigentes, dictadores y también perversos en su mayoría, pero que se le volverá en contra en cuanto falte mano de obra para realizar los trabajos más necesarios para la vida del norteamericano medio

La ambición territorial (Groenlandia, Canal de Panamá, Canadá, la riviera de Gaza…) sigue, aunque puede que no pase de una amenazadora treta para amedrentar a políticos (lo refleja la mencionada película) poco afines… Por supuesto su ambición desmesurada le puede convertir en un Hitler económico y sufriremos sus oleadas dictatoriales, pero supongo que los grandes magnates estadounidenses, europeos, mundiales no soportarán un largo invierno económico/financiero y se rebelarán. Lo que significa que se buscará la libertad liberal/capitalista, que vuelva a la casilla anterior a la de llegada de Trump a la Casa Blanca. 

Y en medio de esta ausencia de denominaciones ideológicas, busco en los diccionarios económicos con el fin de ayudar a encontrar significados.

Porsiemprismo: la crisis de la imaginación respecto del futuro y la consiguiente exaltación de todo tiempo pretérito, un concepto del marketing reconvertido en herramienta crítica. Es producir nostalgia de manera artificial para explotarla según los mandatos capitalistas de trabajo y producción ilimitada. Cuando nada termina nunca.

Reaccionario:  Que tiende a oponerse a cualquier innovación.

Conservacionista: Ecologista, verde.

Conservador:  Favorable a mantener los valores y principios establecidos frente a las innovaciones.

Es tal la confusión existente que Steve Bannon, “ideólogo” de Trump en su anterior etapa en la Casa Blanca, hoy no tan afín, llegó a decir: "Es alguien único, de esos perfiles que sólo salen una o dos veces en la historia del país".

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Fernando Granda es socio de infoLibre.

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