La verdad es que esta pandemia está demostrando que algunos de nuestros representantes políticos adolecen de una talla política madura, lo que provoca que muchas de sus acciones y argumentaciones rayen el infantilismo cargado de irracionalidad e insensatez. Hemos visto que su infantilismo inmaduro les hace votar en contra de lo que deberían proponer y defender: mejorar el bienestar y la salud de las personas. Esta inmadurez les hace proponer acciones cargadas de argumentaciones falaces, con el único propósito de aumentar sus egos y, lo peor, sus absurdos intereses partidistas e incluso mercantilistas. No solo la de ellos, sino de aquellas élites económicas que lo único que defienden son sus egoísmos y falaz poder.
Todo ello lo hacen frente a la racionalidad de defender y propulsar iniciativas que mejoren el bienestar de la ciudadanía que más lo necesita. Son capaces, con sus argumentaciones irracionales e inmaduras, de lanzar propuestas que saben que nunca podrán desarrollarse, o lo peor, ponen el enfrentamiento, el odio , como su primer objetivo en sus argumentaciones frente a la racionalidad, y el diálogo ideas principales para defender cualquier democracia, y sobretodo los valores democráticos que esta conlleva .
Hemos visto a lo largo de la campaña electoral catalana, y después tras los resultados, como los distintos partidos han priorizado el ataque infantil cargado de insensatez a lanzar propuestas que mejoren el bienestar social y que den soluciones a los años, que por desgracia se lleva de desgobierno, en el que son culpables los llamados independentistas, como los llamados, absurdamente, constitucionalistas. Pues es conocido que dentro de los independentistas hay partidos que no creen en ella, y que solo son de boquilla y por salvar sus intereses económicos, como burguesía catalana que son, y saben que utilizando la independencia, que no quieren, podrán mantener sus privilegios. Y qué decir de los falsos llamados partidos constitucionalistas, que no creen en la constitución y que solo la utilizan para conseguir votos y mantenerse en un poder del que luego se sirven para aumentar sus intereses patrimoniales propios o de los que le apoyan.
A lo largo de los tres debates, que se realizaron en 24 horas de TVE, Tv3 y la última en la Sexta, se observó como la falta de diálogo faltó en las argumentaciones y sobró el insulto, la incoherencia, la irracionalidad e insensatez y lo peor, no se habló de aquello que los catalanes querían y desean que los partidos que han salido de las urnas realicen mejorar la economía, la igualdad y sobretodo olvidarse de crecer en el odio y el separatismo entre los propios catalanes. Hemos observado como Vox, continua con sus fobias infantiles, absurdas, insensatas y lo peor, creando fantasmas donde no los hay, solo con el fin de crear un ambiente de crispación falso y una homofobia que los catalanes, como ciudad multicultural, no quiere. Es más, desea ser más multicultural porque sabe que eso beneficia su economía y la unidad de su ciudadanía.
Pero Vox sigue, en su inmadurez, apegado a ese discurso falaz, y cuando les falla lo une a la de la violencia. Violencia que es inferior a la de algunas comunidades en las que ellos apoyan con sus votos el gobierno de una derecha ultraconservadora como ellos. Triste es ver como ese discurso les ha dado una importante presencia. ¿Quiénes son los culpables? Todos aquellos partidos que con sus enfrentamientos irracionales e infantiles le están haciendo campañas gratuitas, y le están dejando espacios que nunca deberían tener. Pero si Vox es incoherente e inmaduro, ver como C's apoya toda su argumentación en la defensa del castellano y de que la educación en Cataluña ataca el españolismo castellano de Madrid. Se está equivocando y demuestra su infantilismo, puesto que la educación en Cataluña el castellano no está atacado y tiene su espacio real, y cuando los alumnos salen lo dominan. ¡Ojala los españolistas tuvieran el mismo resultado académico en lengua castellana que los catalanes, según los informes PISA! De ahí su fracaso electoral.
Y siguiendo con esos partidos inmaduros, vemos al representante del PP, nervioso por el sorpasso de Voxsorpasso, como se unió a sus críticas e incluso de una manera infantil indicando que quiere como ejemplo que Cataluña sea Madrid. ¿En realidad se desea que el próximo presidente sea como la infantil e inmadura señora Ayuso, que su irracionalidad le lleva a llevar siempre la contraria a todos pese a que lo haya consensuado con ellos? El resultado del PP es que es casi un partido residual en Cataluña, un fracaso total y merecido por sus políticas infantiles e irracionales.
Y podemos seguir con el ridículo, hecho por los llamados partidos independentistas, de firmar un documento de veto de no pacto es decir, de no dialogar para formar gobiernos. Es triste ver que posturas de partidos burgueses como Junts per Cat y PDeCat convenzan a ERC, partido de izquierdas, a ese absurdo planteamiento, cuando lo racional es dialogar y buscar soluciones para conseguir un referéndum en el que el pueblo catalán vote de manera legal y elija, y no aceptar propuestas de la derecha más retrograda para que, mintiendo que lo que se quiere es la independencia, impida que se pueda conseguir.
Me faltaría hablar de la Cup, PSOE y Comú Podem. Ellos han demostrado también que su inmadurez ha estado presente. En el PSOE, el señor Illa comete un error, como si fuera un niño, habiendo sido ministro de Sanidad, al no hacerse una PCR. Se empeñó, una y otra vez, en poner veto a un posible referéndum, a unirse con la verdadera izquierda que formaría con Comú Podem y ERC, y dejan entrever cómo han ganado por votos las elecciones para gobernar en minoría contando con los votos escasos de C's, partido veleta que igual gobierna a la derecha e izquierda, pues no tiene ideología, solo quiere poder. E incluso contaría con los votos del PP y condicionaría, al tener un gobierno de coalición con Común Podem en el gobierno central, para gobernar, lo que él, de forma irracional, llama el cambio.
¿Qué cambio? Cambiar es que por fin dejemos el 155, el PSOE lo firmó, y pasemos al dialogo. Eso es lo racional y lo demás posturas infantiles e incoherentes, que facilitarían más la división. Y, por desgracia, Comú Podem, aunque con bonitas frases y palabras, que se han mantenido en sus votos, a veces su inmadurez política les lleva a adelantar propuestas que, cuando se gobierna, son difíciles de realizar por los obstáculos que esta sociedad consumista y capitalista y cargada de mercantilistas que lo único que quieren es mantener sus privilegios y poder. Pese a que no se les de las urnas, nos les van a dejar y no van a parar de poner piedras. Por eso hay que proponer argumentaciones y propuestas que, además de coherentes, puedan llevarse a cabo de una manera práctica y sobretodo con diálogo con todos aquellos partidos afines. Solo así la izquierda, a la que siempre vota Cataluña, ganará.
Desgraciadamente, esta campaña y los debates y las negociaciones postelectorales está demostrando la inmadurez e infantilismo de algunos de nuestros políticos y esta cruel pandemia, ha dado alas y voz a un partido ultra con connotaciones fascistas y de vuelta a la dictadura, a la que todos los partidos deberían hacerle un cordón sanitario, y no proponer absurdos, insensatos e infantiles vetos que renieguen del diálogo y de soluciones para la ciudadanía catalana que necesita ya de políticos y partidos políticos racionales y maduros. Nuestra democracia lo necesita, estemos o vivamos en cualquier comunidad o ciudad autónoma de España.
Ximo Estal Lizondo es socio de infoLibre
La verdad es que esta pandemia está demostrando que algunos de nuestros representantes políticos adolecen de una talla política madura, lo que provoca que muchas de sus acciones y argumentaciones rayen el infantilismo cargado de irracionalidad e insensatez. Hemos visto que su infantilismo inmaduro les hace votar en contra de lo que deberían proponer y defender: mejorar el bienestar y la salud de las personas. Esta inmadurez les hace proponer acciones cargadas de argumentaciones falaces, con el único propósito de aumentar sus egos y, lo peor, sus absurdos intereses partidistas e incluso mercantilistas. No solo la de ellos, sino de aquellas élites económicas que lo único que defienden son sus egoísmos y falaz poder.